Fangio era el m¨¢s grande
Hace ya casi medio siglo, el 4 de Agosto de 1957, que el argentino Juan Manuel Fangio conquist¨® su quinto y ¨²ltimo campeonato del mundo. La f¨®rmula 1 estaba en su infancia, se celebraba la octava temporada desde que fuera creada en 1950. El GP de Alemania se corr¨ªa en el viejo circuito de Nurburgring, un trazado endiablado por entre los bosques del Eiffel, donde pod¨ªa estar lloviendo en una parte mientras la niebla ocultaba otra y el sol cegaba a los espectadores de las tribunas. Ten¨ªa m¨¢s de 17 kil¨®metros de longitud, unas caracter¨ªsticas comunes a bastantes circuitos de aquellos a?os. A media carrera, en la vuelta 12 de las 22 programadas, Fangio hab¨ªa colocado su Maserati en cabeza, a casi medio minuto de los Ferrari de Mike Hawthorn y Peter Collins.
Al igual que ahora, los neum¨¢ticos jugaban un papel fundamental, y m¨¢s a¨²n con aquellos b¨®lidos de motor delantero que tend¨ªan a subvirar. El piloto argentino vio como se estaban degradando y opt¨® por entrar en los boxes para cambiar las cuatro ruedas. Los mec¨¢nicos, ni eran tantos como ahora ni estaban tan preparados para este tipo de operaciones. Cuando volvi¨® a la pista, Fangio se encontr¨® a 48 segundos de los dos Ferrari de cabeza. Faltaban diez vueltas para el final. El Chueco apret¨® los dientes sin perder la flema que le caracterizaba e inici¨® una remontada que pas¨® a la historia del automovilismo. En las nueve vueltas siguientes bati¨® en cada una de ellas el r¨¦cord de la pista. En la pen¨²ltima super¨® a Collins en la recta de detr¨¢s de los boxes, y ya en la ¨²ltima adelant¨® a Hawthorn en la zona de curvas de Fuchsrorhe. Y a¨²n le dio tiempo para sacarle 3,6 segundos en la meta.
Ya pentacampe¨®n, todav¨ªa hizo dos segundos puestos en Pescara y en Monza. A principios de febrero de 1958 gan¨® el Gran Premio de Argentina, que no puntuaba para el Mundial. Era una celebridad y recorr¨ªa el mundo subido en la fama. Latinoam¨¦rica todav¨ªa era rica. El 24 de febrero llegaba a Cuba para una carrera de exhibici¨®n. Dos d¨ªas despu¨¦s era secuestrado en La Habana por un grupo rebelde que se enfrentaba a la dictadura de Fulgencio Batista; unos tipos barbudos, entre los que destacaba un joven de clase media, educado en los jesuitas, de nombre Fidel Castro. No estuvo ni 24 horas secuestrado. Fue una operaci¨®n publicitaria a la que Fangio se prest¨® de mala o buena gana, nunca qued¨® del todo claro, aunque por las im¨¢genes gr¨¢ficas que nos lo muestran con una media sonrisa, no parece que lo pasara muy mal. Lo ¨²nico cierto es que no particip¨® en la carrera que se celebr¨® en la capital cubana y que los barbudos no tardaron en derribar al dictador y hacerse con el poder.
La f¨®rmula 1 sufr¨ªa ya su primera gran transformaci¨®n. Los peque?os Cooper con motores Climax, junto con los aerodin¨¢micos Vanwall, empezaban a imponerse a los grandes b¨®lidos de motor delantero. Los pilotos brit¨¢nicos llegaban con nuevas t¨¦cnicas de conducci¨®n. La estrella pujante era Stirling Moss.
Fangio todav¨ªa acab¨® en cuarto lugar en el GP de Francia, saliendo desde la tercera fila de la parrilla. Durante varias vueltas pudo ver los restos humeantes del Ferrari de Luigi Musso, que morir¨ªa durante aquella carrera en un terrible accidente. Fangio ten¨ªa ya 47 a?os. Los tiempos estaban cambiando. Hab¨ªa ganado su primera carrera el 12 de octubre de 1940; el GP Internacional del Norte, entre Buenos Aires y Lima, de 4.765 Km. de recorrido, con un Chevrolet.
En tercera posici¨®n de aquel gran premio en el circuito de Reims y que supuso el adi¨®s de Fangio a las carreras, se clasific¨® un arist¨®crata alem¨¢n de nombre Wolfgang von Trips; un piloto excepcional que hab¨ªa descubierto el propio Enzo Ferrari y que, seg¨²n todos los que se mov¨ªan en el mundo de la competici¨®n automovil¨ªstica, deb¨ªa marcar una ¨¦poca, tal y como lo hab¨ªa hecho el argentino. Trips muri¨® en Monza dos a?os m¨¢s tarde y Alemania tuvo que esperar casi m¨¢s de 30 a?os para encontrar un gran campe¨®n como el que ayer destron¨® al que parec¨ªa inalcanzable.
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