De los Ewing a los Peris
Sue Ellen, ets un pend¨®'. Nunca olvidaremos esta frase, porque cuando la o¨ªmos no se pendoneaba en catal¨¢n (en la tele). Hace 19 a?os, en septiembre de 1983, se emit¨ªa el primer cap¨ªtulo de la serie Dallas en la lengua de Els Pets. El 14 de julio de este a?o hemos visto el final de la temporada de El cor de la ciutat. Quiero pensar que las mayores diferencias entre estas dos series, separadas por casi dos d¨¦cadas en la misma televisi¨®n, no somos nosotros. Porque no puede ser que todas las que entonces eran un poco como Sue Ellen ahora sean un poco como Cinta.
Para los que no vieron Dallas porque en esa ¨¦poca estaban naciendo (y en especial para las ni?as que fueron bautizadas como Sue Ellen) les diremos que los Ewing eran los propietarios de una compa?¨ªa petrolera. Los Peris, en cambio tienen un bar. Ambos negocios llevan el apellido del propietario: Ewing Oil y Bar Peris. Los Ewing viv¨ªan en el rancho de Southfork y los Peris en Sant Andreu. J. R. era un profesional de la maldad. Su mujer, Sue Ellen, una borracha. Si algo se hac¨ªa en casa de Ewing era consumir whisky en vaso ancho. En cambio, en el establecimiento de los Peris se suelen tomar cortados y refrescos. En el mueble-bar de los Ewing hab¨ªa existencias suficientes para una cadena de bares Peris en todo Tejas. Aunque ahora, en El cor, el hermano de Cinta, Quim, se est¨¢ dando a la bebida, no puede ganar a la profesional Sue Ellen, que jam¨¢s cometer¨ªa la indignidad de abrir una botella con la boca, como hace ¨¦l. En Southfork tambi¨¦n habitaba Bobby, el hermano bueno de J. R. con su mujer, Pam, y la hermana soltera, Lucy. Lucy hubiese podido hacer suya una frase de Gracita Morales en A m¨ª los hombres ni fu ni fa. Esa que dice: 'Tenga en cuenta, doctor, que yo soy pr¨¢cticamente enana'. Lucy era en efecto una mujer peque?a, y como tampoco era tan guapa, todos nos imagin¨¢bamos que estaba en la serie por el conocido efecto Tory Spelling (consiste en protagonizar una serie por ser hija del productor Aaron Spelling, a pesar de tener cara de caballo). Charlene Tilton era el nombre de la actriz que grab¨® un disco. Es esa que se peg¨® un trompazo en el ?ngel Casas Show despu¨¦s de haberse tomado un Gelocolocatil.
La est¨¦tica no ha cambiado tanto. De la cortinilla de 'Dallas' a la de 'El cor' no hay mucha diferencia
Viendo la cortinilla de El cor de la ciutat te das cuenta de que desde Dallas la est¨¦tica no ha cambiado demasiado. Lo ¨²nico que ya no se hace es dividir la pantalla en tres im¨¢genes. Eso se acab¨® con Los ?ngeles de Charlie. Pero tanto en el encabezado de El Cor como en el de Dallas se ven im¨¢genes de las dos ciudades donde sucede la acci¨®n. En una sale Barcelona desde el cielo y en la otra los brillantes rascacielos tejanos. En los dos casos, es la voz del protagonista la que dice el nombre de la serie y el n¨²mero del cap¨ªtulo. En Dallas, nosotros o¨ªamos a J. R. doblado por Arseni Corsellas. Felip Pe?a, por cierto, doblaba a Jock Ewing, el padre.
Tanto en una serie como en otra hay un matrimonio feliz. La pareja bondadosa de Dallas la formaban los tontos de Bobby y Pam. Los entra?ables de El cor de la ciutat son Huari y Montse. Parece f¨¢cil decirlo ahora, pero el impulsivo Huari (interpretado por el gran, inmenso, excitante Nacho Fresneda) es m¨¢s guapo y lleva un turturreante pelo rizado mil veces m¨¢s bonito que el de Patrick Duffy (que era Bobby). El pelo de Bobby, visto ahora, s¨®lo nos puede recordar a Aurelio, el de El Planeta de los Simios. Para contrastar con esta bondad, tanto los Peris como los Ewing son infieles. Sin embargo, mientras que los Peris sufren, los Ewing se regodean. J. R. disfrutaba enga?ando a Sue Ellen. La Cinta (que le pone los cuernos a Peris) abre la boca y llora. Vomita de culpa. Eso hace que mientras los espectadores de entonces disfrutaban con las maldades de J. R., ahora, en El cor estamos en general a favor de Peris. No hay comparaci¨®n. Sue Ellen ahogaba sus penas en el alcohol y Peris se desahoga haciendo teatro de texto. (Sue Ellen jam¨¢s se habr¨ªa aprendido el papel). Peris, al final de la obra que intepreta, decide cambiar las cosas y no matarse. J. R. trat¨® de matar a Sue Ellen cuando no le dio el divorcio.
Un ¨²ltimo parecido: El clima de Dallas y el de Barcelona son benignos. Por eso en las dos series los personajes hacen comidas al aire libre (cosa que no sucede por ejemplo en Doctor en Alaska). Esto ha propiciado dos momentos estelares: el Sant Joan en la azotea de los Peris y la famos¨ªsima barbacoa anual de los Ewing.
El impacto de Dallas en Espa?a fue tal que en los a?os 1981 y 1982 se hicieron dos pel¨ªculas par¨®dicas protagonizadas por Pepe da Rosa. La banda sonora cantada por ¨¦l dec¨ªa estos versos: 'Del cabo de Gata al de Finisterre / hay que ver la gente como est¨¢ con J. R'. Pero les dejamos con una frase del malo que nos repite a menudo nuestro heterosexual de confianza. Iba dirigida a Cliff Barnes: 'Cliff no vals ni la pols del meu cotxe'.
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