Una monja en tierra isl¨¢mica
La espa?ola Pilar Vila trata de facilitar la convivencia entre musulmanes y cristianos en un colegio de Lahore, en Pakist¨¢n
Pilar Vila San Juan viste como las mujeres paquistan¨ªes y se define clara y concisamente: 'Tengo 50 a?os. Nac¨ª en Barcelona. Llevo 35 en Jes¨²s-Mar¨ªa. Dirijo el colegio de la orden en Lahore, Pakist¨¢n. Con la guerra y el furor integrista, la convivencia en el colegio est¨¢ amenazada'. La definici¨®n la hizo antes de participar en un curso sobre corresponsales de guerra -inform¨® para Radio Nacional al iniciarse la guerra en Afganist¨¢n-, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, en Santander.
Pilar Vila San Juan es una de las cuatro espa?olas que hay all¨ª en misiones, y la ¨²nica que se dedica a la educaci¨®n: 'Los padres de las ni?as musulmanas est¨¢n muy pendientes de que no las americanice (no hablan de europeizar), y de si no sigo las tradiciones del islam'. Y a?ade: 'No fui all¨ª a convertir musulmanes, sino a educar a ni?os y ni?as cristianos y musulmanes para la convivencia'.
La vigilancia y el recelo aument¨® tras el 11-S. 'El d¨ªa 12 llegu¨¦ al colegio y, como cada d¨ªa, puse a formar a las ni?as. Vi que estaban enardecidas, y que detr¨¢s de m¨ª hab¨ªa un centenar de profesores sonrientes. Fue muy duro, s¨®lo pude decir que era un d¨ªa muy dif¨ªcil para todos. Afortunadamente, dos lagrimones me impidieron seguir hablando'. Desde entonces, varios cristianos e iglesias han sido atacados. Vila San Juan comenta c¨®mo lo vive: 'Cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil y hay miedo, porque los musulmanes han visto que han podido hacerlo y est¨¢n orgullosos de ello. Son como un nuevo rico'. Y si hay miedo, ella no parece tenerlo: 'Como soy espa?ola y los espa?oles nunca hemos sometido a los paquistan¨ªes, es m¨¢s f¨¢cil que si fuera inglesa o estadounidense'. Tras el ataque a una iglesia, asegura, s¨®lo una maestra se acerc¨® a decirle que lo sent¨ªa, 'y lo hizo medio en secreto'.
La Embajada espa?ola la ha invitado varias veces a salir de Pakist¨¢n. Nunca ha querido. Le ha pedido que no salga sola, que no conduzca, que no es seguro. No ha hecho caso. 'Yo tengo que salir, hacer las compras, ayudar a las prostitutas', comenta. Y es que, aparte del colegio, Vila San Juan ayuda a las prostitutas de Lahore ('que te¨®ricamente no existen, pero que viven en un barrio en el que una vez que una entra all¨ª ya no sale'), atiende a los presos espa?oles en las c¨¢rceles y acude cuando tienen un juicio 'porque si no, no hay nadie que les traduzca'.
Lleg¨® hace cinco a?os a Lahore, un lugar 'donde las calles son mareas de hombres, como la salida de un partido de f¨²tbol en Europa'. Ella quer¨ªa ir a Tijuana, pero el cupo de 100 misioneros que permite el Gobierno paquistan¨ª no permite tardanzas en los relevos: 'Hubo una baja y hubo que cubrirla r¨¢pidamente, y como yo sab¨ªa ingl¨¦s, no pude elegir'. Ahora, enamorada de Pakist¨¢n, asegura que le quedan otros cinco a?os: 'Para vosotros es Pakist¨¢n, pero para m¨ª tiene nombres y apellidos'. 'A Bin Laden le debo que el mundo se acordara de que hay misioneros all¨ª', asegura esta mujer, que en enero recibi¨® la Cruz de Oro de la Solidaridad que otorga Espa?a por su compromiso y acci¨®n humanitaria.
En el colegio que dirige Vila San Juan hay dos ense?anzas: una de pago en ingl¨¦s para ni?as ¨¢rabes y otra gratuita y en urdu para ni?os y ni?as cristianos y pobres. 'Los cristianos son los pobres, los hijos de los que no ten¨ªan ni para irse a la India en 1947'. Las edades, entre 3 y 17 a?os. 'Intento que se mezclen ni?os y ni?as, musulmanes y cristianos y eso no gusta'. No gusta pero las autoridades le han permitido hacerlo en una clase para deficientes: 'Me permitieron 12 y yo he mezclado 70, funciona de maravilla'. Ella, licenciada en Filolog¨ªa Inglesa, imparte clases de valores a las ni?as ¨¢rabes, y de ingl¨¦s y costura a las cristianas paquistan¨ªes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.