Cacho y la gran cosecha
El h¨¦roe de los 1.500 recuerda junto al decatleta Pe?alver, la regatista de vela Zabell, el futbolista Kiko, el ciclista Moreno y los waterpolistas la explosi¨®n ol¨ªmpica espa?ola que recaud¨® en Barcelona 22 medallas
'Corro en un estadio vac¨ªo. Yo s¨®lo contra mis rivales'. Ferm¨ªn Cacho se repet¨ªa mentalmente este par de frases mientras buscaba la m¨¢xima concentraci¨®n para afrontar la carrera m¨¢s importante de su vida, y probablemente de la historia del atletismo espa?ol, la que le dio la medalla de oro de los 1.500 metros en Barcelona 92. La estrategia le sali¨® a la perfecci¨®n. Aunque se perdi¨® la ceremonia de inauguraci¨®n, dos semanas antes de la final, y bien que lo lamenta. 'La vi por televisi¨®n y me emocion¨¦ mucho, sobre todo cuando sali¨® el equipo espa?ol. Me supo mal no estar all¨ª'. Una vez que lleg¨® a Barcelona, el 29 de julio, procur¨® seguir lo m¨¢s concentrado posible. 'Por eso apenas sal¨ª de la Villa Ol¨ªmpica. Pero se pod¨ªa palpar el fenomenal ambiente que exist¨ªa en la ciudad en aquellos d¨ªas', recuerda. 'No deseaba cometer ning¨²n error. Llevaba tiempo mentaliz¨¢ndome. Sal¨ª a disputar una carrera m¨¢s, como si no se tratara de la final ol¨ªmpica. El ambiente era tan impresionante que si me hubiera dejado llevar por ¨¦l, seguro que me hubiera precipitado y hubiera atacado antes de tiempo. De haber sido as¨ª, quiz¨¢s me hubieran faltado fuerzas al final'. No fue as¨ª. Aqu¨¦l ocho de agosto, en aquella carrera hist¨®rica, Cacho encontr¨® el hueco y las fuerzas en el momento id¨®neo. Fue a falta de unos 250 metros para el final. Era cuando en apariencia peor lo ten¨ªa, pero cambi¨® su ritmo, atac¨® a Birir por dentro y sobrepas¨® a Chesire, mientras que el gran Morceli, el dominador absoluto de la distancia desde 1990 a 1996, se hund¨ªa por detr¨¢s. 'Consegu¨ª hacer los ¨²ltimos metros m¨¢s r¨¢pidos de mi vida', cuenta.
Ahora, diez a?os despu¨¦s, Cacho contin¨²a en la brecha. Una vez superado el susto que se llev¨® el pasado mes cuando tuvo que ser hospitalizado a causa de una encefalitis viral, el atleta soriano inici¨® sus vacaciones en compan¨ªa de su mujer y de sus dos hijas pensando en recuperarse lo antes posible y en la vuelta a los entrenamientos y a la competici¨®n.
Apenas se recrea en la nostalgia, ni repasa su colecci¨®n de camisetas, en la que ocupa un lugar preferente una de las dos que utiliz¨® en los Juegos -'la otra se la regal¨¦ a mi entrenador (Enrique Pascual)'-, ni para volver a echar una mirada a la medalla de oro, ni al dorsal 404 -'un capic¨²a maravilloso'-. Puestos a elegir, la imagen de los Juegos con la que se queda es cuando el Rey le felicit¨® personalmente. 'No sab¨ªa c¨®mo reaccionar. Pero creo en la espontaneidad. Me parece que si tuviera que repetirlo lo har¨ªa como sali¨® entonces. Subiendo las escaleras hacia el palco iba dando vueltas a c¨®mo iba a tratarle, si de Su Majestad, Su Alteza... No es que me cortara, fueron los nervios'.
ANTONIO PE?ALVER 'Mi medalla fue un acontecimiento'
Harto de la tortura f¨ªsica, del dichoso nervio que le punzaba cada vez que intentaba forzar su herc¨²lea carrocer¨ªa, Antonio Pe?alver se retir¨® en enero de 2001. 'He tenido que luchar contra esa lesi¨®n desde el 91, desde antes de Barcelona', explica el decatleta que asombr¨® en aquellos Juegos Ol¨ªmpicos al ganar una medalla en una prueba tan exigente y con tan nimia tradici¨®n en Espa?a.
'A medida que me he hecho mayor, que acumulaba entrenamientos, he tenido muchos problemas, excepto en 1996. Y despu¨¦s de tanta lucha, de tanto sufrimiento, en el 2000 cuando me encontraba m¨¢s en forma, volvieron los dolores y tuve que apechugar con la desilusi¨®n de no ir a los Juegos de Sydney'.
El superm¨¢n espa?ol, que en Barcelona corri¨® los 100 metros en 11,09 segundos, salt¨® 7,54 en longitud y lanz¨® el peso a 16,50 metros en tres de las diez marcas que le dieron la medalla de plata, posee su propia empresa, dedicada a la gesti¨®n deportiva, y trabaja tambi¨¦n en el ayuntamiento de Murcia supervisando el deporte de promoci¨®n.
Pe?alver, que empez¨® la pr¨¢ctica del atletismo en las calles de su Alhama de Murcia natal cuando ten¨ªa 14 a?os, animado por su descubridor, Miguel Angel Mill¨¢n, un apasionado de la prueba m¨¢s completa, saborea mucho m¨¢s ahora, a sus 34 a?os, aqu¨¦l ¨¦xito sin precedentes de 1992. 'Al principio, ni yo, ni creo que nadie fuera muy consciente de lo que est¨¢bamos consiguiendo. Est¨¢bamos muy centrados en lo nuestro y todo result¨® muy confuso. Lo he vivido m¨¢s a medida que pasaba el tiempo'.
El descenso en el medallero en los dos Juegos Ol¨ªmpicos posteriores a la cita barcelonesa, los achaca Pe?alver a la falta de confianza en los deportistas. 'Es lo que m¨¢s necesita un deportista de ¨¦lite, confianza', sentencia. 'Y ese cierto margen que se nos dio antes del 92 se fue perdiendo. Se ampliaban las becas pero no cada a?o al 100%. Parec¨ªa como si temieran que ganaras la medalla y te echaras a dormir. ?Pero si esa era nuestra vida! Yo no entend¨ªa el d¨ªa a d¨ªa sin entrenamiento. No necesitaba nadie que me estuviera pinchando'.
THERESA ZABELL 'Se nos quit¨® el complejo de golpe'
'Basta decir que, cuando yo empec¨¦ a navegar, no hab¨ªa vestuarios femeninos'. Theresa Zabell, campeona ol¨ªmpica en vela en 1992 y en 1996, considera que el deporte femenino ha experimentado un gran salto de calidad, aunque todav¨ªa est¨¦ lejos de lograr equipararse con el masculino, por recursos, por n¨²mero de practicantes y por apoyo del p¨²blico y de los medios de comunicaci¨®n.
'Para el deporte espa?ol hubo un antes y un despu¨¦s de Barcelona. Fue un punto de inflexi¨®n', explica Zabell, retirada de la pr¨¢ctica de la vela pero muy ligada al deporte en su condici¨®n, desde 1999, de diputada en el Parlamento Europeo y presidenta de la fundaci¨®n Ecomar que promueve la cultura del mar entre los j¨®venes. 'Antes del 92 ya hab¨ªa grandes deportistas pero cuando compet¨ªan contra extranjeros se denotaba una especie de complejo de inferioridad', cuenta Zabell. 'En Barcelona se produjo una vor¨¢gine colectiva que se contagi¨® de unos a otros y se nos quit¨® el complejo de golpe'.
Ninguna deportista espa?ola hab¨ªa logrado una medalla ol¨ªmpica antes de Barcelona. De las 22 medallas logradas por Espa?a en el 92, ocho fueron suyas, adem¨¢s de que pocos meses antes, en los Juegos Ol¨ªmpicos de invierno en Albertville, Blanca Fern¨¢ndez Ochoa se convirti¨® en la primera mujer espa?ola que ganaba una medalla, la de bronce en la prueba de eslalon. Desde entonces la sucesi¨®n de ¨¦xitos, sin estar a la altura de otras potencias, ha experimentado un goteo continuo. Los primeros ¨¦xitos, que han servido para romper barreras y abrir caminos, han sido diversos: en baloncesto los del Dorna Godella en la Copa de Europa de 1992 y el de la selecci¨®n espa?ola un a?o despu¨¦s, en gimnasia r¨ªtmica el del equipo espa?ol en los Juegos de Atlanta, en balonmano el del Osito L'Eliana en la Copa de Europa de 1997. En el tenis puede hablarse de una aut¨¦ntica revoluci¨®n, la provocada con la aparici¨®n en el tenis de dos jugadores de primer nivel mundial como Arantxa S¨¢nchez Vicario y Conchita Mart¨ªnez. En ciclismo ha surgido otra gran campeona, Joane Somarriba, ganadora del Tour en 2000 y 2001 y del Giro en 1999 y en 2000, a la que acompa?a Dori Ruano, medalla de bronce en el Mundial contrarreloj de 2001, y Margarita Fullana, campeona mundial de bicicleta de monta?a y medalla de bronce en Sydney.
La explosi¨®n atl¨¦tica ha tenido un gran alcance. Primero fueron los ¨¦xitos de las marchadoras, entre las que la ¨²ltima en llegar, Mar¨ªa Vasco, se ha convertido en la primera medallista ol¨ªmpica espa?ola en unos Juegos de verano.
KIKO 'Lo tengo todo guardado en v¨ªdeo'
Francisco Mach¨®n, Kiko, se sent¨ªa 'un marciano' con una pelota de f¨²tbol bajo el brazo en el contexto de unos Juegos Ol¨ªmpicos, 'todo era m¨¢s importante que nosotros'. Diez a?os despu¨¦s de colgarse el oro al cuello en el estadio de Montju?c, el hombre que marc¨® el gol definitivo en la final ante Polonia reconoce que la experiencia ol¨ªmpica le dej¨® 'marcado para siempre y lo tengo todo guardado en una cinta de v¨ªdeo'.
'Uno de los recuerdos m¨¢s intensos que tengo es el de la inauguraci¨®n, aunque nos cay¨® una buena bronca de la Federaci¨®n por hacer el tonto ante las c¨¢maras en el desfile', recuerda divertido el que fuera delantero del Atl¨¦tico. Sobre el ambiente que se vivi¨® en el mes m¨¢s importante en la historia del deporte espa?ol, Kiko reconoce que la selecci¨®n de f¨²tbol no lo disfrut¨® plenamente, no, al menos, hasta la final: 'Apenas estuvimos en la Villa Ol¨ªmpica, pero poco a poco nos fuimos enganchando con el ambiente'.
La experiencia de aquellos juegos uni¨® para siempre a una generaci¨®n. As¨ª, Kiko asegura: 'Nos uni¨® algo muy especial, tanto que Toni (el portero rojiblanco hasta la temporada pasada y hoy en el Elche) es ahora el padrino de mi hija'. El delantero, que fue el m¨¢ximo goleador del torneo ol¨ªmpico, rememora con orgullo: 'Era un equipazo, ten¨ªamos 21 a?os, sin responsabilidades, sin hijos y todo por vivir'.
Lo cierto es que diez a?os despu¨¦s, nadie de esa brillante generaci¨®n ha tenido demasiada suerte y con s¨®lo 31 o 32 a?os, la mayor¨ªa ya se ha retirado o ha perdido protagonismo en sus clubes. Una generaci¨®n que no pudo repetir su ¨¦xito en ning¨²n otro torneo oficial, algo muy frecuente en las exitosas selecciones inferiores espa?olas. 'Esa es la pregunta del mill¨®n, ?por qu¨¦ la gente cuando llega a la absoluta no gana nunca nada? No lo s¨¦'.
J. M. MORENO 'Fue un sue?o'
'S¨ª, la m¨ªa fue la primera medalla de los Juegos. Y estar¨¢ siempre en mi mente porque fue la culminaci¨®n de un sue?o, la mayor gesta posible, lo m¨¢ximo que se puede lograr en el ciclismo en pista y, encima, la primera medalla espa?ola en Barcelona'. Jos¨¦ Manuel Moreno, el hombre que estremeci¨® el vel¨®dromo el lunes 27 de julio de 1992, se queda con aquella gesta y no se corta a la hora de solicitar el env¨ªo de las fotograf¨ªas existentes en el archivo del peri¨®dico porque un d¨ªa prest¨® su ¨¢lbum personal para un programa de televisi¨®n y ya no ha podido recuperarlo.
Despu¨¦s de tocar el cielo aquella jornada en la que abri¨® la cosecha de medallas espa?olas en Barcelona, la carrera de Moreno se llen¨® de obst¨¢culos. Primero, porque le cambiaron el entrenador ruso con el que tan bien se compenetr¨® y tanto progres¨®; m¨¢s tarde porque, paradojas de la vida, un relevo en la c¨²pula de la federaci¨®n espa?ola propici¨® que pasara a ser responsable del ciclismo en pista un entrenador de su pueblo, Chiclana de la Frontera. Parad¨®jicamente result¨® que su paisano -aunque ¨¦l naci¨® en Amsterdam es andaluz hasta la m¨¦dula-, le hizo la vida imposible, seg¨²n cuenta debido a que manten¨ªan rencillas familiares desde hac¨ªa a?os. 'Me fui a entrenar por mi cuenta', cuenta El Rat¨®n, como es conocido en Chiclana. 'A partir de entonces dej¨¦ de tener el apoyo de la federaci¨®n y del Consejo de Deportes. Ni siquiera me quiso aceptar que participara en las pruebas de selecci¨®n para Sydney 2000. Ante ello, en agosto de 1999 me retir¨¦'.
WATERPOLO Sobreponerse al varapalo
La selecci¨®n de waterpolo ha forjado su ¨¦xito en la adversidad. Ha sabido sobreponerse a todo, a la dolorosa derrota ante Italia en la dram¨¢tica final del 92 en la que fueron necesarias tres pr¨®rrogas, a la retirada de un jugador tan emblem¨¢tico como Manuel Estiarte y al imprescindible relevo generacional. Despu¨¦s de la medalla de plata en Barcelona gan¨® la de oro en Atlanta cuatro a?os despu¨¦s y a su t¨ªtulo mundial en Perth en 1998 ha a?adido el que logr¨® hace un a?o en Fukuoka (Jap¨®n).
De los 13 jugadores que ganaron la medalla de plata en Barcelona, s¨®lo contin¨²an en la selecci¨®n Dani Ballart (juega en el CN Sabadell y es miembro del consejo de administraci¨®n del Espanyol), Salvador G¨®mez (jug¨® el ¨²ltimo a?o en Florencia ), Sergi Pedrerol (CN Catalunya) y el portero Jes¨²s Roll¨¢n (fich¨® por el G¨¦nova y fue camp¨¦on de Liga en Italia la pasada temporada).
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