La historia de una madrile?a que sobrevivi¨® al 'Titanic'
El matrimonio Pe?asco pas¨® a?o y medio de viaje de novios. En 1912 se embarcaron en el famoso buque. ?l se ahog¨® en el Atl¨¢ntico
En la ¨²ltima traves¨ªa del Titanic, el transatl¨¢ntico m¨¢s grande de la ¨¦poca, viaj¨® en 1912 un matrimonio espa?ol. Eran los herederos de dos de las mayores fortunas de la ¨¦poca. Uno de los abuelos de Josefa P¨¦rez de Soto hab¨ªa hecho las Am¨¦ricas en Panam¨¢, donde fund¨® un banco e intervino en la construcci¨®n del canal. V¨ªctor Pe?asco y Castellana estaba emparentado con Jos¨¦ Canalejas, ministro del rey Alfonso XIII.
Nueva York, el destino del barco, era otra escala dentro de un viaje de novios que empez¨® en 1911 y finaliz¨® de forma tr¨¢gica un a?o y medio despu¨¦s, el 13 de abril de 1912. El enlace se deshizo en pleno Atl¨¢ntico norte cuando el buque choc¨® contra un iceberg y se hundi¨® dejando 1.507 muertos, entre ellos, V¨ªctor Pe?asco y Castellana.
'A mi madre no le gustaba hablar de ese viaje. S¨®lo cuando le preguntabas, contaba algo. Pero enseguida cambiaba de tema', recuerda Mauricio Barriobero P¨¦rez de Soto, hijo de Josefa.
El matrimonio comenz¨® su viaje de novios en la casa que la familia de ella ten¨ªa en Biarritz. En su periplo de un a?o y medio, vivieron en Viena, donde ten¨ªan un palco en la ¨®pera, y en Londres. Se establecieron en Par¨ªs, desde donde viajaban a Montecarlo para jugar en el casino. La cuenta de gastos alcanz¨® 290.000 pesetas de entonces, unos 800.000 euros ahora.
En el restaurante Maxim's de Par¨ªs, V¨ªctor, de 24 a?os y Josefa, de 22, recibieron propaganda del barco. Entusiasmados, decidieron embarcarse para Am¨¦rica. La madre de V¨ªctor, do?a Purificaci¨®n, hab¨ªa tenido un presentimiento. Cuando partieron de viaje de novios les hab¨ªa dicho: 'Viajad a donde quer¨¢is, pero no tom¨¦is ning¨²n barco'.
Ellos dejaron a Eulogio, el mayordomo de V¨ªctor, en Par¨ªs, con un fajo de postales manuscritas. Le encargaron enviar una por d¨ªa a Madrid. En el texto escribieron que hab¨ªan ido a la ¨®pera o al palacio de Versalles. Con este ardid, do?a Purificaci¨®n pens¨® que su hijo y su nuera segu¨ªan en Francia cuando en realidad navegaban por el Atl¨¢ntico norte.
El matrimonio embarc¨® en Chersburgo, la segunda escala del barco en su viaje de Southampton a Nueva York. Pagaron 108 libras, que ser¨ªan unos 8.000 euros de hoy, por el billete de primera clase n¨²mero 17.758. Se alojaron en el camarote C65 y colocaron a su doncella, Fermina, en el de enfrente, el C109.
En el barco, Josefa y V¨ªctor continuaron su viaje enfundado de lujo. La noche del 13 de abril de 1912, el capit¨¢n Edward J. Smith daba una cena de gala. En el restaurante de primera clase, los hombres cenaban de etiqueta, las mujeres vest¨ªan sus mejores galas, sus cuerpos estaban adornados de diamantes y rub¨ªes engarzados en collares o anillos inimaginables. Muchos de estos tesoros descansan ahora a 4.000 metros de profundidad. En el barco cenaban varios magnates de la ¨¦poca: Guggenheim, Astor, Vanderbilt...
V¨ªctor y Josefa se fueron al camarote C109 a las once de la noche. Fermina cos¨ªa su cors¨¦ en el C65 cuando un estruendo recorri¨® el barco. El ruido no alarm¨® al matrimonio, ella estaba en la cama y ¨¦l se estaba desvistiendo para acostarse. Pero la doncella estaba inquieta y llam¨® a la puerta de los se?ores. V¨ªctor se visti¨® y sali¨® a cubierta para ver qu¨¦ ocurr¨ªa. El mar estaba tranquilo como un espejo, pero el barco no se mov¨ªa. Vio que un hombre le preguntaba a uno de los marineros d¨®nde estaban los chalecos salvavidas. El barco no se pod¨ªa hundir. Observ¨® que el marinero se hinchaba a re¨ªr.
V¨ªctor se dirigi¨® entonces en un ingl¨¦s perfecto, adquirido en sus viajes a las sastrer¨ªas de Londres, a los oficiales del barco. Le dijeron que la situaci¨®n era grave, que hab¨ªan chocado con un iceberg. Corri¨® a buscar a Josefa y a Fermina, a las que inst¨® a subir a cubierta. Ellas cogieron los chalecos salvavidas, se abrigaron con lo que agarraron, un jersey, un abrigo, y salieron. All¨ª reinaba el p¨¢nico. Todo el mundo gritaba. Un oficial sac¨® una pistola y dispar¨® al aire. Se oy¨® el grito de '?las mujeres y los ni?os primero!'. En ese caos de manos y brazos, dos marineros agarraron a Josefa y a Fermina y las embarcaron en el bote n¨²mero 8. V¨ªctor iba a subir, pero vio a una mujer con un beb¨¦ en brazos y le cedi¨® su puesto.
En el bote tambi¨¦n viajaba la condesa de Rothes, otro de los personajes retratados por James Cameron en la pel¨ªcula Titanic que obtuvo 11 oscars en 1998. Ella se puso a remar y recomend¨® a las mujeres que lo hicieran para protegerse del fr¨ªo. 'La se?ora Pe?asco [Josefa] gritaba el nombre de su marido. Fue terrible, le pas¨¦ el remo a mi prima y me acurruqu¨¦ junto a ella. Sus palabras eran imposibles de entender, hablaba entre sollozos. Cuando el barco se hundi¨®, utilic¨¦ lo mejor de m¨ª misma para intentar distraer a la se?ora espa?ola y que no oyese los sonidos de los que se ahogaban en el mar', relat¨® al New York Herald el 20 de abril de 1912.
A Josefa y a las dem¨¢s las recogi¨® el barco Carpathia cuatro horas despu¨¦s. La alojaron en un camarote que comparti¨® con lady Astor, la primera mujer que ocup¨® un esca?o en el Parlamento brit¨¢nico. Ella estaba embarazada y tambi¨¦n hab¨ªa perdido a su marido en el naufragio.
Josefa retorn¨® a Espa?a, se cas¨® por segunda vez en 1918 con Juan Barriobero, tuvo tres hijos y muri¨® en Madrid en 1972, a la edad de 83 a?os. 'Mi madre conserv¨® fotograf¨ªas de V¨ªctor toda la vida. A¨²n est¨¢n en mi casa', recuerda Mauricio.
'A V¨ªctor le ha pasado algo'
Horas despu¨¦s de la tragedia, en Madrid, Purificaci¨®n, la madre de V¨ªctor Pe?asco, estaba comiendo en el cenador art dec¨® de su palacete de la calle de Sagasta cuando cay¨® un moscard¨®n en su plato. '?A V¨ªctor le ha pasado algo!', exclam¨®. Poco despu¨¦s vio la lista de desaparecidos del barco en un peri¨®dico. All¨ª sal¨ªa el nombre de V¨ªctor Renango y Castellana [en lugar de Pe?asco y Castellana, el apellido correcto]. Ella se neg¨® a admitir que pod¨ªa tratarse de otro. Supo que era un error de transcripci¨®n del primer apellido de su hijo: '?C¨®mo es posible? ?Pero si estaba con Pepita en Par¨ªs! ?Precisamente acabo de recibir una postal suya!', grit¨®. Una gesti¨®n de Canalejas confirm¨® la noticia. V¨ªctor era uno de los desaparecidos. La familia de Josefa envi¨® un representante a Nueva York a recogerla. Seg¨²n las leyes espa?olas, Josefa no podr¨ªa casarse en 20 a?os si el cad¨¢ver de su marido no aparec¨ªa. El representante se fue a Terranova, al condado de Halifax. All¨ª le ense?aron tres cad¨¢veres y ¨¦l reconoci¨® a uno de ellos como V¨ªctor Pe?asco. Hoy no hay ninguna tumba con el nombre de V¨ªctor Pe?asco, y el cementerio de Halifax, donde se expidi¨® el certificado de defunci¨®n, no existe.
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