Pasi¨®n oriental
Houston, tenemos un problema. En el d¨ªa de las ciudades hermanas, establecimos contacto por webcam con la Pamplona de Colombia y con Paderborn, pero no pudo ser la conexi¨®n con la herman¨ªsima ciudad de Yamaguchi. Sin embargo, gracias a tecnolog¨ªas de origen japon¨¦s tan ancestrales e incombustibles como el fax, los alcaldes de Pamplona y de la ciudad nipona que enamor¨® a Francisco de Javier, pudieron en la ma?ana de ayer intercambiar muy cordiales cumplidos.
La simpat¨ªa de los navarros por el Jap¨®n es tan vieja como el flechazo de Francisco de Javier y se remonta a los tiempos en que el fax ni siquiera exist¨ªa. Lo de Javier con el Imperio del Sol Naciente fue amor a primera vista y no sabemos hasta d¨®nde hubiera podido llegar su pasi¨®n, de haber sido tocado el santo por un don para el que el Se?or no le consideraba apto: el don de lenguas que en el occidente cristiano llamamos de Pentecost¨¦s. Estimaciones cient¨ªficas cifran en unos treinta mil el n¨²mero de orientales que el patr¨®n capt¨® para la iglesia de Pedro, pero de no haber mediado tanta imposibilidad ling¨¹¨ªstica, no es improbable que el de Javier hubiera conquistado el mill¨®n de almas que le adjudica la leyenda ¨¢urea. El amor a primera vista enciende hoy como ayer las apasionadas relaciones navarro-niponas, pese a que el Se?or sigue neg¨¢ndonos el don de Pentecost¨¦s. No hay sanfermines en los que un equipo de televisi¨®n nipona, asistido por la tecnolog¨ªa digital de ¨²ltima generaci¨®n, no intente descifrar lo que de samurai hay en todo nativo capaz de echarse el encierro con la decisi¨®n suicida que tal lance requiere. Por nuestra parte, nos hemos manifestado durante el presente curso pol¨ªtico, por boca de nuestro presidente auton¨®mico y por la de la alcaldesa-presidenta, como arrebatados por la hondura y fascinaci¨®n de los enigmas budista-sinto¨ªstas.
Durante estos sanfermines, las calles de Pamplona son la pantalla publicitaria de los pr¨®ximos Festivales de Navarra, ¨ªntegramente consagrados a desvelar los enigmas del Oriente: un acontecimiento cultural en el que no s¨®lo tendremos ocasi¨®n de ser iniciados en los arcanos del kimono y el haiku, sino que las fraternas relaciones de la txalaparta y el taiko quedar¨¢n al desnudo. Salvo de chapa y pintura, habr¨¢ talleres para todos los gustos: danzas regionales, cine manga, flores secas, tiro con arco y lo que m¨¢s nos ven¨ªa haciendo falta, caligraf¨ªa japonesa. Nuestro amor por el Jap¨®n se encendi¨® en Yamaguchi, donde el presidente auton¨®mico y la alcaldesa-presidenta quedaron conmovidos con la visi¨®n de una reproducci¨®n a su tama?o del castillo de Javier, am¨¦n de por los trascendentes enigmas budista-sinto¨ªstas. A su regreso, el presidente resolvi¨® organizar estos festivales inici¨¢ticos para el pueblo todo, as¨ª como que ya era hora de levantar en Javier una gruta para la trascendencia. No una gruta troglod¨ªtica, sino posmoderna: arquitectura asistida por ordenador. Ayer, los ordenadores se resistieron a asistirnos, pero en el mundo de las tecnolog¨ªas hay otros mundos ancestrales y nada -ni la barrera ling¨¹¨ªstica- puede detener a una pasi¨®n.
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