Jugar a los m¨¦dicos
Como todos los ni?os de entonces, jugu¨¦ a los m¨¦dicos. Menos de lo que yo quer¨ªa y nunca en casas de vecinos, donde el control era grande por parte de padres, parientes y monjas visitadoras. Pero ven¨ªan los domingos del verano y nos ¨ªbamos al campo, con otras familias de la ciudad. Unos kil¨®metros al norte, en la carretera de Asturias, hab¨ªa un vasto encinar moteado de casta?os centenarios, y ese era nuestro destino en aquellos d¨ªas lent¨ªsimos de los ¨²ltimos a?os sesenta. Los padres y las madres se sentaban en las mantas, sobre la hierba. Sacaban aperitivos y peri¨®dicos, y era entonces cuando la camada de adolescentes, zaf¨¢ndonos de la presencia de los hermanos m¨¢s peque?os, organiz¨¢bamos batidas bajo las enramadas. Y tom¨¢bamos posesi¨®n de unas caba?as naturales, cuyos accesos muchas veces entorn¨¢bamos con toallas o cartones.
En aquellos para¨ªsos, razonablemente lejos de las palabras y risas de nuestros padres -que todav¨ªa escucho-, dispon¨ªamos, con urgencia y fiebre, las exploraciones m¨¦dicas. Muchachas en la flor de la pubertad impostaban, con una procacidad candorosa, dolencias bastante ¨ªntimas que los perseverantes doctores trat¨¢bamos de curar con cataplasmas que eran nuestras manos ¨¢vidas. Fue as¨ª como vinieron las im¨¢genes m¨¢s santas de nuestra vida, al menos hasta entonces, mientras sent¨ªamos el correr de la sangre. No sab¨ªamos en aquel tiempo, no pod¨ªamos imaginarlo, que tantos a?os despu¨¦s, ahora mismo, en aquellos espacios de la primera libertad, en la pac¨ªfica vaguada de los domingos, habr¨ªan de venir ?tan tarde!, las m¨¢quinas excavadoras de la memoria m¨¢s ardiente, m¨¢s silenciada, m¨¢s nuestra. Las m¨¢quinas que est¨¢n recuperando, hueso a hueso, emoci¨®n a emoci¨®n, los cad¨¢veres de los hijos del Bierzo que fueron asesinados por las hordas que incendiaron la Rep¨²blica. Hace m¨¢s de sesenta a?os. Y yo s¨¦ ahora que en aquel tiempo en que jug¨¢bamos al amor de los mayores, mi novia ni?a y yo est¨¢bamos muy cerca de los ocultos y pacientes despojos de unos hermanos desconocidos que lucharon por una Espa?a m¨¢s justa. Por eso los mataron.
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