La dinast¨ªa de los fieros mamelucos
Una ruta por El Cairo descubre las huellas de una estirpe guerrera
Si preguntas qui¨¦nes eran los mamelucos, es probable que te hablen del dram¨¢tico cuadro de Goya que muestra a insurgentes del 2 de mayo atacando a un coracero y a ex¨®ticos jinetes mamelucos en la madrile?a Puerta del Sol. Puede que otro apostille que mameluco es sin¨®nimo de mamarracho, bobo. Y poco m¨¢s. Pero el t¨¦rmino mameluco, del ¨¢rabe mamluk, tambi¨¦n significa pose¨ªdo, esclavo. Designa una casta de esclavos guerreros de origen no musulm¨¢n que, liberados y convertidos al islam, rigieron el destino de Egipto y las regiones vecinas entre 1250 y 1517; acabaron con la amenaza de cruzados y mongoles, y mantuvieron el poder en la sombra hasta 1811. Durante el sultanato mameluco, la ciudad de El Cairo vivi¨® una ¨¦poca de desarrollo; para el historiador ¨¢rabe Ibn Jaldun, era 'la capital del mundo, el jard¨ªn del orbe, la asamblea de las naciones, el comienzo de la tierra, el iwan del islam'.
Para combatir nuestra ignorancia sobre la cultura isl¨¢mica, la organizaci¨®n Museos sin Fronteras ha organizado un ciclo de exposiciones tem¨¢ticas sobre el arte isl¨¢mico en el Mediterr¨¢neo -apoyado con la edici¨®n de unas cuidadas gu¨ªas-, en cuyo marco las obras se visitan en sus emplazamientos originales. Ahora, en El Cairo -esa ciudad de mil rostros, nerviosa, ca¨®tica, polvorienta, sorprendente e inabarcable-, adem¨¢s de visitar el Museo Egipcio, entrar en las iglesias y la sinagoga del barrio copto, tomar un t¨¦ y fumar un narguile en el Caf¨¦ Fishaui, comerse unas palomas rellenas, callejear y hacer compras en el zoco del viejo barrio Jan Aljalili retratado por el escritor Mahfuz, aventurarse por la alucinante Ciudad de los Muertos o acercarse hasta las pir¨¢mides de Guiza, tambi¨¦n podemos admirar el legado art¨ªstico mameluco, rico en arquitectura y artes decorativas.
En la ciudadela, construida por Saladino en el siglo XII, al este de la ciudad, se encuentra la torre del sult¨¢n Baybars, El Ballestero, azote de cruzados y mongoles, quien s¨®lo cost¨® 40 dinares en el mercado de esclavos debido a un defecto en el ojo. En la fachada se puede admirar su emblema, el le¨®n, esculpido sobre la piedra. En el mismo complejo, a la sombra de la imponente mezquita de Mohamed Al¨ª, se levanta la mezquita mameluca del sult¨¢n Al Nasir, con su c¨²pula verde y fustes cil¨ªndricos decorados en zig-zag en uno de los dos minaretes. El interior de la mezquita, que se desarrolla alrededor de un patio rectangular rodeado por cuatro p¨®rticos, es sobrio y elegante. Los arcos de herradura, de mamposter¨ªa roja y blanca, descansan sobre columnas de m¨¢rmol y granito romanas, coptas y ptolomeas; en las naves de la qibla, del artesonado de madera cuelga un ej¨¦rcito de l¨¢mparas; las almenas escalonadas del patio se recortan contra el cielo azul. Desde una de las terrazas de la ciudadela, junto a un agradable bar al aire libre, se disfruta de una amplia vista urbana, con el sonido de las bocinas amortiguado por la distancia.
Madrazas y alminares
Y en El Cairo mameluco, entre tantas madrazas, hammams, janquas -monasterios suf¨ªes-, maristanes -hospitales-, quioscos, sabils -fuentes p¨²blicas-, caravansarays y mezquitas; edificios embellecidos con puertas con incrustaciones de n¨¢car y marfil, alminares rematados en forma de bulbo, caligraf¨ªa c¨²fica cuadrada, vidrieras de colores; c¨²pulas con estalactitas o celos¨ªas de madera con ornamentos vegetales, hay un edificio que merece ser destacado por su modernidad est¨¦tica. Se trata de la wikala del sult¨¢n Al Gur¨ª, de 1503, situada en una callejuela del Jan Aljalili, que compagina de un modo brillante la funci¨®n comercial con la residencial. Por una puerta y un vest¨ªbulo se accede a un amplio patio porticado rectangular, alrededor del cual se levantan los locales comerciales y almacenes -las dos primeras plantas- y las viviendas en d¨²plex, con el sal¨®n, letrinas y agua en la tercera planta, y los dormitorios en la cuarta. La austeridad de la fachada -limpia de ornamentaci¨®n, salvo en los detalles en madera- y el ritmo estilizado de los arcos apuntados, las ventanas altas y estrechas y los contundentes saledizos, emparentan el estilo de este edificio con la primera arquitectura italiana del Renacimiento.
En la regi¨®n del delta del Nilo,adem¨¢s de polvo, burros, basura y palmeras, hay otros monumentos mamelucos de inter¨¦s. En Alejandr¨ªa -la ciudad m¨ªtica en la que se acaba de inaugurar su nueva biblioteca-, la fortaleza Quatbay se yergue sobre los restos del antiguo faro, dominando la bah¨ªa. En Rosetta, los creyentes oran sobre las alfombras rojas y bajo las arquer¨ªas de la mezquita de al-Mahali. En la mezquita de Abu al-Makarim, en Fuwa, en la ribera del Nilo, el imam, agradecido por el inter¨¦s con el que observ¨¢bamos el mimbar decorado con motivos geom¨¦tricos, nos regal¨® una flor y mostr¨® a hurtadillas la colecci¨®n de ediciones del Cor¨¢n que guardaba en su habitaci¨®n. La conversaci¨®n, limitada a signos y sonrisas, fue uno de los momentos m¨¢s agradables de un viaje en el que se comprueba que los mamelucos estuvieron lejos de ser unos mamarrachos.
GU?A PR?CTICA
Moneda: un euro equivale a 4,68 libras egipcias. Poblaci¨®n: Egipto tiene 67 millones de habitantes.
Ambassador, Catai, Nobel, Nesseim Tours, General Tours, Sol¨¢fica, Juli¨¤ Tours, Royal Vacaciones y otros incluyen Egipto en sus cat¨¢logos. Dunia Tours (915 59 04 45), por ejemplo, ofrece seis d¨ªas en El Cairo, con avi¨®n desde Madrid, desde 375 euros.
- Turismo de Egipto (915 59 21 21). - 'El arte mameluco'. Editorial Electa-Museos sin Fronteras. 15 euros. - Museos sin Fronteras (915 31 28 24).
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