'Mobbing' , patata caliente
Seg¨²n los estudios realizados, son las empresas p¨²blicas excelentes caldos de cultivo para el desarrollo de un virus fatal: el mobbing, traducido como acoso o psicoterror laboral. Sin embargo, y a pesar de que los datos arrojan cifras alarmantes, a pesar de que estas empresas pueden estar gobernadas por el signo pol¨ªtico que defiende a ultranza leyes contra esta modalidad de intento de asesinato, que abogan con entusiasmo por el tema de la salud laboral, nos encontramos de cara con la dura realidad.
Y la realidad no es otra que la v¨ªctima no s¨®lo tiene que bregar con su acosador particular, sino que ve con estupor (cuando es capaz de hablar del hecho) c¨®mo la direcci¨®n de la empresa (incluye recursos humanos) mira para otro lado y parte de la base de que el mobbing no existe, no se est¨¢ dando; es decir, se parte de no dar credibilidad al que lo sufre, al que se encuentra en una situaci¨®n de caos, y se incide en que todos son imaginaciones de quien ha osado exponer a duras penas lo que le sucede.
Llegan a camuflarlo de variopintas maneras: 'incompatibilidad de caracteres', 'que la v¨ªctima estar¨¢ pasando por una ¨¦poca de estr¨¦s' y tienden al corporativismo y a buscar coartadas perfectas para el acosador (normalmente es un sujeto que ocupa jefatura) y, por supuesto, a la cabeza pol¨ªtica no le llega de la misa la media.
En el mejor de los casos, y con el benepl¨¢cito de los sindicatos, que no preguntan ni se implican mucho porque no saben muy bien c¨®mo tratar el tema, la v¨ªctima optar¨¢ por un traslado que ser¨¢ con el mismo sueldo o peor y dejando un trabajo que le gusta. Y cuando se vaya, oir¨¢ de alg¨²n compa?ero sensible: 'Ganas en salud'. Y hasta la pr¨®xima, porque los acosadores tarde o temprano vuelven a las andadas.
A todos abrasa la patata caliente, por lo que la meten en el congelador en cuanto pueden.
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