"Su gran ilusi¨®n fue reunirse con sus ni?os en Espa?a"

Eugenio Mauricio Pineda Rivera dej¨® su Machala natal, ciudad costera al sur de Ecuador, el 1 de febrero de 1990. Atr¨¢s dejaba a su mujer, Nancy Sancho, de 37 a?os, y a sus dos hijos. La ni?a ten¨ªa siete a?os. El ni?o, dos.

'Se march¨® de Ecuador jurando que iba a reunirnos en Madrid. Luch¨® por ello y trabaj¨® hasta que lo logr¨®. Era su gran ilusi¨®n', record¨® ayer Nancy. A su lado correteaba su hijo peque?o, que sorb¨ªa una botella de zumo.

Con mirada oscura y penetrante, el peque?o interrog¨® con los ojos al periodista. Luego, con enorme e infantil solemnidad, anunci¨®: 'Mi pap¨¢ est¨¢ en el cielo'.

Pineda trabajaba en Machala de ch¨®fer. En Madrid encontr¨® diversos trabajos en la hosteler¨ªa. Mientras, Nancy sigui¨® trabajando de enfermera en Machala. Un a?o despu¨¦s, la mujer vino a Madrid.

El matrimonio alquil¨®, con otras dos parejas amigas, un piso en el barrio madrile?o de Ascao, una de las zonas de Madrid en que viven m¨¢s latinoamericanos. Los dos ni?os se quedaron al cuidado de los abuelos maternos. La pareja trabaj¨® en bares y restaurantes durante ocho meses hasta que, en octubre de 2000, pudo pagar los pasajes de sus dos ni?os. 'Lo hicimos poco a poco, para no endeudarnos. A mi marido no le gustaban las deudas. Siempre quiso reunir el dinero antes de hacer algo'.

La integraci¨®n de los ni?os en Madrid fue buena. 'En la escuela van bien. Los profesores dicen que son buenos alumnos'.

Pineda recibir¨¢ sepultura hoy o ma?ana ('en cuanto arregle los papeles'). Su viuda ha esperado la llegada de la madre y un hermano del fallecido, que ten¨ªan que aterrizar anoche. 'Les ha costado unos d¨ªas reunir el dinero para el billete', explic¨® ayer Nancy.

La mujer sigue sin comprender lo sucedido: 'Nos ha costado a?os reunirnos aqu¨ª y, ahora que lo hab¨ªamos logrado, le matan. No es justo'. Nancy, una mujer que aparenta car¨¢cter y fortaleza, est¨¢ dispuesta a luchar: 'Me he quedado sola, pero voy a quedarme en Espa?a, como hab¨ªamos planeado'.