17 absurdos mil¨ªmetros
En dos mil¨¦simas de segundo puede que se abran los canales de sodio y calcio en una c¨¦lula muscular, poco m¨¢s; el impulso nervioso nacido en una motoneurona de la m¨¦dula espinal, que tarda en llegar al m¨²sculo 100 milisegundos, recorre s¨®lo 20 cent¨ªmetros en su camino hasta la fibra r¨¢pida de un m¨²sculo innervado; en dos mil¨¦simas de segundo un objeto que se mueve a 30 kil¨®metros por hora, que es, m¨¢s o menos, la velocidad que manten¨ªan en su ag¨®nico sprint Reyes Est¨¦vez y Mehdi Baala, recorre un espacio de 17 mil¨ªmetros, el canto de un duro, un pelo; por dos mil¨¦simas de segundo a Est¨¦vez se le qued¨® cara de no entender nada y el oro se convirti¨® en plata en un podio fr¨ªo y silbado.
Para detectar dos mil¨¦simas de segundo en la foto-finish, los t¨¦cnicos especialistas necesitaron minutos de trabajo y observaci¨®n, y tecnolog¨ªas punta. La mil¨¦sima de segundo es una unidad absurda desde el punto de vista biol¨®gico, pero desde el ¨¢ngulo atl¨¦tico, que no tiene por qu¨¦ ir paralelo a la naturaleza, la mil¨¦sima es un invento fabuloso: mide lo que el cuerpo no puede hacer y saca del apuro al reglamento en los momentos necesarios.
Est¨¦vez corri¨® con la zapatilla izquierda desabrochada porque los cordones eran nuevos y no agarraron bien, no resistieron la vibraci¨®n y se soltaron en la ¨²ltima vuelta. Por supuesto, no estaba para bromas despu¨¦s de soportar la carrera y la post-carrera, un espacio en el que el tiempo se detuvo, el aire se par¨® y nadie sab¨ªa d¨®nde mirar.
'Primero, me dijeron que hab¨ªa ganado yo', coment¨® Est¨¦vez, que entonces se fue a por una bandera de Espa?a. 'Despu¨¦s dijeron que los dos', a?adi¨®. Y se fue a hacerse una foto con Baala, bandera con bandera, y hasta dio la vuelta de honor a medias con el franc¨¦s. 'Y luego que s¨®lo el franc¨¦s', explic¨®'. Y ya no supo qu¨¦ hacer. 'A m¨ª no me han hablado de mil¨¦simas', dijo; 'he visto la televisi¨®n. En la imagen cenital me veo por delante. En la lateral me veo muy junto. Y en la carrera, en la pista, yo me he visto ganador. O¨ªa llegar a Baala y en el ¨²ltimo metro lo he visto muy igual y he lanzado el pecho porque s¨¦ que lo que marca la diferencia es el pecho'.
El atleta catal¨¢n, ya con la medalla de plata en el pecho, segu¨ªa serio. Esperaba una decisi¨®n de los jueces. 'S¨®lo quiero que lo miren bien', dijo. 'Acatar¨¦ la decisi¨®n aunque piense otra cosa, porque s¨¦ que he ganado. No me gustar¨ªa lo de un oro a medias: si te ves ganador, es dif¨ªcil compartir'.
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