El protagonismo de EE UU en el conflicto de Perejil deja en entredicho a la Uni¨®n Europea
El apoyo de Francia a Rabat hizo imposible una postura com¨²n de Europa ante Marruecos
Europa respir¨® tranquila la noche del s¨¢bado cuando Rabat y Madrid anunciaron el acuerdo para resolver la crisis sobre la isla Perejil. 'Es una buena noticia para Marruecos y Espa?a, y es una buena noticia para Europa', reaccion¨® de inmediato la Comisi¨®n Europea. Pero la Uni¨®n 'no ha estado al nivel que le corresponde', admite un alto cargo diplom¨¢tico en Bruselas. Un grave conflicto entre un Estado de la UE y otro asociado a la Uni¨®n ha sido desactivado por EE UU, mientras Europa se mostraba desunida ante la petici¨®n de ayuda de uno de sus miembros al sentirse agredido.
La crisis relacionada con Perejil ha dejado adem¨¢s una herida abierta en Marruecos, un aliado estrat¨¦gico para los europeos.
'Espa?a ha preferido el aval de Estados Unidos, y no de la UE, porque no se fiaba de Francia', afirma un alto cargo del Consejo de la Uni¨®n. 'Por eso, el Gobierno espa?ol ha pedido que sea el secretario de Estado, Colin Powell, quien d¨¦ las garant¨ªas al pacto, y no las ha pedido a la Uni¨®n Europea ni a la Liga ?rabe o a la ONU, como tambi¨¦n se manej¨®', a?ade.
En efecto, la breve historia de este conflicto vivida en el seno de la Uni¨®n no pod¨ªa tener un final muy diferente. El viernes 12, al d¨ªa siguiente de la llegada de los gendarmes marroqu¨ªes a Perejil, la Comisi¨®n defini¨® el conflicto como 'un problema bilateral'. Pero, en la tarde de ese d¨ªa, la ministra espa?ola de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, solicit¨® que las instituciones europeas reaccionaran en apoyo de Madrid. Al d¨ªa siguiente, el presidente de la Comisi¨®n, Romano Prodi, mantuvo una 'tensa, franca y larga' conversaci¨®n telef¨®nica con Abderram¨¢n Yusufi, primer ministro marroqu¨ª, a quien advirti¨® de las 'consecuencias da?inas' que el conflicto pod¨ªa tener para su pa¨ªs.
Francia, el pa¨ªs europeo que hoy mantiene las m¨¢s privilegiadas relaciones pol¨ªticas y comerciales con Marruecos -apoya la f¨®rmula de la autonom¨ªa para el S¨¢hara y acaba de firmar importantes acuerdos de prospecci¨®n petrolera en la costa marroqu¨ª- no estaba dispuesta a deteriorar su fruct¨ªfero nexo con Rabat. El mismo d¨ªa 13, el Ministerio franc¨¦s de Asuntos Exteriores reclam¨® un arreglo bilateral 'antes de que un comienzo de crisis degenere en una verdadera crisis'.
Dinamarca, que este semestre preside la UE, desoy¨® la advertencia y, sin consultar al Gobierno franc¨¦s -y s¨ª al brit¨¢nico, entre otros-, emiti¨® la noche del d¨ªa 13 un comunicado 'de la presidencia de la Uni¨®n' expresando la 'total solidaridad con Espa?a' y exigiendo a Rabat 'la inmediata retirada de sus tropas'. Dinamarca, que hace unos a?os cerr¨® su embajada en Rabat y abri¨® otra en Argel, satisfizo as¨ª a Espa?a, pero irrit¨® a Par¨ªs. Por eso, el d¨ªa 17, el embajador franc¨¦s bloque¨® en el Comit¨¦ de Pol¨ªtica y Seguridad de la UE el proyecto dan¨¦s de emitir otra declaraci¨®n de solidaridad con Madrid tras el desembarco espa?ol en Perejil.
La Comisi¨®n, que en los primeros d¨ªas del conflicto denomin¨® a Perejil 'territorio de la Uni¨®n', con el consiguiente disgusto marroqu¨ª, exigi¨® a Rabat la inmediata vuelta al statu quo anterior al 11 de julio, pero apremi¨® a Espa?a a hacer lo propio cuando los soldados espa?oles se asentaron en el islote.
Por su parte, Javier Solana, alto representante de la UE para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n, se dedic¨® a una labor m¨¢s callada pero seguramente m¨¢s eficaz, porque se mantuvo en constante contacto telef¨®nico con Ana Palacio y con el ministro marroqu¨ª de Exteriores, Mohamed Benaissa. Y lo hizo pese a que, dada la especial sensibilidad del problema y que la soberan¨ªa de Perejil no est¨¢ definida, la crisis 'no guarda relaci¨®n alguna' con la Pol¨ªtica de Seguridad de la UE, como se?alan en el entorno de Solana.
Incluso la prevista presencia de Benaissa hoy en Bruselas, finalmente anulada tras el pacto hispano-marroqu¨ª, fue origen de tensiones. Tras hacer una primera y significativa visita a Par¨ªs el viernes pasado, eligi¨® viajar a Bruselas el mismo d¨ªa en que Ana Palacio iba a informar del problema a todos sus colegas europeos en la reuni¨®n del Consejo de Asuntos Generales (ministros de Exteriores), una coincidencia que no gust¨® al Gobierno espa?ol. Benaissa pidi¨® ver tambi¨¦n a su hom¨®logo dan¨¦s, Per Stig Moller, pero ¨¦ste prefiri¨® citarle para ma?ana en Copenhague.
Fue un dato m¨¢s que puso de manifiesto el mal momento que han atravesado estos d¨ªas las relaciones entre Bruselas y Rabat, cuyo Ministerio de Exteriores se declar¨® 'sorprendido' por la r¨¢pida reacci¨®n inicial de apoyo a Espa?a y por la velada amenaza sobre las 'da?inas consecuencias' de la crisis. S¨®lo entre 2000 y 2006, Marruecos recibir¨¢ 574 millones de euros en ayudas y pr¨¦stamos europeos. La UE y Rabat firmaron en marzo de 2000 un Acuerdo de Asociaci¨®n que prev¨¦ una zona de libre comercio entre ambos en doce a?os.
'Nosotros no est¨¢bamos en condiciones de actuar como intermediarios', se?al¨® ayer un portavoz de la Comisi¨®n al comentar el protagonismo de Washington. Por eso, el Ejecutivo comunitario conf¨ªa ahora en 'mantener las buenas relaciones entre la UE y Maruecos, que es un pa¨ªs vecino y amigo'. Para Europa, como recordaban estos d¨ªas en el Consejo, el norte de ?frica, y el Mediterr¨¢neo en general, es la m¨¢s delicada frontera cultural, religiosa, comercial y de seguridad, 'y mucho m¨¢s despu¨¦s del 11 de septiembre', un hecho que no parece que haya sido tenido muy en cuenta estos d¨ªas.
Ayer, la presidencia danesa de la Uni¨®n Europea opt¨® por no difundir comunicado alguno sobre el fin de la crisis. Todo un s¨ªntoma para concluir esta semana tan 'poco elegante en la UE', en expresi¨®n de un diplom¨¢tico dan¨¦s, como embarazosa para Espa?a en Bruselas. Quiz¨¢ s¨ª emita un comunicado tras la entrevista de Palacio y Benaissa en Rabat.
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