La crisis de Am¨¦rica Latina fuerza a regresar a Espa?a a 47.778 emigrantes
El n¨²mero de retornados es el mayor en 23 a?os
Teresa Dacal y Eugenio Parada dejaron en 1950 su Galicia natal para buscar en Argentina un futuro mejor. M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, su hija Teresa, de 44 a?os, nacida en Buenos Aires, ha repetido el camino pero en sentido inverso. El derrumbe econ¨®mico del pa¨ªs andino la ha llevado a emigrar sola a Madrid con el mismo objetivo que empuj¨® a sus padres a hacer las maletas: ofrecer a sus hijos, de 19 y 13 a?os, una vida con m¨¢s oportunidades. El caso de Teresa Parada no es ¨²nico. La crisis que atraviesan pa¨ªses como Argentina, Venezuela, Cuba y Colombia ha empujado a regresar a numerosos espa?oles y a sus hijos. Hasta 47.788 en 2001, la cifra mayor desde 1978. Estos datos, facilitados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, han sido elaborados teniendo en cuenta ¨²nicamente las bajas registradas en los diferentes consulados.
Teresa Parada cre¨ªa que, con la nacionalidad espa?ola heredada de sus padres, el desembarco en Madrid ser¨ªa m¨¢s sencillo. Calculaba que en tres meses tendr¨ªa la vida medio organizada y podr¨ªa traerse a sus hijos desde Buenos Aires. Pero pese a su formaci¨®n de contable se equivoc¨® en las cuentas: lleva seis meses (lleg¨® en enero) recorriendo sin ¨¦xito oficinas de empleo y ETT ofreci¨¦ndose para todo tipo de puestos (teleoperadora, comercial, contable, empleada de hosteler¨ªa...) y sigue en el paro.
Para lo que s¨ª le sirve la ciudadan¨ªa es para percibir el subsidio de emigrante retornado (310 euros mensuales durante un m¨¢ximo de 18 meses). Tambi¨¦n la evita los sobresaltos que sufren los inmigrantes sin papeles. Pero el mercado laboral es duro para los espa?oles que no han salido del pa¨ªs y tambi¨¦n para los que se marcharon y volvieron.
'Salen cosas en la econom¨ªa sumergida pero yo no puedo trabajar en negro porque si lo hago pierdo el derecho al subsidio', explica esta porte?a que, en 1994, tras nueve a?os en una empresa petrolera, se qued¨® en la calle junto a otros muchos empleados. Desde entonces fue saliendo a flote en Buenos Aires con empleos cada vez m¨¢s precarios. En 1997 volvi¨® a encontrar un trabajo estable pero en 2001 sufri¨® un nuevo ajuste de plantilla y dijo basta.
'Las cosas se pusieron muy feas en la Argentina y decid¨ª venirme para ver si puedo ofrecer a mis hijos, que tambi¨¦n tienen la ciudadan¨ªa espa?ola, un medio apto para que crezcan, algo que ahora all¨ª no es posible con la crisis y la inseguridad', explica. Su hermana mayor tambi¨¦n emigr¨® hace un a?o con toda su familia y vive en un pueblecito de Lugo. 'En el fondo yo creo que ella quer¨ªa volver a sus ra¨ªces porque de los cuatro hermanos que somos es la ¨²nica que naci¨® en Galicia. Yo prefer¨ª Madrid porque las capitales siempre ofrecen m¨¢s oportunidades para trabajar', aclara.
S¨®lo un empleo digno
Ella no busca El Dorado como algunos de los espa?oles que viajaron al Cono Sur a finales de siglo. S¨®lo un empleo digno que le permita vivir y alquilar un piso 'compartido, claro est¨¢', para ella y su hijo peque?o. 'El chico tiene una edad dif¨ªcil y como cuando le llamaba le ve¨ªa deprimido decid¨ª tra¨¦rmelo hace tres semanas. Ahora en verano est¨¢ con mi hermana en Galicia, pero cuando empiece el curso deber¨ªamos estar juntos, para lo que necesito un piso, no una habitaci¨®n como la que tengo ahora', comenta con angustia.
'El subsidio no da para vivir y adem¨¢s yo he venido a trabajar', explica esta mujer que paga por una habitaci¨®n en Torrej¨®n de Ardoz 180 euros mensuales, la mitad de la ayuda que recibe. A¨²n recuerda cuando su madre, ya una anciana de 87 a?os, fue a despedirla en enero al aeropuerto de Buenos Aires. Cincuenta a?os despu¨¦s del largo viaje emprendido por el matrimonio Parada otro miembro de la familia volv¨ªa a enfrentarse al desarraigo. Pero igual que entonces les empuja la esperanza de alcanzar el sue?o. 'Ahora tengo una familia desmembrada y una tremenda presi¨®n por hallar un empleo y una vivienda, lo que a veces me hace sentirme vencida, pero conf¨ªo en lograr algo mejor', explica esta descendiente de lucenses que, sin haber pisado jam¨¢s Galicia, sab¨ªa de carrerilla, por lo que o¨ªa en las reuniones familiares, los nombres de los montes m¨¢s cercanos a Lugo.
Los regresos de espa?oles residentes en Latinoam¨¦rica han experimentado un fuerte aumento desde 1999, mientras que los de Europa se mantienen constantes. De los 35.422 emigrantes que llegaron en 1999, el 57% proced¨ªa de Europa y s¨®lo el 29% de Latinoam¨¦rica. En 2001, los retornados desde Am¨¦rica Central y del Sur supusieron el 46% del total, seg¨²n datos de Trabajo a partir de las bajas registradas en los consulados.
Especialmente llamativo es el caso de la colonia espa?ola en Argentina -la mayor de todas, con 250.000 miembros- que en los ¨²ltimos dos a?os, empujada por la crisis, ha retornado con fuerza, pasando de los 1.501 regresos de 1999 a los 6.539 de 2001. En esos dos a?os tambi¨¦n se han multiplicado las llegadas de espa?oles afincados en Venezuela (de 2.712 a 4.563), en Cuba (de 585 a 1.104) y en Uruguay (de 341 a 1.600).
Otro caso curioso es el de Per¨². En 1999 hubo 572 regresos desde Lima; que ascendieron a 4.563 en 2000, un a?o de gran inestabilidad pol¨ªtica en el que el ex presidente Alberto Fujimori abandon¨® el pa¨ªs tras destaparse varios esc¨¢ndalos. Alrededor de un mill¨®n y medio de espa?oles viven en otros pa¨ªses.
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