La trampa de la especulaci¨®n

De entre las pol¨ªticas econ¨®micas y sociales desarrolladas por los gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar desde 1996, la de vivienda es la que constituye un fracaso m¨¢s claro. Otras, como la energ¨¦tica, la de liberalizaci¨®n de mercados o la del mercado de trabajo, presentan matices que permiten al Gobierno y al PP defender mejoras espor¨¢dicas; en la pol¨ªtica de vivienda no es posible encontrar aspectos defendibles, por triviales que sean.

La especulaci¨®n se ha convertido en el mecanismo dominante en la formaci¨®n de precios, hasta el punto de que el coste del metro cuadrado para los ciudadanos se ha encarecido en m¨¢s del 50% en los ¨²ltimos seis a?os; las viviendas protegidas han desaparecido del mapa, porque las escasas que se construyen tambi¨¦n han entrado en el circuito maldito de la especulaci¨®n; los ciudadanos se ven obligados a destinar porcentajes crecientes de su renta para pagar las hipotecas que suscriben -el 30% de sus ingresos anuales durante 20 a?os como media, seg¨²n las ¨²ltimas cifras conocidas- y la vivienda de alquiler brilla por su ausencia. Todos estos factores, m¨¢s la indiferencia de la Administraci¨®n -el ministro ?lvarez Cascos lleg¨® a decir que la subida de la vivienda estaba relacionada con el aumento de la riqueza de los espa?oles- est¨¢n configurando un profundo malestar entre los ciudadanos con rentas medias y bajas.

?C¨®mo se ha llegado a este malestar social? Una raz¨®n importante, casi decisiva, es el fracaso de los intentos de liberalizaci¨®n del suelo. Como en otras ¨¢reas econ¨®micas, el Gobierno ha trabajado muy superficialmente en ¨¦sta, creyendo que bastaba con enunciar el prop¨®sito de liberar el suelo para que todos los agentes implicados, desde los ayuntamientos hasta los promotores, entregaran graciosamente las parcelas. Pero ha sucedido justamente lo contrario. Los municipios se resisten a liberar el terreno que constituye una parte importante de sus ingresos, y los promotores se lanzaron a especular con los escasos metros cuadrados que se pon¨ªan en el mercado cada a?o.

Si la liberalizaci¨®n de suelo ha sido un fracaso, la pol¨ªtica de vivienda de protecci¨®n oficial (VPO) es hasta ahora un fiasco. El Ministerio de Fomento no ha encontrado la f¨®rmula adecuada para que los promotores y constructores encuentren rentable la construcci¨®n de viviendas con precios limitados. El resultado es que los primeros se han desentendido de las VPO y el departamento de Fomento, que no est¨¢ interesado en corregir la falta de viviendas sociales, prefiere mantener a toda presi¨®n la construcci¨®n de las libres, que generan beneficios exorbitantes para las empresas del sector. La tupida red de comisiones y astillas que genera el negocio de la construcci¨®n ha debido facilitar tambi¨¦n la amnesia general hacia las VPO.

Pueden mencionarse otras fuerzas que est¨¢n contribuyendo a la desmesurada expansi¨®n de la burbuja inmobiliaria, como la implantaci¨®n del euro, que oblig¨® a aflorar cantidades importantes de dinero negro, y el agotamiento de la renta variable, que ha desviado sumas importantes hacia la vivienda. La resultante de estos elementos conjurados es que los espa?oles no pueden enfrentarse a un encarecimiento exponencial de los precios con rentas que crecen sistem¨¢ticamente por debajo de la inflaci¨®n real y la prevista. Y que el conjunto de la econom¨ªa corre el riesgo de sufrir un colapso si se desinfla la sobrevaloraci¨®n del mercado.

No estamos ¨²nicamente ante un caso de supuesta negligencia por omisi¨®n en la tarea de regular un mercado vital para los ciudadanos, sino tambi¨¦n ante un ejercicio de irresponsabilidad en la pol¨ªtica econ¨®mica global.