Coraz¨®n latino
Desde que Omar nos adopt¨® hemos tenido que poner un cerrojo en el dormitorio, porque puede aparecer de pronto, como el otro d¨ªa, con la noticia de que se le hab¨ªa pinchado un manguito y provocarle a este amenazado matrimonio, del cual formo parte, un susto y un ir corriendo a taparse con la s¨¢bana que le remonta a uno a las pel¨ªculas de Esteso y la Cantudo. Pero hay otras veces que no es Omar con su manguito lo que nos saca de la siesta, sino la musiquilla del tema que ha copado los primeros puestos de las listas del TOP 40, Coraz¨®n latino, y que, para nuestra desgracia, es la melod¨ªa que ha elegido Evelio, siempre a la vanguardia, para su m¨®vil. El m¨®vil de Evelio est¨¢ sonando continuamente. Se puede o¨ªr a Evelio en cualquier rinc¨®n del jard¨ªn hablando a gritos con otras clientas, prometi¨¦ndoles que ma?ana mismo ir¨¢ a cerrarles las zanjas o a ponerles los bombillos (?) o a arreglarles el bote sinf¨®nico (sic). Otras veces el m¨®vil de Evelio suena. Y suena. Y nos escuchamos ¨ªntegro el hit Coraz¨®n latino. Cuando est¨¢n nuestra ni?a y mi sobrina, tenemos el aliciente de que las dos la cantan a d¨²o, porque los padres progres odiamos las canciones de Bisbal hasta que nuestros ni?os las cantan. Pero ahora que no est¨¢n, se nos hace m¨¢s duro. Ya digo, est¨¢bamos en plena siesta, como Dios nos trajo al mundo y el soniquete no paraba. Cuando el soniquete no para es que Evelio se ha olvidado el tel¨¦fono m¨®vil en el v¨¢ter. Antes lo llevaba siempre en el bolsillo del pantal¨®n, pero un d¨ªa se le cay¨® al inodoro y sali¨® con el m¨®vil envuelto en papel higi¨¦nico. Me hizo hervirlo porque dec¨ªa que no ten¨ªa ganas de pillarse una infecci¨®n de oreja. Se lo herv¨ª, se le qued¨® un poco deformado, pero funciona. ?Felicidades Movistar!
Cuando el soniquete no para es que Evelio se ha olvidado el tel¨¦fono m¨®vil en el v¨¢ter
El a?o pasado Evelio guardaba ciertas formas, me gritaba '?se?ora, que si puedo pasar un momento al inodoro!'. Pero este a?o, Evelio ha tomado el inodoro como cosa suya y se mete, y uno no sabe hasta cu¨¢ndo. Puede pasar que mientras est¨¦ haciendo sus cosas suene el hit de Bisbal, y oigamos a Evelio contestar el tel¨¦fono a gritos y tirarse media hora de reloj sentado en dicho inodoro hablando con una clienta desesperada. Luego le o¨ªmos tirar del papel; despu¨¦s, el ruido de la cadena, y al fin, salir subi¨¦ndose la bragueta y diciendo: 'No le dejan a uno ni hacer las necesidades'.
Pero no nos desviemos del momento: el m¨®vil sonaba y mi santo se puso los calzoncillos maldiciendo el d¨ªa en que yo met¨ª a ese capullo en nuestra casa. Entr¨® al ba?o de la entrada (los ni?os ya le llaman 'el v¨¢ter de Evelio') y, efectivamente, all¨ª estaba el telefonino. Abri¨® la puerta de la casa esgrimiendo el m¨®vil de forma amenazante, iba a gritar: 'Evelio, estoy de usted, de su m¨®vil y de su zanja hasta los huevos', pero se call¨®, porque vio que Evelio y Omar estaban en cuclillas mirando atentamente algo que pasaba en el chal¨¦ de al lado. Mi santo y yo nos acercamos. La escena era la siguiente: el perrazo enorme del vecino estaba intentando sodomizar al gato, y el gato, lejos de molestarse, se prestaba. Evelio le dec¨ªa a Omar: 'Esto en mi ¨¦poca no pasaba, esto es producto del desparrame macroambiental que est¨¢ produci¨¦ndose a nivel planetario. El calentamiento, las ovejas cl¨®nicas, la alimentaci¨®n hormonada que vuelve gay a la gente; todo esto los animalicos lo acusan y se lanzan a la degradaci¨®n. T¨² no hagas nunca cosas raras', le dec¨ªa Evelio. 'No, yo no', le respond¨ªa Omar. 'Y si alguna vez haces algo raro, no se lo cuentes a un cura, que ahora tambi¨¦n est¨¢n dentro de la degradaci¨®n'. Y entonces Omar le dijo que ¨¦l s¨®lo se hab¨ªa confesado una vez, en Legan¨¦s, para la comuni¨®n, pero que al cura no le cont¨® ning¨²n pecado serio porque, seg¨²n Omar, los pecados son cosas muy personales: 'Prefiero hablar con Dios directamente'. 'Hoy en d¨ªa es lo mejor', dijo Evelio. Dicho lo cual, siguieron mirando.
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