La prueba del almid¨®n
Sobre el papel, un concierto de Bryan Ferry en 2002 resultaba francamente atractivo. Promet¨ªa ofrecer algunas cl¨¢sicas de Roxy Music m¨¢s unas cuantas joyas de la carrera de Ferry en solitario. Delicioso, ?verdad? En la pr¨¢ctica ?bastante decepcionante! M¨ªster Ferry sigue conservando una presencia entra?able: impecable y con flequillo, muestra una fragilidad que en nada se parece al 'lagarto de sal¨®n' de sus sue?os. Es un dandi -en t¨¦rminos comerciales- que se defiende con profesionalidad.
Ah, la profesionalidad. En su caso, se traduce por tener una banda de tres coristas-bailarinas m¨¢s ocho instrumentistas. M¨²sicos que parecen haber sido seleccionados por su capacidad de transformaci¨®n: algunos tocan dos o tres instrumentos y hasta hacen voces. Sin embargo, tanta polivalencia no pod¨ªa ocultar la carencia de alma. Lo de 'alma' es un intangible, pero sirve para distinguir entre un concierto compacto y un espect¨¢culo de variedades. El mi¨¦rcoles hubo m¨¢s de lo segundo. Asistimos a un desfile de canciones que sonaban m¨¢s o menos brillantes y que se suced¨ªan sin llegar a construir un recital coherente.
Bryan Ferry
Cuartel del Conde Duque. Madrid, 17 de julio.
Ferry mantuvo su obsesi¨®n dylaniana, interpretando nada menos que tres piezas del cantautor, con r¨¢fagas de arm¨®nica en It's all over now, baby blue y Don't think twice, it's alright. Oh yeah (on the radio), son¨® con aceptable energ¨ªa pero sin conseguir crear continuidad ambiental. Lo mismo con la versi¨®n del Jealous guy, de John Lennon: a pesar de que Ferry resolvi¨® con elegancia su escasa implicaci¨®n interpretativa, revelaba una ins¨®lita taca?er¨ªa emocional. Y taca?o fue el concierto que Ferry cort¨® cuando no llevaba hora y cuarto. El modelo operativo fue el del coitus interruptus. La insensibilidad demostrada por Ferry al cerrar tras 17 canciones tuvo su colof¨®n en la actitud de alg¨²n miembro de su discogr¨¢fica espa?ola, tan despreocupados por ayudar a los informadores como interesados por conseguir que alg¨²n ex ministro y otras personalidades del PP entraran al camerino de la estrella. ?Y pensar que Ferry es hijo de minero y sol¨ªa presumir de votar laborista!
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