Las muertes por accidentes laborales aumentaron un 4,4% en los cinco primeros meses de 2002

Las huelgas en el sector de la construcci¨®n a finales de 1999 y la intensa presi¨®n sindical en 2000 llevaron a los agentes sociales y las Administraciones a pactar varias medidas en los dos ¨²ltimos a?os para tratar de frenar la siniestralidad laboral. Pero los efectos de esas pol¨ªticas, que se suman a las de la ¨²ltima d¨¦cada, son a¨²n muy incipientes, como demuestran las muertes de dos obreros en C¨¢diz esta ¨²ltima semana y la estad¨ªstica entre enero y mayo: los accidentes laborales provocaron 70 muertos en Andaluc¨ªa, tres fallecimientos m¨¢s (un 4,4% m¨¢s) que en id¨¦ntico periodo de 2001.

Entre el 10 y el 15 de julio, los accidentes de trabajo se cebaron con C¨¢diz. Un muro, que no estaba apuntalado, se derrumb¨® en una obra de San Fernando y sepult¨® a tres trabajadores: uno muri¨® inmediatamente, otros dos sufrieron diversas fracturas. Otros tres obreros cayeron, tras ceder el andamio, desde una altura de ocho metros en un hotel de Chiclana, lo que les ocasion¨® graves lesiones f¨ªsicas (uno de ellos tiene una v¨¦rtebra rota que le afecta la m¨¦dula espinal). La ca¨ªda desde el andamio se repite en Olvera y la capital: dos heridos graves m¨¢s. Un nuevo accidente, esta vez en los Astilleros, acab¨® con la vida de otro trabajador. En la mayor¨ªa de los siniestros, faltaban las medidas de seguridad m¨¢s elementales, lo que llev¨® a los sindicatos y al delegado de la Consejer¨ªa de Empleo, Agust¨ªn Barber¨¢ a cargar contra la Inspecci¨®n de Trabajo.

El aumento de la plantilla de este cuerpo es una exigencia cl¨¢sica de los sindicatos. Las centrales admiten que ha habido grandes avances en la sensibilizaci¨®n para la prevenci¨®n de riesgos laborales, pero matizan que no guardan 'ninguna proporcionalidad' con los medios para ejercer la labor inspectora. Antonio Rodr¨ªguez Bustamante, secretario regional de la federaci¨®n de construcci¨®n de CC OO, sostiene que 'no se trata de poner un polic¨ªa detr¨¢s de cada empresa, pero las plantillas est¨¢n bastante cortitas para el ingente trabajo que hay. Ahora, adem¨¢s est¨¢ en aumento la contrataci¨®n irregular de inmigrantes, lo que a?ade a¨²n m¨¢s tarea'. Como ejemplo, recuerda la ¨²ltima denuncia que Comisiones present¨® en Almer¨ªa, en una empresa que ten¨ªa trabajadores latinoamericanos sin dar de alta que incluso dorm¨ªan en la obra. 'La Inspecci¨®n fue 40 d¨ªas despu¨¦s...', se queja.

Seg¨²n sus datos, de los 280.000 obreros de la construcci¨®n, unos 2.500 son extranjeros contratados en regla y otros 4.000, de forma ilegal. Aunque el porcentaje es bajo en el conjunto del sector, su nivel de riesgos es alto por su falta de formaci¨®n y porque trabajan a destajo, dos factores que tambi¨¦n inciden entre los empleados nacionales. En palabras de un inspector, 'es el resultado de pasar del olivo al andamio'.

M¨¢s inspectores

Desde los sindicatos se argumenta, adem¨¢s, que la falta de medios obliga a la Inspecci¨®n a ir 'a remolque de los accidentes'. Un inspector reconoci¨® que esta cr¨ªtica no iba descaminada y estim¨® que tres de cada cuatro actuaciones est¨¢n motivadas por denuncias o partes de accidentes. Entre los inspectores se cree necesario un incremento del 20% en la plantilla y, sobre todo, aumentar los medios inform¨¢ticos de personal de apoyo para aligerar el trabajo previo y posterior a las inspecciones.

'Incrementar los recursos siempre es bueno', concede Carlos Dom¨ªnguez, el jefe adjunto de la direcci¨®n regional de la Inspecci¨®n de Trabajo. En la actualidad, forman la plantilla 98 inspectores, una cifra que parece exigua para controlar las pr¨¢cticas laborales de decenas de miles de empresas. Dom¨ªnguez defiende que la intervenci¨®n de la inspecci¨®n ha crecido a?o a a?o y aporta datos: entre enero y mayo de 2001, se documentaron 2.968 infracciones, mientras que en ese periodo este a?o se detectaron 3.127. Y la labor inspectora en Andaluc¨ªa (ver gr¨¢fico) es similar a la de otras comunidades.

'Es demasiado simplista y poco riguroso relacionar los accidentes laborales con la labor coercitiva de los inspectores, es mucho m¨¢s que eso, es mucho m¨¢s importante que haya un cambio cultural en las empresas y eso tardar¨¢, se necesita formar a la gente desde los primeros niveles de la educaci¨®n', acota el jefe adjunto de la Inspecci¨®n.Ese cambio cultural era una de los objetivos incluidos en el ¨²ltimo acuerdo de concertaci¨®n social firmado en mayo del a?o pasado por sindicatos, patronal y Junta de Andaluc¨ªa.

El acuerdo inclu¨ªa la creaci¨®n de un Instituto Andaluz de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales y de un cuerpo auton¨®mico de coordinadores-asesores en prevenci¨®n de riesgos, que tendr¨ªan como misi¨®n complementar la labor de los inspectores de Trabajo.

El acuerdo de concertaci¨®n preve¨ªa que el Instituto se pusiera en marcha en un a?o, pero el bloqueo de la concertaci¨®n -primero por las elecciones internas en los agentes sociales, luego por el clima de crispaci¨®n previo a la huelga general- ha afectado a su desarrollo, aunque Dionisio Valverde y Antonio Moya, representantes de UGT y la CEA, respectivamente, en las negociaciones de la concertaci¨®n, aseguran que es uno de los aspectos en los que hay mayor consenso. Lo cierto es que a¨²n no se ha aprobado el anteproyecto de la ley que debe regular el Instituto y que el correspondiente tr¨¢mite parlamentario alargar¨¢ su puesta en marcha al menos hasta 2003.

Otras medidas, como generalizar los incentivos a las empresas que cumplan con los planes de prevenci¨®n, est¨¢n m¨¢s paradas. 'La toma de datos estad¨ªsticos es incorrecta y no creemos apropiado premiar a empresas por cumplir la ley, ni tampoco creemos exclusivamente en pol¨ªticas coercitivas, lo importante es la formaci¨®n', esgrime Moya, quien mantiene que el sector empresarial andaluz ha hecho 'un esfuerzo extraordinario' en los ¨²ltimos a?os por aplicar la prevenci¨®n. El dirigente de la patronal admite, eso s¨ª, que a¨²n queda mucho trabajo por hacer en las peque?as empresas, las que concentran las subcontratas y los accidentes.