Los renglones torcidos del SPD
Dec¨ªa Isa¨ªah Berlin que Dios escribe sobre renglones torcidos. Como casi siempre, ten¨ªa raz¨®n, pensar¨¢ Gerhard Schr?der ahora que se ve muy cerca de ser canciller de una sola legislatura cuando todo lo ten¨ªa a favor para imponer, con su coalici¨®n de socialdem¨®cratas y verdes, un rumbo diferente al que tan espectacularmente quebr¨® con la derrota de Helmut Kohl en 1998.
Hace un a?o tan s¨®lo, sus rivales de la CDU, CSU y liberales del FDP estaban postrados, sumidos en querellas internas, lastrados por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, laminados por una reforma econ¨®mica que el Gobierno estaba a punto de conseguir y lejos de cualquier esperanza.
La mayor¨ªa de los analistas y los encuestados creen que Schr?der no merece tal suerte. ?l sigue, en valoraci¨®n personal, superando a su rival. Su ministro de Asuntos Exteriores, el verde Joschka Fischer, no s¨®lo es el pol¨ªtico m¨¢s valorado del pa¨ªs y posiblemente el m¨¢s brillante en su cargo junto al legendario Hans Dietrich Genscher, sino adem¨¢s la prueba definitiva de que Schr?der tuvo raz¨®n al aliarse en 1998 con Fischer y su muy voluble tropa y no con el ej¨¦rcito de mediocres presuntuosos y demagogos del Partido Liberal. ?Qu¨¦ ha pasado entonces para que Stoiber sea ya una amenaza cierta el 22 de septiembre?
Ah¨ª est¨¢n los renglones torcidos. En un SPD que no ha tenido liderazgo ni coraje para emprender unas reformas que la econom¨ªa y el mercado laboral necesitan. En un canciller que no ha sabido romper la baraja con la vocaci¨®n paralizante de los sindicatos ni transmitir imagen de solvencia econ¨®mica.
Stoiber transmite mucha antipat¨ªa, pero tambi¨¦n esa solvencia que tanto a?oran los alemanes. Baviera es, con todo su ruralismo tradicional empalagoso, un ejemplo de orden y solvencia. Schr?der va a tener muy dif¨ªcil demostrar a los alemanes que el sistema b¨¢varo es reduccionista, reaccionario e inaplicable al resto del pa¨ªs. Si no lo logra, est¨¢ perdido.
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