Siete asuntos para la discordia
A los litigios hist¨®ricos entre Madrid y Rabat, como el del S¨¢hara, se a?aden otros nuevos
Siete son los principales litigios que enfrentan a Espa?a con Marruecos. La cuesti¨®n de la ex colonia del S¨¢hara Occidental es, de todos ellos, el que reviste m¨¢s importancia para Rabat.
- S¨¢hara Occidental. Rabat desea que se imponga el acuerdo-marco, propuesto por el norteamericano James Baker, y que prev¨¦ reconocer la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre ese territorio que disfrutar¨ªa de una autonom¨ªa limitada, menor que la de cualquier comunidad espa?ola. Rabat cuenta con el apoyo de EE UU, Francia y el Reino Unido. Rusia es, m¨¢s bien, partidaria de dividir el territorio. Espa?a sostiene, en cambio, que no se puede imponer una soluci¨®n a ninguna de las partes en conflicto -Rabat o el Frente Polisario- y que, si ¨¦stas no logran ponerse de acuerdo, la ONU deber¨¢ desempolvar su proyecto de refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n previsto desde 1991. Marroqu¨ªes y saharauis coincidieron hace m¨¢s de diez a?os en la necesidad de celebrar esa consulta pero, tras la muerte de Hassan II (julio de 1999), Rabat cambi¨® de parecer. Aunque no ser¨¢ decisiva, la opini¨®n de Espa?a ser¨¢ tenida en cuenta porque fue la antigua potencia colonial y goza de una cierta autoridad moral en la ONU. La militancia de gran parte de la sociedad civil espa?ola a favor del Polisario irrita tambi¨¦n a Rabat.
Cerca del 90% del hach¨ªs incautado en Europa es de origen marroqu¨ª
- Inmigraci¨®n clandestina. Aunque ha ca¨ªdo un 23% desde principios de a?o -6.356 emigrantes detenidos hasta finales de junio-, la llegada, en todo tipo de embarcaciones, a las costas de Andaluc¨ªa y Canarias de inmigrantes clandestinos marroqu¨ªes, argelinos y subsaharianos sigue siendo motivo de fricci¨®n entre ambos pa¨ªses. El vicepresidente Mariano Rajoy repet¨ªa, el pasado mes de mayo, que los esfuerzos marroqu¨ªes para frenar ese fen¨®meno son insuficientes. La tensi¨®n alcanz¨® su cenit el pen¨²ltimo fin de semana de agosto de 2001 cuando m¨¢s de 800 inmigrantes desembarcaron, en menos de 72 horas, en las costas andaluzas. Poco despu¨¦s, el entonces ministro de Exteriores, Josep Piqu¨¦, acusaba a la polic¨ªa marroqu¨ª de complicidad con las mafias que trafican con hombres. Rabat alega en su defensa que carece de medios, que ha pedido apoyo a la UE, y que es v¨ªctima, a su vez, de la inmigraci¨®n ilegal. Miles de subsaharianos entran ilegalmente en Marruecos para dar el salto a Europa.
- Exportaci¨®n de hach¨ªs. Entre el 80% y el 90% del hach¨ªs incautado en Europa procede de Marruecos. Buena parte de la poblaci¨®n del Rif vive, directa o indirectamente, de este cultivo m¨¢s rentable que los de cereales. Un informe, publicado a principios de a?o, del Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional de Valencia pone de relieve que la superficie dedicada al cannabis en el norte de Marruecos ha pasado en menos de una d¨¦cada de 70.000 a 120.000 hect¨¢reas. El Gobierno espa?ol y la Uni¨®n Europea quieren que se reduzcan esos cultivos.
- Ceuta y Melilla. Las autoridades marroqu¨ªes han reivindicado hasta ahora pro forma estas dos ciudades y los islotes espa?oles a lo largo de su costa septentrional. El rey Mohamed VI sostuvo, en diciembre pasado, cuando recibi¨® al secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que estaba dispuesto a dejar provisionalmente de lado esa reivindicaci¨®n con tal de iniciar un di¨¢logo en serio con las autoridades espa?olas sobre los dem¨¢s asuntos en litigio. Desde que estall¨® la crisis de Perejil / Le?la, el jefe de la diplomacia marroqu¨ª, Mohamed Benaissa, ha hecho declaraciones contradictorias sobre el deseo de Rabat de poner o no sobre el tapete ese contencioso. La negociaci¨®n entre Londres y Madrid tendente a compartir la soberan¨ªa de Gibraltar ha despertado el inter¨¦s de los partidos pol¨ªticos marroqu¨ªes por los enclaves espa?oles.
- Pesca. El fracaso de la negociaci¨®n pesquera entre Marruecos y la UE llev¨® al presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a advertir p¨²blicamente a Rabat, en abril de 2001, que lo sucedido tendr¨ªa 'consecuencias' sobre la relaci¨®n hispano-marroqu¨ª. Es ah¨ª d¨®nde arranca la crisis. Cerca de 500 pesqueros espa?oles, mayor¨ªa de andaluces y gallegos, se hubiesen beneficiado del acuerdo. Desde entonces, parte de la flota espa?ola, que tradicionalmente faenaba en aguas marroqu¨ªes, ha sido recolocada en otros caladeros o desguazada. La prensa marroqu¨ª sostiene que Espa?a sigue hoy d¨ªa haciendo pagar a Marruecos su negativa a suscribir el acuerdo.
- Petr¨®leo. El Gobierno espa?ol concedi¨® el 21 de diciembre pasado dos concesiones de prospecci¨®n para Repsol cerca de Fuerteventura y Lanzarote, m¨¢s all¨¢ de las aguas territoriales de Espa?a y a menos de un centenar de kil¨®metros de la costa marroqu¨ª. Tal decisi¨®n suscit¨® una doble protesta marroqu¨ª tach¨¢ndola de 'acto unilateral, discutible e inamistoso'. Rabat ha otorgado, por su parte, dos licencias de prospecci¨®n en el S¨¢hara Occidental a sendas empresas norteamericana y francesa. El asesor legal de la ONU puso ciertos reparos a la iniciativa marroqu¨ª.
- Prensa. Las autoridades marroqu¨ªes est¨¢n molestas con el tono de la prensa espa?ola y sus cr¨ªticas hacia sus 'instituciones y personas sagradas' empezando por el rey. Reprochan al Gobierno espa?ol no esforzarse por frenar los ataques hirientes de los medios de comunicaci¨®n. A finales del a?o pasado Benaissa, manifestaba ante el Parlamento su extra?eza por 'el sorprendente silencio de las autoridades espa?olas ante esos excesos que hacen caso omiso de las costumbres internacionales'. Madrid responde a la acusaci¨®n recordando que la prensa es libre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Plataformas petroleras
- Inmigrantes magreb¨ªes
- Ceuta
- Colin Powell
- Producci¨®n petr¨®leo
- RASD
- Melilla
- Sahara Occidental
- Conflictos diplom¨¢ticos
- Marruecos
- Libertad expresi¨®n
- Inmigrantes
- Pesca
- Suministro petroleo
- Relaciones internacionales
- Inmigraci¨®n
- Suministro energ¨ªa
- Magreb
- Estados Unidos
- Narcotr¨¢fico
- Migraci¨®n
- Delitos contra salud p¨²blica
- ?frica
- Pol¨ªtica exterior
- Demograf¨ªa