Agostos
'Cierra los ojos, dame / un universo as¨ª de tierno / o ens¨¦?ame los cr¨ªmenes que comete la luz'. No es manco el dilema que ?ngela Vallvey descuelga del cielo en el primer poema de El tama?o del universo. La ganadora del ¨²ltimo Premio Nadal persiste en el triling¨¹ismo de la novela, el ensayo y la poes¨ªa, y me ha obligado, tal como suena, a leer poemas que, seg¨²n ella, le cayeron del cielo y de la relaci¨®n cielo-tierra tratan: '... la creaci¨®n parece simplemente / un pecado de amor...'. Ser¨ªa falsa percepci¨®n suponerla poes¨ªa asc¨¦tica. Los cielos son pretextos para que el extraterrestre espere que mejores distancias y compa?¨ªas le devuelvan el derecho al v¨¦rtigo y, con ayuda de la mec¨¢nica cu¨¢ntica y de Niels Bohr, acceder a una justificaci¨®n de la poes¨ªa.
A pesar del car¨¢cter obligatorio de la lectura de estos poemas excelentes, no puedo evitar sacarles un jugo sociol¨®gico; m¨¢s todav¨ªa, dir¨ªase que hist¨®rico e incluso biol¨®gico, puesto que la luz sigue cometiendo cr¨ªmenes, y un mes como el de agosto se llena de asesinatos de ETA y emerge el palacio pesadilla donde va a envejecer el pr¨ªncipe de Espa?a, y en El Escorial, Blair y Berlusconi asesinar¨¢n la po¨¦tica inocentemente tonta del testigo de boda para convertirla en la epifan¨ªa de la globalizaci¨®n para advenedizos y vendedores de restos de serie. El horror es la sombra de la realidad o su estela y, si no hubiera luz, podr¨ªamos asumir el autoenga?o de que la lucha final ser¨¢ entre los te¨®logos y los astrof¨ªsicos. Abstenerse los astronautas.
Peligroso mes con orillas, agosto es un ¨¢mbito ocupado por treguas, in¨²tiles si la realidad te agrede y perteneces a una promoci¨®n situada entre dos guerras civiles, la de Franco, por ejemplo, y la del Pa¨ªs Vasco. J¨®venes poetas como Vallvey nacieron entre amenazas diferentes y asumen el universo entero mientras vuelven a casa para dejar entrar la vida, sin preguntarle de d¨®nde viene, ad¨®nde va. ?Obsoleta la angustia del conductor de Brecht, que no ama de d¨®nde viene, ni ad¨®nde va, pero aguarda impaciente el cambio de la rueda pinchada? Yo, a pesar de la criminal luz de agosto, amenazado por la caediza b¨®veda celeste y convencido de que la Creaci¨®n no es acto de amor sino chapuza irreparable, aguardo septiembre con necia impaciencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.