Fin de fiesta triunfal
Las corridas de rejones tienen especial predicamento en Valencia, sobre todo por la afici¨®n que existe al caballo. En este tipo de festejos la plaza se llena de gentes llegadas de la huerta, donde el caballo ha sido, por tradici¨®n y obligados elementos de labor, todo un dios. La afici¨®n al caballo en los pueblos huertanos de esta tierra tiene su manifestaci¨®n popular en las 'corregudes de joies', carreras de caballos a campo a trav¨¦s, donde los jinetes montan a pelo, y en el 'tiro y arrastre' competici¨®n en que los animales son sometidos a pruebas de resistencia y fuerza. El caballo, en fin, por trabajo o fiesta, es un protagonista especial.
A esa fiesta del caballo, que fue la ¨²ltima de feria, se sumaron tambi¨¦n varias comparsas de moros y cristianos de la cercana localidad de Torrent, que dieron colorido especial a la tarde y tambi¨¦n la amenizaron con varias marchas tan peculiares de esta fiesta. El espect¨¢culo, pues, estaba servido en el tendido. S¨®lo faltaba que sobre el ruedo se respondiera al mismo nivel. Y la fiesta en el ruedo tambi¨¦n se dio.
Terr¨®n / Hern¨¢ndez, Hermoso, Cartagena
Toros para rejones de Luis Terr¨®n, justos de fuerza y nobles. Leonardo Hern¨¢ndez: entera, trasera y atravesada (saludos); bajonazo, un descabello -aviso- y otro descabello (silencio). Pablo Hermoso de Mendoza: entera, que descuerda al toro (oreja); pinchazo y entera (oreja). Andy Cartagena: entera (oreja); entera y tres descabellos (oreja). Plaza de Valencia. 28 de julio. ?ltima de feria.Tres cuartos de entrada.
Los toros de Luis Terr¨®n, considerablemente afeitados para la ocasi¨®n, tuvieron nobleza aunque les falt¨® el gas necesario para haber hecho m¨¢s emocionante la lidia a caballo. Y algunos, como el lote de Cartagena, blandearon y perdieron el equilibrio en alguna ocasi¨®n. M¨¢s fue un conjunto que no ofreci¨® dificultades, colabor¨® y acomod¨® la actuaci¨®n de los caballistas.
La tarde fue para Pablo Hermoso y Andy Cartagena a partes iguales. No s¨®lo porque se repartieron id¨¦ntico n¨²mero de orejas, sino tambi¨¦n porque sobre la arena igualaron en torer¨ªa, recursos y llegada a la gente. Ambos, Pablo y Andy, llevaron el clamor a los tendidos.
El torero navarro sac¨® en su primer toro a Roncal, Albaic¨ªn, Danuvio y Mariachi, con los que el recital de monta y toreo fue completo. Algo traseros le cayeron los dos rejones de inicio, en una labor de acercamiento de Roncal que se trabaj¨® mucho la llegada al toro. En banderillas, el clima subi¨® de tono: la torer¨ªa la puso con Albaic¨ªn, arriesg¨® con Danuvio y provoc¨® al parado toro con Mariachi. No llega a descordar a ese toro y le corta las dos orejas.
Con el quinto sac¨® a Monterrey de salida y a Fusilero en las primeras banderillas, pero fue con Campogrande y otra vez con Mariachi, donde de nuevo hizo que la gente vibrara. Se adorn¨® y un par de las cortas a dos manos rubric¨® tan importante actuaci¨®n.
No le anduvo a la zaga Andy Cartagena. Su primera faena qued¨® algo deslucida por las ca¨ªdas del flojo toro, pero en banderillas, montando a Quite, un bayo con alma de bailar¨ªn, llev¨® el entusiasmo a la gente. El toro que cerr¨® plaza tampoco estaba sobrado de fuerzas y Cartagena procur¨® no atacarle demasiado de salida. Otra vez en banderillas levant¨® clamor, esta vez montando a Esforzo y Manili. Dos pares al viol¨ªn fueron el remate a tan brillante labor. La suerte le fue esquiva a Leonardo Hern¨¢ndez a la hora de matar. Al soso toro que abri¨® plaza lo tore¨® con elegancia y sobriedad. Con el cuarto mantuvo un nivel alto, arriesgando sobre todo en un par a dos manos por los adentros, aunque un feo bajonazo ech¨® por tierra el triunfo. Hermoso y Cartagena, por la puerta grande.
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