UN PROVOCADOR CORELLA ASOMBRA EN PERALADA

Con el concurso de la soprano Ainhoa Arteta, glosando, a modo de pre¨¢mbulo, la personalidad art¨ªstica y humana del bailar¨ªn, y apoyando su fundaci¨®n para crear una escuela de danza y una compa?¨ªa de ballet, ?ngel Corella present¨® anteanoche en el Festival de Peralada (Girona) su espect¨¢culo ?ngel Corella & Estrellas del American Ballet, un conjunto de pasos a dos y solos, en los que, representados desde el repertorio cl¨¢sico al contempor¨¢neo, bailados por 11 de los mejores solistas del American Ballet.

El espect¨¢culo tuvo en Corella a la aut¨¦ntica estrella para un p¨²blico que, pese a su natural frialdad, se entusiasm¨® con las tres ¨²nicas intervenciones del bailar¨ªn espa?ol, que fueron largamente aplaudidas y vitoreadas. Todos los int¨¦rpretes -Corella, su hermana Carmen, Xiomara Reyes, Sheri Williams, Stella Abrera, Carlos Molina, Marcelo Gomes, Mar¨ªa Riccetto, Benjamin Millepied, Michelle Wiles y David Hallberg- hicieron gala de una depurada t¨¦cnica y de una exacta ejecuci¨®n. Su estilo evidenci¨® el trabajo alargado y fluido que caracteriza a la escuela cl¨¢sica norteamericana. Las bailarinas poseen largas piernas y segur¨ªsimas puntas, y los bailarines son r¨¢pidos en el salto y los giros.

?ngel Corella es un bailar¨ªn vital con un giro prodigioso y un elevado salto. Sus piruetas son de precisi¨®n, un comp¨¢s de v¨¦rtice seguro y domina la t¨¦cnica cl¨¢sica y contempor¨¢nea. Muestra el mismo rigor interpretando a un pr¨ªncipe que a un hombre moderno. Enterneci¨® en su primera intervenci¨®n el paso a dos de Romeo y Julieta, con coreograf¨ªa de McMillan y Prok¨®fiev, con el que se inici¨® el espect¨¢culo. Corella cruz¨® el escenario junto a su amada Julieta, la cubana Xiomara Reyes, compa?era ideal del bailar¨ªn en sus d¨²os, con una agilidad pasmosa, mientras una capa de terciopelo envolv¨ªa sus n¨ªtidos saltos. Provocador y meticuloso estuvo en el endiablado solo de Forsythe, con m¨²sica de Willems y Stuck In the Middle. La apoteosis lleg¨® con su interpretaci¨®n del grand pas a deux de El corsario, pieza que cerr¨® el programa. La coreograf¨ªa de Petipa, con m¨²sica de Drigo, no s¨®lo necesita un bailar¨ªn superdotado; precisa tambi¨¦n personalidad esc¨¦nica para evitar que la danza se convierta en circo. Corella fue un carism¨¢tico esclavo.

Impactaron los solos de la excelente bailarina estadounidense Sheri Williams, Growth; de Rhoden y Steve Reich, y Offering to JFT, de Ward, con m¨²sica de Glazounov. En ambos derroch¨® la fiereza de su gesto como una pantera. Una de las parejas m¨¢s aplaudidas fue la formada por la filipina Stella Abrera, que hipnotiz¨® al p¨²blico por su delicada belleza y espectaculares developp¨¦s, y el colombiano Carlos Molina. Interpretaron Jabulah, de Zimnmer y de Weir, y Llamas de Par¨ªs, el paso a dos del ballet hom¨®nimo de Vainonen y Asafiev.