'?Usted no creer¨¢ esa estupidez de que est¨¢ loco?'

Un incidente en el que se vieron involucrados los escoltas del ex general Augusto Pinochet ha generado malestar en el Gobierno y en el Ej¨¦rcito. Ambas instituciones consideran que, dadas las circunstancias, el ex dictador deber¨ªa desarrollar una actividad p¨²blica lo m¨¢s discreta posible. Hace unos d¨ªas, la Corte Suprema decidi¨® sobreseer la causa abierta contra ¨¦l por su presunta implicaci¨®n en los asesinatos de la caravana de la muerte, al considerarlo demente senil y no estar capacitado para ir a juicio.

Despu¨¦s de conocer esa resoluci¨®n, Pinochet emprendi¨® el s¨¢bado viaje a Iquique, localidad situada a 1.861 kil¨®metros al norte de Santiago, donde ha desarrollado un intenso y visible programa de actividades: visitas a amigos, asistencia a misa y recorrido por los lugares tur¨ªsticos de la zona. Esta inusitada actividad provoc¨® protestas y manifestaciones protagonizadas por personas vinculadas a las organizaciones de defensa de los derechos humanos y familiares de sus v¨ªctimas.

Pero lo m¨¢s grave es el incidente que tuvo como protagonista a su escolta personal en la costa de Iquique. Los guardias del autom¨®vil de avanzadilla detuvieron en el camino, emple¨¢ndose con violencia, a tres muchachos, dos de ellos menores de edad, que se encontraban cazando cangrejos ayudados de rifles de aire comprimido. Tras detenerlos, los escoltas de Pinochet los entregaron a la polic¨ªa. A pesar de esas medidas de seguridad preventivas, el coche de Pinochet no pas¨® por ese lugar.

Los j¨®venes denunciaron despu¨¦s que fueron enca?onados, reducidos, y uno de ellos golpeado, a pesar de que los escoltas pudieron comprobar de inmediato que los rifles no eran letales. Los afectados anunciaron que presentar¨¢n una querella por apremios ileg¨ªtimos, da?os psicol¨®gicos y lesiones leves. El entorno del ex dictador justific¨® la sobrerreacci¨®n por el atentado sufrido por Pinochet en 1986 a manos del Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez.

Disculpa p¨²blica

La situaci¨®n molest¨® tanto al Gobierno como al Ej¨¦rcito; ambos coinciden en que el anciano ex general debiera salir lo menos posible y acomodar su vida cotidiana a la declaraci¨®n jur¨ªdica de demencia senil. La ministra de Defensa, Michelle Bachelet, en su condici¨®n de m¨¦dico, le recomend¨® ayer a Pinochet que optara por el reposo. Organismos estatales brindaron apoyo a los tres j¨®venes y las autoridades locales pidieron a los guardaespaldas que se disculpen p¨²blicamente, algo que no ha ocurrido.

El Ej¨¦rcito, del cual depende la escolta, orden¨® investigar los hechos y la actuaci¨®n de los guardaespaldas. El comandante en jefe de la instituci¨®n, general Juan Emilio Cheyre, fue m¨¢s lejos y mand¨® limitar al m¨¢ximo los desplazamientos de Pinochet. A los oficiales que integran la escolta de Pinochet se les recomend¨® administrar la seguridad de acuerdo con las necesidades oficiales y no con las familiares.

Algunos parientes del ex dictador tienen la tendencia de enviar a los escoltas, tal como lo hac¨ªan en el pasado, para resolver asuntos privados, seg¨²n fuentes militares citadas ayer por el diario El Mercurio. Cada desplazamiento de Pinochet en Iquique es seguido por su escolta, estimada en medio centenar de personas.

Frente a su domicilio, un lujoso apartamento, se han instalado los familiares de las v¨ªctimas de la dictadura, que le gritan asesino. La esposa de Pinochet, Luc¨ªa Hiriart, en una entrevista concedida al diario El Norti?o afirm¨® que 'quince tontos gritando con un meg¨¢fono no son una protesta', y a la pregunta de si el ex general hab¨ªa viajado a Iquique por un deseo personal o por otras razones, respondi¨® a la periodista: 'Por supuesto, pues linda..., ?c¨®mo no va a ser una decisi¨®n personal si ¨¦l es due?o y se?or de decidir? ?Usted no creer¨¢ esa estupidez de que est¨¢ loco o demente?'.