Entre el horror y la esperanza
La clonaci¨®n (conseguir copias id¨¦nticas de c¨¦lulas u organismos) es una t¨¦cnica fundamental de la revoluci¨®n molecular experimentada por la biolog¨ªa. Desde hace m¨¢s de 30 a?os se ha clonado bacterias para estudiar el ADN, c¨¦lulas para investigar su funcionamiento y, m¨¢s recientemente, incluso ovejas. La clonaci¨®n de mam¨ªferos es un hito que ha tenido un fuerte impacto en la sociedad, a la que a veces ha llegado el mensaje tergiversado de que la clonaci¨®n de seres humanos estaba a la vuelta de la esquina.
Esto ha creado una alerta que puede provocar que se proh¨ªba cualquier tipo de investigaci¨®n relacionada con estas t¨¦cnicas, lo que podr¨ªa retrasar de forma significativa el progreso del trasplante nuclear, una estrategia que utiliza t¨¦cnicas afines a la clonaci¨®n destinada a paliar numerosas enfermedades.
La inviabilidad de la clonaci¨®n reproductiva humana contrasta con las grandes posibilidades de curaci¨®n que abre la t¨¦cnica del trasplante celular
La excitaci¨®n inicial producida por las nuevas posibilidades de curar enfermedades se ha topado con unas reglamentaciones obsoletas
El impacto de 'Dolly'
Hans Spemann lleg¨® en 1938 a la conclusi¨®n de que deb¨ªa de ser posible utilizar el n¨²cleo de una c¨¦lula de mam¨ªfero adulto para clonarlo. Pero tuvieron que pasar 58 a?os hasta que su sue?o se hiciera realidad y naciera la oveja Dolly, gracias al trabajo de Ian Wilmut y su grupo del Instituto Roslin, en Escocia. En medios cient¨ªficos supuso la ruptura de una teor¨ªa mantenida desde el siglo XIX: que la informaci¨®n gen¨¦tica disminuye irreversiblemente con la diferenciaci¨®n de las c¨¦lulas.
En 1997, otra vez Wilmut clon¨® la primera oveja transg¨¦nica, Polly, a la que a?adi¨® el gen humano para el factor IX, deficiente en algunos enfermos de hemofilia, que m¨¢s tarde pudo recogerse en grandes cantidades en la leche del animal. La clonaci¨®n para obtener copias de animales se utiliza en investigaci¨®n para estudiar los mecanismos de la diferenciaci¨®n celular, pero los intentos de explotar esta t¨¦cnica en ganader¨ªa han tenido escaso ¨¦xito por la presencia de anomal¨ªas en las cr¨ªas resultantes.
La t¨¦cnica utilizada para clonar a Dolly es conocida como transferencia nuclear. Consiste en extraer el n¨²cleo de una c¨¦lula y transferirlo a un ¨®vulo no fertilizado al que previamente se ha extra¨ªdo su material gen¨¦tico. Una vez colocado el n¨²cleo en el ¨®vulo se debe esperar un tiempo para que ¨¦ste vuelva atr¨¢s y se olvide de que era el n¨²cleo de una c¨¦lula especializada. La influencia del ¨®vulo sobre los genes del n¨²cleo transferido se denomina reprogramaci¨®n nuclear. Aunque la existencia de esta reprogramaci¨®n es conocida desde hace tiempo, su mecanismo sigue siendo un misterio.
Una vez que el n¨²cleo ha sido reprogramado, el investigador induce la formaci¨®n de la primera divisi¨®n del futuro embri¨®n. Los primeros d¨ªas de este embri¨®n se desarrollan en una placa de cultivo, hasta que llega a la fase de blastocisto. A partir de ese momento, el embri¨®n debe implantarse en el ¨²tero de una madre portadora para que prosiga su desarrollo. De no hacerse as¨ª el embri¨®n no podr¨ªa sobrevivir, porque necesita el ambiente proporcionado por el ¨²tero materno para nutrirse y desarrollarse correctamente. En nuestros trabajos con ratones, utilizamos una hembra pseudoembarazada: apareada con un macho est¨¦ril para que sea receptiva al embarazo.
El porcentaje de ¨¦xito de este procedimiento es muy peque?o. Una gran parte de los embriones en ciernes no llega a la fase de blastocisto. Buena parte de los que s¨ª lo hacen no consiguen implantarse en el ¨²tero. Muchos de
los embriones que si logran implantarse no finalizan su desarrollo correctamente y son abortados. Y por si todo esto no fuera suficiente, un porcentaje elevado de los clones reci¨¦n nacidos fallece en las primeras horas de vida debido a diversas complicaciones asociadas al procedimiento. Son por tanto evidentes las dificultades que plantea una t¨¦cnica que produce un ¨¦xito de cada 100 a 500 intentos.
M¨¢s de 100 mujeres...
Haciendo un ejercicio de imaginaci¨®n, podemos extrapolar estos n¨²meros al caso humano. En primer lugar, se necesitar¨ªa que entre 40 y 60 mujeres f¨¦rtiles actuaran como donantes para obtener entre 500 y 1.000 ¨®vulos. Tras su cultivo en el laboratorio, los embriones que se hubieran desarrollado adecuadamente ser¨ªan transferidos al ¨²tero de madres de alquiler. Ser¨ªan necesarias entre 40 y 50 voluntarias, que recibir¨ªan cada una 4 o 5 embriones, con lo que se garantizar¨ªan unos 10 embarazos.
S¨®lo uno de estos embarazos cabe esperar que acabara con el nacimiento de un ni?o normal (hasta donde se ha podido comprobar la normalidad con animales de experimentaci¨®n), mientras que el resto ser¨ªan abortados espont¨¢neamente o nacer¨ªan con malformaciones de distinto grado.
En resumen, har¨ªa falta el concurso de m¨¢s de 100 mujeres para obtener un solo ni?o normal. ?ste es un aspecto frecuentemente omitido en los medios de comunicaci¨®n por quienes defienden la clonaci¨®n humana reproductiva. Las personas que est¨¢n considerando la clonaci¨®n para tener hijos deber¨ªan tener esto muy presente.
El gran problema de la t¨¦cnica no es s¨®lo que se tenga que intentar 10 o 100 veces para que tenga ¨¦xito, sino que, adem¨¢s, por cada ni?o sano, nacer¨ªan cinco o diez ni?os con grandes malformaciones, que requerir¨ªan, adem¨¢s de cari?o, atenci¨®n hospitalaria continuada por lo poco (o mucho) de vida que les quedara. En estas condiciones, intentar siquiera utilizar la clonaci¨®n como forma de reproducci¨®n en humanos ser¨ªa 'criminalmente irresponsable', en palabras de Ian Wilmut, el padre de Dolly.
Curar con las propias c¨¦lulas
Otro tipo de aplicaci¨®n que aparece vinculada a la clonaci¨®n, pero que tiene objetivos radicalmente distintos, es lo que ahora se conoce como trasplante nuclear y durante un tiempo se ha denominado clonaci¨®n terap¨¦utica. Esta nueva denominaci¨®n refleja el objetivo final de la t¨¦cnica: el trasplante de c¨¦lulas o tejidos para tratar enfermedades. Estos tejidos se obtendr¨¢n diferenciando c¨¦lulas madre derivadas de blastocistos clonados. Pero el trasplante nuclear no persigue ser una forma alternativa de reproducci¨®n, sino una nueva manera de curar.
Mediante esta t¨¦cnica, se podr¨¢ usar cualquier c¨¦lula de un paciente para generar a partir de ella las c¨¦lulas madre que se usar¨¢n para el autotrasplante, elimin¨¢ndose as¨ª los problemas derivados del rechazo de c¨¦lulas ajenas.
El n¨²cleo de una c¨¦lula cualquiera del paciente se transferir¨¢ a un ¨®vulo preparado para que lo reprograme y, de esta forma, se convierta en c¨¦lula madre. Estas c¨¦lulas se diferenciar¨¢n en el laboratorio para dar lugar a las c¨¦lulas o tejidos necesarios para que sean trasplantados al propio paciente. Hasta aqu¨ª, todo bien. El problema moral que esta estrategia suscita es que se ha de crear un blastocisto humano con el fin de destruirlo para crear las c¨¦lulas madres.
La excitaci¨®n inicial producida por la aparici¨®n de estas nuevas posibilidades ha chocado con unas reglamentaciones obsoletas. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados se ha producido un gran alboroto pol¨ªtico, con mayor o menor repercusi¨®n social, al plantearse si se deb¨ªa fomentar o prohibir este tipo de investigaciones.
Estados Unidos opt¨® por una soluci¨®n intermedia, que ha demostrado ser perjudicial para el progreso cient¨ªfico, aunque muy beneficiosa para algunos. El Instituto Nacional de la Salud (organismo que dirige y financia la investigaci¨®n biom¨¦dica p¨²blica en EE UU) opt¨® por apoyar los trabajos que utilicen c¨¦lulas madre embrionarias humanas existentes hasta la fecha de la decisi¨®n, pero no financiar proyectos que utilicen nuevas l¨ªneas celulares, por suponer eso la destrucci¨®n de m¨¢s embriones.
El resultado de esa decisi¨®n es que los dos grupos que obtuvieron las primeras l¨ªneas de c¨¦lulas madre humanas pluripotentes se ven beneficiados, y con ellos la empresa Geron, que fue la que financi¨® sus trabajos. Adem¨¢s de fomentar la b¨²squeda de fuentes privadas de financiaci¨®n, decisiones as¨ª propician la aparici¨®n de comportamientos paralegales, como el del grupo australiano que ha obtenido las c¨¦lulas madre en Singapur (donde es legal crear nuevas l¨ªneas) y realizado los estudios sobre ellas en su pa¨ªs. De esta forma se ponen en peligro las caracter¨ªsticas fundamentales de la actividad cient¨ªfica (transparencia, comunicaci¨®n p¨²blica de los resultados y distribuci¨®n sin coste de los materiales obtenidos) y la generalizaci¨®n a toda la sociedad de los beneficios del progreso cient¨ªfico.
Debate estancado en Espa?a
Los pa¨ªses de nuestro entorno geogr¨¢fico y cultural est¨¢n tomando posici¨®n al respecto, comenzando por el Reino Unido, donde est¨¢ permitida la creaci¨®n de l¨ªneas de c¨¦lulas madre embrionarias y las investigaciones sobre el trasplante nuclear. En Espa?a, el debate sobre este tema est¨¢ estancado. El Gobierno deber¨ªa tomar una postura oficial acerca de estos temas. Para ello es necesario informar objetivamente a la sociedad y a sus representantes de las ventajas e inconvenientes de esta nueva medicina, sin dejarse llevar por optimismos infundados ni por conceptos err¨®neos. Dada la excelente tradici¨®n cient¨ªfica en biolog¨ªa del desarrollo de varios grupos de investigaci¨®n espa?oles, ¨¦ste puede representar un momento hist¨®rico para subirse definitivamente al tren cient¨ªfico del siglo XXI.
En investigaci¨®n biom¨¦dica sucede muy raramente que descubrimientos concretos supongan una posibilidad de curaci¨®n real para un gran conjunto de enfermedades. El trasplante nuclear, junto con la terapia celular basada en c¨¦lulas madre, son la estrategia m¨¢s innovadora que se ha propuesto en los ¨²ltimos tiempos.
Podemos imaginar, en un futuro no muy lejano, a un paciente diab¨¦tico acerc¨¢ndose a su ambulatorio para que le tomen una muestra de c¨¦lulas de la piel o de la mucosa de la boca. A partir de esa muestra se obtienen c¨¦lulas madre y ¨¦stas se diferencian en c¨¦lulas pancre¨¢ticas, que le son trasplantadas tres o cuatro semanas despu¨¦s, cur¨¢ndolo o, cuanto menos, mejorando significativamente su calidad de vida.
Es importante abordar r¨¢pidamente el debate ¨¦tico sobre estas t¨¦cnicas para que ese futuro imaginado se convierta en real.
?Y si fuera viable obtener clones humanos?
CLONAR HOY a un ser humano es t¨¦cnicamente una temeridad, lo que lleva a la mayor parte de los cient¨ªficos a rechazar la idea. Pero, ?y si fuera viable t¨¦cnicamente? Eso abrir¨ªa un debate distinto sobre el que aportamos algunos datos:
- Hay quien pide clonar a un ser querido desaparecido. Los familiares piensan que as¨ª podr¨¢n reemplazarlo, pero no es as¨ª. La dotaci¨®n gen¨¦tica es importante en la formaci¨®n de una persona, pero tambi¨¦n lo son los factores ambientales (familiares, educativos, culturales, sociales).
- Desde un punto de vista estrictamente ¨¦tico, un problema grave ser¨ªa generar un humano para utilizarlo con una finalidad concreta. Esto vulnerar¨ªa un derecho fundamental de las personas, su autonom¨ªa. Toda vida humana es un fin en s¨ª misma, y no puede tolerarse que se convierta en un medio. Pero el problema aqu¨ª no deriva del clonado como t¨¦cnica reproductora en s¨ª, sino de la forma en que se podr¨ªa utilizar.
- La posibilidad de la clonaci¨®n reproductiva ha sido especialmente bien acogida por los colectivos de homosexuales, que han visto en ella una posibilidad de tener hijos sin recurrir a material gen¨¦tico ajeno. Del mismo modo, parejas cuya infertilidad no se puede resolver con las t¨¦cnicas actuales ven en la clonaci¨®n una alternativa a la adopci¨®n.
- Otra raz¨®n aducida por partidarios de la clonaci¨®n reproductiva es la b¨²squeda de la inmortalidad. Si obtengo un clon de m¨ª mismo, seguir¨¦ viviendo tras la muerte. Esto es esencialmente err¨®neo. Un individuo con mis genes seguir¨ªa viviendo, pero en el seno de una persona distinta, de forma similar a un hijo concebido por m¨¦todos tradicionales.
- Las encuestas realizadas muestran que la poblaci¨®n est¨¢ mayoritariamente en contra de la clonaci¨®n como m¨¦todo reproductivo.
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