Perdidos en la capital
Una veintena de africanos llegados de Canarias malviven en un parque cercano al hospital de la Cruz Roja, en Madrid
Un peque?o parque cercano al hospital de la Cruz Roja en Madrid, al final de la avenida de Pablo Iglesias, se ha convertido este verano en el improvisado refugio de al menos una veintena de africanos llegados desde Canarias. En ¨¦l duermen, comen y se desesperan intentando deshacer el complicado nudo en que est¨¢n enredadas sus vidas.
'Somos seres humanos' repite una y otra vez Paul, un ghan¨¦s de 50 a?os, poco resignado a dormir en un banco, ducharse en los ba?os p¨²blicos de Tetu¨¢n cuando re¨²ne unos c¨¦ntimos para hacerlo y comer de la caridad ajena. 'Abandonamos Ghana porque la situaci¨®n era muy mala, tenemos oficios y ganas de trabajar pero no nos lo permiten, no nos dan papeles y, adem¨¢s, aunque no se reconozca, aqu¨ª hay racismo', explica en ingl¨¦s ya que ninguno del grupo, formado s¨®lo por hombres, habla castellano.
'Tenemos oficios y ganas de trabajar, pero no nos dan papeles, y adem¨¢s hay racismo'
Por la noche extienden sus cartones en los bancos del parque, muy cerca del monumento al fundador del PSOE, Pablo Iglesias, y tambi¨¦n en los soportales y jardines de una sede de Cruz Roja situada a la vuelta del hospital, en Federico Rubio y Galli, 3.
De d¨ªa, muy temprano, levantan el improvisado campamento y se asean en la propia sede de la ONG o en las duchas p¨²blicas. Las ramas de los ¨¢rboles les sirven de perchas y armarios. Despu¨¦s algunos acuden a comedores sociales y tambi¨¦n hay vecinos que les llevan alimentos. El martes dispon¨ªan de tres bolsas de una conocida empresa madrile?a de restauraci¨®n con bollos suizos, croquetas y tortillas de patata.
Paul y su compatriota Napole¨®n, de 37 a?os, dejaron a sus mujeres e hijos y en noviembre del a?o pasado embarcaron en El Aai¨²n en una patera que, tras 12 horas de traves¨ªa, les dej¨® en Fuerteventura. Detenidos como inmigrantes irregulares fueron internados en el viejo aer¨®dromo que, ante el esc¨¢ndalo de partidos, organizaciones internacionales en favor de los derechos humanos y del propio Defensor del Pueblo, funciona como centro de internamiento de extranjeros sinpapeles en condiciones penosas.
A los cuarenta d¨ªas, el tiempo m¨¢ximo de retenci¨®n en dichos centros, quedaron en libertad. Pero salieron con una orden de expulsi¨®n de Espa?a por estancia ilegal que les impide regularizar su situaci¨®n y que encima no se puede cumplir por las reticencias de sus pa¨ªses a aceptarles como ciudadanos o porque no hay firmados con ellos convenios de devoluci¨®n de inmigrantes. Est¨¢n en un limbo jur¨ªdico que condiciona su vida de principio a fin.
Paul y Napole¨®n llegaron a Madrid por su cuenta desde Las Palmas en un vuelo de Iberia que les cost¨® 200 d¨®lares. Ellos explican que 'sus hermanos' les ayudaron a pagar el pasaje porque en los nueve meses que llevan en Espa?a no han conseguido trabajo. A otros africanos del parque , como a Clarence, de 27 a?os, los ha trasladado a Madrid el propio Gobierno espa?ol en vuelos con custodia policial. Una vez en la capital los dos ghaneses acudieron a Cruz Roja en busca de ayuda y consiguieron una cama en uno de los albergues para inmigrantes de esta organizaci¨®n y un vale para un comedor social. Pero a los tres meses, cuando concluy¨® el tiempo m¨¢ximo de estancia en el albergue, acabaron en la calle. Y en ella siguen.
'Algunos compa?eros se han ido a probar suerte a Zaragoza y Almer¨ªa, pero all¨ª estar¨ªamos igual que aqu¨ª porque tampoco conocemos a nadie. Adem¨¢s Madrid, al ser la capital, nos parece un sitio mejor para encontrar trabajo', aseguran los dos compatriotas e insisten en su bagaje profesional. 'Napole¨®n es carpintero y yo pintor', explica Paul. Se quejan de que la polic¨ªa acude a menudo al parque. 'Nos registran y nos hacen identificarnos como si fu¨¦ramos traficantes cuando saben bien d¨®nde se mueven los que venden drogas', aseguran.
Algunos d¨ªas los trabajadores sociales de Cruz Roja se acercan al parque para explicarles que pueden pasar por su cercana sede en busca de ayuda. Pero pocos van. Dudan de que vayan a resolverles sus graves problemas. Como mucho acuden a pedir agua, a lavarse o a dormir en los soportales.
Albergues saturados
El Ministerio del Interior traslad¨® en julio a al menos 338 subsaharianos desde los centros de internamiento de Canarias a los de Madrid, Barcelona, Valencia, M¨¢laga y Murcia 'por razones humanitarias' y 'porque en las islas no hab¨ªa lugares para ubicar a estos inmigrantes'. En realidad los trasladados pasan poco tiempo en los centros de destino. La mayor¨ªa ya ha cumplido o est¨¢ a punto de cumplir los 40 d¨ªas m¨¢ximos de internamiento. Pronto se ven en la calle, libres pero sin dinero ni papeles y necesitados de cama y comida cuando, en pleno verano, algunos de los albergues para indigentes de la capital est¨¢n cerrados y el resto llenos. Los propios inmigrantes creen que si les llevan a la Pen¨ªnsula no es para ayudarles. 'Lo que ocurre es que en Canarias, con el turismo, no quieren tener africanos durmiendo en los parques', aducen. Jaime Caballero, responsable de inmigraci¨®n de Cruz Roja en Madrid, reconoce que los servicios para extranjeros sin recursos de esta entidad -dos albergues con 180 camas en total y un comedor con 500 plazas- est¨¢n llenos, 'aunque siempre hay alguna vacante', matiza. Tambi¨¦n est¨¢ al completo el comedor de Mar¨ªa Inmaculada, donde las Hijas de la Caridad dan cada d¨ªa apoyo social y un men¨² caliente a 450 personas, el 80% inmigrantes. Pero lo que m¨¢s le llama la atenci¨®n a Caballero es que s¨®lo ocho de los ¨²ltimos 75 africanos trasladados de Canarias a Madrid hayan acudido a esta organizaci¨®n en busca de ayuda (alimentos, ropa, dinero para trasladarse a otras comunidades, apoyo sanitario...). 'La polic¨ªa tiene que darles un papelito con nuestra direcci¨®n y creemos que lo hace. El caso es que acampan junto a nuestras oficinas pero acuden poco a ellas', a?ade. Y si van, ?se les puede ofrecer cama y comida? Caballero admite que con dificultades, porque los albergues y comedores est¨¢n saturados. 'Si el caso es grave se les puede derivar al programa de pisos o a los albergues de otras organizaciones aunque en verano hay menos plazas', a?ade. Maruxa de la Rocha, responsable de inmigraci¨®n de Cruz Roja espa?ola, explica que, sin embargo, todos los trasladados de Canarias a M¨¢laga (y despu¨¦s a Algeciras) han acudido en busca de apoyo a las oficinas de esta entidad: 'Quiz¨¢ es que ninguno ve Algeciras como destino y hacen lo posible por buscar ayuda para salir de all¨ª, algo que no sucede en la capital'.
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