Una plaza que es un erial

Si la reina Sof¨ªa visitara la plaza que el Ayuntamiento de Madrid ha dedicado a su Grecia natal, seguro que no tendr¨ªa motivos para sonre¨ªr de satisfacci¨®n.

En primer lugar, la citada plaza es un erial con forma de rotonda, situado frente al estadio de La Peineta, que da la bienvenida a Madrid a los visitantes que acceden por su parte este.

No se puede ofrecer una imagen m¨¢s desarreglada y triste: matojos secos, olivos centenarios sedientos y agredidos por una poda criminal, total ausencia de flores, pavimento y ornamentos...

Y no digamos ya una fuente o una escultura aleg¨®rica al nombre de la plaza.

Lo dicho, una pobre entrada a nuestra ciudad y una peculiar forma de rendir homenaje a ese pa¨ªs amigo y con el cual nos une algo m¨¢s que una cultura mediterr¨¢nea.

El segundo cap¨ªtulo es ya m¨¢s preocupante: coches lanzados a toda velocidad atraviesan la plaza para entrar en la avenida de Niza. En su trayectoria hay un paso de peatones que conecta con un parque infantil.

Los vecinos de las inmediaciones contemplamos a diario escenas sobrecogedoras: coches que pasan a escasos cent¨ªmetros de ancianos, peatones que deben cruzar a la carrera si no quieren ser atropellados, ni?os que peligran seriamente al tratar de acceder a los columpios, o adolescentes que deben poner todos los sentidos para cruzar con sus bicicletas. Ello aderezado con coches aparcados en doble fila, con el consiguiente riesgo y p¨¦rdida de visibilidad.

Cualquiera que sea la soluci¨®n que se adopte -ligera elevaci¨®n del paso, sem¨¢foro, etc¨¦tera- evitar¨¢ una situaci¨®n dram¨¢tica que, con toda seguridad, se acabar¨¢ produciendo de no tomarse medidas inmediatas. Se?or alcalde de Madrid, haga algo: ni a la reina Sof¨ªa le gustar¨ªa ni a los vecinos nos gusta el abandono y el riesgo para las personas de la plaza de Grecia.