Maderas pol¨¦micas
Puede que el Mercado del Este viva a partir de hoy su periodo de paz, pero lo cierto es que desde su cierre, en 1986, este edificio emblem¨¢tico de la ciudad, que fue centro neur¨¢lgico de encuentro desde que se abriera en 1841, no ha creado m¨¢s que enfrentamientos.
Todo empez¨® cuando Juan Hormaechea, un alcalde que daba permisos con facilidad para destruir edificios emblem¨¢ticos en mal estado, decidi¨® tirarlo. Aquello provoc¨® una movilizaci¨®n que impidi¨® lo que hubiera sido otro esc¨¢ndalo m¨¢s en su gesti¨®n.
Mientras se discut¨ªa durante a?os qu¨¦ uso darle, empez¨® otra pol¨¦mica. ?C¨®mo rehabilitarlo? Cuando comenzaron las obras, el ambiente se volvi¨® a caldear. Se hab¨ªa decidido su demolici¨®n total para volver a ponerlo en pie. Asociaciones como Cantabria Nuestra, creada para alentar el conservacionismo en una regi¨®n en la que los desmanes de los constructores han hecho estragos con el visto bueno oficial, avivaron la pol¨¦mica.
Hoy se comprobar¨¢ si la reforma llevada a cabo por el arquitecto Carlos de Ria?o cuenta con la aprobaci¨®n de los m¨¢s severos cr¨ªticos y los que m¨¢s han velado por la conservaci¨®n y el respeto a la pervivencia de un edificio que era una joya del neoclasicismo, seg¨²n los expertos.
En el centro de la pol¨¦mica, la clave siempre ha estado en la madera que sosten¨ªa todo el entramado. Si este material se ha respetado se zanjar¨¢ la discusi¨®n.
Pero puede que salten otras. Las de su uso. Muchos confiaban en crear all¨ª un gran foco cultural. Por ahora hay dos exposiciones, pero sobre todo lo que hay son tiendas.
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