Los animales est¨¢n de aniversario
El Zoo de Madrid cumple 30 a?os con la investigaci¨®n y la conservaci¨®n de las especies como principales objetivos
Casi todo ha cambiado en el Zoo de Madrid desde que en 1972 abriera sus puertas por primera vez al p¨²blico. Sin embargo, hay algo que ha permanecido inalterable durante estos 30 a?os: las exclamaciones de asombro de los ni?os cuando observan, desde muy cerca, a los animales. '?Mira, mam¨¢! ?Mira, pap¨¢!', son los gritos m¨¢s escuchados en las veinte hect¨¢reas que ocupan las m¨¢s de 4.500 especies que viven en el zool¨®gico: desde el elefante asi¨¢tico, que pesa 5.000 kilos, hasta el insecto palo australiano, de tan s¨®lo unos gramos.
El actual parque tiene su origen en la antigua Casa de Fieras del Retiro, fundada por Carlos III hacia 1770 y cuya finalidad principal era la exhibici¨®n de los animales que llegaban de las colonias americanas. El zoo recuper¨® estas especies en 1972 y las ampli¨® con el paso de los a?os. En aquel tiempo, la entrada al recinto s¨®lo costaba 40 pesetas (0,24 euros). Ahora, ese precio ha subido hasta 12,15 euros para los adultos y 9,80 para los ni?os de tres a siete a?os. Junto con el precio, tambi¨¦n ha cambiado la filosof¨ªa del zoo, sus m¨¦todos de cuidado de los animales y hasta el p¨²blico que lo visita.
'El panda 'Chu-lin' significaba mucho para todos. El d¨ªa que muri¨®, el zoo estuvo triste'
El ¨²nico koala que hay en el parque se alimenta de eucalipto cultivado en Huelva
'Hace treinta a?os se importaban directamente los animales de la naturaleza. Ahora se traen de otros zool¨®gicos y se cr¨ªan en cautividad', explica uno de los veterinarios, Enrique S¨¢ez. 'Tambi¨¦n ha habido un cambio respecto a la particularidad de las especies. Tenemos m¨¢s animales en peligro de extinci¨®n. Nuestra filosof¨ªa se compone de tres pilares: la educaci¨®n, la investigaci¨®n y la conservaci¨®n. Hemos superado la concepci¨®n del zoo como una simple colecci¨®n de animales', contin¨²a S¨¢ez.
Sin embargo, los responsables del parque no olvidan la historia. 'El nacimiento de Chu-lin ha sido nuestro mayor ¨¦xito. Por primera vez fuera de China se consigui¨® la reproducci¨®n de un panda gigante', recuerda el veterinario. Chu-lin trajo al zoo la alegr¨ªa de su nacimiento, pero tambi¨¦n hizo pasar a los cuidadores uno de sus momentos m¨¢s amargos cuando muri¨®, el 29 de abril de 1996. 'Aquel d¨ªa el zoo estuvo triste. Chu-lin era un animal muy amigable y significaba mucho para todos'. Hoy, un monumento recuerda al animal m¨¢s emblem¨¢tico que ha vivido en la Casa de Campo.
Los animales, estrellas absolutas del parque, han protagonizado muchas an¨¦cdotas en las instalaciones del Zoo Aquarium. 'Recuerdo un caso muy curioso de un mono capuchino. Todos los estudios demuestran que estos monos le tienen p¨¢nico al agua, por eso el ambiente en el que viven est¨¢ rodeado de agua, para evitar fugas. Sin embargo, tuvimos un ejemplar que aprendi¨® a nadar y se escap¨® varias veces. Lo bautizamos como El Lute, y al final lo tuvimos que llevar a otro zoo que ten¨ªa una instalaci¨®n distinta para que no se escapara m¨¢s', cuenta S¨¢ez. La labor del personal del zoo, compuesto por 80 cuidadores y cinco veterinarios, no se limita a la mera conservaci¨®n. Estos profesionales realizan adem¨¢s numerosos estudios de investigaci¨®n sobre el comportamiento animal. 'Sobre todo an¨¢lisis fisiol¨®gicos y de comportamiento que no se pueden hacer directamente en el h¨¢bitat natural de los animales. Tambi¨¦n acogemos animales que nos trae la gente. Una vez la Polic¨ªa Municipal encontr¨® una serpiente en pleno centro de Madrid y nos la trajo para que la cuid¨¢ramos', recuerda S¨¢ez.
Un mill¨®n de personas visitan el zoo madrile?o cada a?o. Un p¨²blico muy diferente al de d¨¦cadas anteriores. 'Antes era muy normal que la gente tirara comida a los animales. Y los ni?os los molestaban m¨¢s. Ahora, todo el mundo es consciente de que hay que respetarlos'. Otro cambio que han notado los responsables del parque es el conocimiento que el p¨²blico tiene sobre los animales. 'Saben mucho sobre sus costumbres y sobre las especies que est¨¢n protegidas'.
Sin embargo, los gu¨ªas del zoo a¨²n rompen algunas falsas creencias. 'Mucha gente piensa que los animales se alimentan de comida de segunda clase. Pero todos los alimentos que consumen son de primera calidad y est¨¢n testados para el consumo humano. El pescado de las focas, por ejemplo, es reci¨¦n pescado y congelado en alta mar', subraya el veterinario. El caso m¨¢s llamativo de exquisitez culinaria es el del ¨²nico koala que actualmente habita el zoo. El animal, que fue tra¨ªdo desde San Diego, se alimenta de hojas frescas de eucaliptus cultivadas en Huelva. 'Dos veces por semana los horticultores recolectan las ramas de la plantaci¨®n y las traen por la noche en camiones frigor¨ªficos para que el koala las coma al d¨ªa siguiente. Cuando trajimos al animal vino un horticultor de San Diego para dar el visto bueno a las plantaciones de Huelva', cuenta S¨¢ez.
Sandra Nieto, cuidadora del koala y los pandas rojos, confirma el especial car¨¢cter del animal. 'Me cost¨® mucho ganarme su confianza. Incluso fui a San Diego para conocerlo. Despu¨¦s se ha adaptado muy bien a las instalaciones y a m¨ª. Se les coge much¨ªsimo cari?o a los animales, casi como si fueran tus hijos', asegura Sandra.
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