Un peque?o combate por resolver
Con casi todo el Tour resuelto, la contrarreloj vivir¨¢ el duelo entre Armstrong, Igor y Botero
Santiago Botero, el incre¨ªble colombiano, no cree en el ciclismo matem¨¢tico sino en la poes¨ªa de la bicicleta, sin embargo no es exagerado afirmar que de su 'inconsistente' (que dir¨ªa Armstrong) rendimiento tiene m¨¢s culpa una ley f¨ªsico-matem¨¢tica, y no bancaria aunque sea la del 7%, que su mala cabeza tendente al idealismo y a la enso?aci¨®n. Este teorema dice que si bien el rendimiento en el llano viene determinado ¨²nicamente por la potencia pura del corredor (con una correcci¨®n por la cuesti¨®n aerodin¨¢mica), en monta?a la determinaci¨®n viene dada por la relaci¨®n peso-potencia. Los gordos, aunque sean potentes, arrasan en el llano, pero se arrastran en la monta?a; los ligeros, aunque apenas tengan vatios, se arrastran en el llano, donde se les lleva el viento, pero arrasan en la monta?a. Armstrong, que es potencia absoluta y peso ligero, arrasa en ambos terrenos.
?Y Botero? Para Botero, potencia pura y algo de peso, el l¨ªmite est¨¢ en el 7%. Hasta ese porcentaje de desnivel, las subidas son llanas para ¨¦l, o as¨ª parece, y eso es porque hasta ese tope la relaci¨®n matem¨¢tica es potencia (en vatios) multiplicada por peso (en kilos) a la menos 0,32; y a partir del 7%, cuando los puertos se hacen duros de verdad, la relaci¨®n es potencia multiplicada por peso a la menos uno. Es decir, la potencia es la que limita hasta el 7%, el peso, m¨¢s all¨¢. La teor¨ªa se ha cumplido d¨ªa tras d¨ªa el Tour. Botero ha perdido tiempo con Armstrong en todos los puertos con un porcentaje medio superior al 7% (especialmente en el Ventoux, donde se fue al cuarto de hora) mientras que en todas las cotas inferiores a ese porcentaje, excepto en La Mongie (donde pinch¨®), ha sacado tiempo al americano (especialmente en la Colombi¨¨re, donde atac¨® con el viento de cara).
As¨ª que, quiz¨¢s exagerando, se podr¨ªa afirmar que Botero ha sido el m¨¢s potente (y gan¨® una etapa en una larga contrarreloj y una de monta?a: el ¨²nico que ha hecho d¨²o), Armstrong el m¨¢s completo (que para eso es el l¨ªder), e Igor, el tercer hombre de este Tour, el m¨¢s duro, el que con menos capacidad f¨ªsica ha sacado m¨¢s rendimiento (fuerza mental le dicen). Los tres destacaron sobre el lote en la contrarreloj bretona; los tres deber¨¢n destacar hoy en la ¨²ltima contrarreloj larga y llana, la de los tradicionales ajustes finos. Los tres son favoritos: Botero, sin el handicap del 7%, deber¨ªa ganar como en Lorient, imponer su estilo pesado y tremendo; Armstrong, que sufre porque no ha ido al t¨²nel del viento este invierno y ha perdido feeling y adem¨¢s cree que no acert¨® con el desarrollo en Lorient (demasiado ligero, demasiado r¨¢pido), deber¨ªa ganar porque es muy bueno, e imponer su estilo ligero; e Igor, que aguant¨® el amarillo en Lorient, que estuvo m¨¢s cerca de Armstrong que nunca, deber¨ªa ganar porque se lo merece.
Mientras Botero no tendr¨ªa m¨¢s premio a?adido que su orgullo recompensado, para Armstrong la victoria le a?adir¨ªa un plus de confianza (que ya es mucha) tras no haber podido ganar el primer d¨ªa (como es su costumbre). 'Despu¨¦s de la contrarreloj dir¨¦ si he estado m¨¢s fuerte este Tour que el pasado', dice el americano. 'Y despu¨¦s de la contrarreloj ya dir¨¦ si me veo con capacidad para el r¨¦cord de la hora, un desaf¨ªo que me atrae'. Para Igor el premio a una buena contrarreloj ser¨ªa menos intangible, mucho m¨¢s material. El a?o pasado termin¨® quinto en el Tour, un puesto del que le separan este Tour s¨®lo cuatro segundos. En teor¨ªa ser¨ªa sencillo para un especialista como ¨¦l recuperar ese d¨¦ficit y terminar con alegr¨ªa el Tour en el que ha vestido el maillot amarillo unos cuantos d¨ªas si no fuera porque el desalojable de la plaza no es otro que su compa?ero lusitano, el cori¨¢ceo Azevedo, que tampoco es manco en la contrarreloj. As¨ª que para ser quinto final tendr¨¢ que esforzarse m¨¢s.
Decidido el podio y su orden, y tambi¨¦n la cuarta plaza para el coloso Botero, la lucha por la quinta plaza ser¨¢ uno de los pocos alicientes que le queden al Tour. Poco m¨¢s, excepto la duda de si Igor Flores mantendr¨¢ el farolillo rojo ante el Let¨®n Piziks, le queda a este Tour por decidir en los dos d¨ªas finales. Jalabert se asegur¨® ayer su segundo reinado consecutivo de la monta?a y el ONCE-Eroski, que infiltr¨® a Jacksche en la fuga larga del d¨ªa (en la que no hubo ning¨²n espa?ol y de la que sali¨® el ganador de la etapa, el tremendo noruego Thor Hushovd), confirm¨® su victoria en la clasificaci¨®n por equipos, una especialidad muy espa?ola los ¨²ltimos a?os. La ¨²ltima duda, la del maillot verde, ?podr¨¢ Zabel, el tenaz alem¨¢n, conseguir su s¨¦ptima victoria a los puntos consecutiva ante el irrefrenable australiano Robbie McEwen?, se decidir¨¢ ma?ana en los Campos El¨ªseos.
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