El 'bel canto' reclama su autonom¨ªa

'Es una locura amar a un s¨®lo hombre'. Blanca, cantante de ¨®pera, ensaya una y otra vez esta frase en italiano, perteneciente a un aria de la ¨®pera El Turco en Italia, de Rossini. Modula su voz, unas veces d¨¢ndole m¨¢s fuerza, otras menos, unas veces exagerando la interpretaci¨®n, otras m¨¢s concentrada en la t¨¦cnica.

Y mientras ella ensaya, el auditorio del centro cultural Isabel de Farnesio de Aranjuez se llena otras tantas veces de su potente y clar¨ªsima voz, bajo la atenta mirada de otros seis cantantes y del gran maestro Enrique Viana. 'Ten en cuenta que eres una mujer con experiencia en cosa de hombres', 'dale m¨¢s frivolidad al asunto', 'marca m¨¢s la ¨²ltima parte', le aconseja a su vez Viana.

Este estilo oper¨ªstico naci¨® a finales del siglo XVIII y se eclips¨® en 1840, con la llegada del Romanticismo

Los siete alumnos de este taller de bel canto, uno de los cinco que ha organizado la Universidad Rey Juan Carlos como parte de sus cursos de verano en Aranjuez, llevan desde el pasado lunes recorriendo los complicad¨ªsimos caminos de esta corriente de la ¨®pera bajo las ¨®rdenes de Enrique Viana, un tenor que ha actuado en m¨¢s de 26 pa¨ªses, y uno de los mayores expertos en bel canto de Espa?a. Al talento de Viana se a?ade, adem¨¢s, el del pianista Manuel Burgueras, compa?ero inseparable, durante 11 a?os, de la diva Monserrat Caball¨¦.

El bel canto no es un sin¨®nimo de ¨®pera, contrariamente al uso que algunos dan a este t¨¦rmino, que literalmente significa canto bello, sino un estilo muy determinado de ¨®pera que naci¨® a finales del siglo XVIII para morir a mediados del XIX. 'Durante muchos a?os ha estado olvidado porque es menos vistoso. Pero es la pasi¨®n de mi vida', confiesa Viana.

Esta corriente, cuyos m¨¢ximos exponentes son los italianos Gaetano Donizetti, Gioacchino Rossini y Vincenzo Bellini, se caracteriza por su extrema dificultad, por requerir una t¨¦cnica perfecta y, en t¨¦rminos profanos, por los artificios vocales que realizan los cantantes. 'Es un tipo de ¨®pera en la que cuenta s¨®lo la voz, la capacidad de control que el cantante tenga sobre ella. La historia que cuenta y la escenograf¨ªa son lo de menos', puntualiza Viana. Y as¨ª lo demuestra Blanca, cantando a una velocidad vertiginosa, alternando las notas en d¨¦cimas de segundo para completar una escala que la lleva a un impresionante agudo.

'Para que se entienda, es un tipo de ¨®pera en el que el cantante se luce much¨ªsimo. La orquesta se calla, y la soprano puede estar un buen rato haciendo florituras con la voz', a?ade Celia Alcedo, otra de las alumnas del taller. Celia es una de las alumnas ilustres, aunque ella no lo quiere reconocer, e incluso le molesta confesarlo. Pero durante la Navidad del a?o 1998, esta joven soprano cant¨® en privado para los Reyes de Noruega en Oslo. 'Pero todav¨ªa no estaba Mette-Marit, o sea que no me pregunt¨¦is', agrega, riendo.

Celia, al igual que cinco de sus seis compa?eros, es una cantante profesional. Para estos j¨®venes belcantistas, muchos de ellos procedentes de puntos muy alejados de Aranjuez, la oportunidad que les brinda este taller es de un muy calculable valor. Una hora de clase con un profesor de canto y un pianista cuesta la friolera de 90 euros, un precio 'enloquecido' a juicio de estos j¨®venes cantantes. Pero este verano, los siete tendr¨¢n el privilegio de recibir cinco horas de canto con un profesor de gran nivel por s¨®lo 120 euros, ya que todos ellos han recibido una beca. 'Es muy dif¨ªcil vivir de la m¨²sica, y el canto es lo m¨¢s caro de todo', apunta Enrique Viana.

A los gastos de las clases en Espa?a, algunos a?aden el coste de los desplazamientos a otros pa¨ªses para recibir clases de profesores especialistas en un cierto autor o en una cierta ¨¦poca. Es el caso de Elena L¨®pez Ja¨²regi, que vivi¨® durante dos a?os en Ancona y en Treviso, en Italia. 'Si eres especialista en m¨²sica alemana o italiana, te tienes que ir all¨ª una temporada', explica Celia.

Celia vive de la m¨²sica, impartiendo clases a otros cantantes, mientras Elena confiesa que se las compone como puede. Otros, como Alvaro Rojas, chileno de nacimiento, han agudizado el ingenio y han encontrado un empleo que indirectamente les permite vivir de la m¨²sica. Alvaro gestiona un restaurante en el que a los comensales se les adereza el men¨² con una buena dosis de ¨®pera.

Para Viana, que se decanta por Rossini y su aria 'Bel raggio lusinghier', de la obra Semiramide, ense?ar es un 'placer'. Pero la impresi¨®n que se llevan unos oidos inexpertos es que a sus siete alumnos les queda poco por aprender.