Manzanares
La sequ¨ªa nos ha hecho ver otra vez a nuestro 'arroyo aprendiz de r¨ªo', como dijo Quevedo, convertido en algunos tramos en 'un charco ambulante'. Manzanarillos vuelve a estar tan seco como en tiempos cl¨¢sicos. Los escritores del XVI y XVII encontraron en este 'quiero y no puedo fluvial' un motivo para zaherir a Madrid. Por su cauce ha pasado desde entonces menos agua que literatura.
De no haber sido elegida Madrid como capital de Espa?a, el Manzanares habr¨ªa pasado por un r¨ªo discreto. Don Luis de G¨®ngora se?alaba la desproporci¨®n del puente -la Puente Segoviana- que Juan de Herrera hab¨ªa construido sobre ella. El arquitecto se sangr¨® en salud porque conoc¨ªa bien el r¨ªo, que se desbordaba a veces, como en la ocasi¨®n que describi¨® Vicente Espinel en El escudero Marcos de Obreg¨®n. Pero G¨®ngora le dec¨ªa: 'Du¨¦lete de esa puente, Manzanares, mira que por ah¨ª dice la gente que no eres r¨ªo para media puente y que ella es puente para treinta mares'. Insist¨ªa Lope de Vega en lo mismo, haci¨¦ndole decir al r¨ªo: 'Qu¨ªtenme aquesta puente que me mata, se?ores regidores de la villa, miren que me ha quebrado una costilla que, aunque me viene grande, me maltrata'.
Los vecinos de Madrid se ba?aban en el Manzanares pese a que, como dijo Luis V¨¦lez de Guevara en El diablo cojuelo, 'sal¨ªan m¨¢s fregados de arena que limpios de agua'. La tradici¨®n literaria de burlarse de esa 'esperanza de r¨ªo', al decir de Lope, pas¨® a los siglos posteriores. Ventura de la Vega escribi¨® que el Manzanares 'pide paraguas si llueve'. Fernando VII, que sal¨ªa a pasear en calesa por su cauce, lo mandaba regar.
Al llegar a Madrid, Te¨®filo Gautier, viajero franc¨¦s de la primera mitad del siglo XIX, pregunt¨® por el r¨ªo, pero no le supieron dar raz¨®n. Alejandro Dumas se port¨® muy bien con ¨¦l: le ofreci¨® un vaso de agua para remediar su sed. Paul Morand le vio 'chupando guijarros'. Lo m¨¢s cruel que se escribi¨® de este 'arroyo con mal de piedra' fue el soneto de G¨®ngora que pone en boca del Manzanares estos versos finales: 'Bebi¨®me un asno ayer y hoy me ha meado'.
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