Subirse por las paredes en agosto
Una antigua f¨¢brica madrile?a esconde una monta?a artificial para iniciarse en la escalada
Una antigua y sombr¨ªa f¨¢brica de televisiones, con la fachada de ladrillo visto y encajonada en una calle estrecha, alberga en su interior una monta?a de colores de 16 metros de altura a muy pocos metros de la castiza plaza de toros de las Ventas. Es la sede de Espacio y Acci¨®n, un centro de formaci¨®n de escalada que tiene la pared 'm¨¢s grande de Espa?a', precisa Jorge, uno de los ide¨®logos de este gigantesco roc¨®dromo. El invento consiste en la recreaci¨®n, m¨¢s o menos precisa, de una pared vertical de piedra, una monta?a domesticada en pleno centro de Madrid hecha de resina de poliuretano revestido. 'No se respira aire puro, pero para entrenar todos los d¨ªas es estupendo y encima pudiendo venir en metro en vez de coger el coche hasta el quinto cuerno', constata Diego, un entusiasta escalador capaz de sujetarse a pulso con un dedo de un talud perpendicular al suelo. El roc¨®dromo que regenta Jorge junto a cuatro socios m¨¢s, todos gu¨ªas especializados, trata de imitar las condiciones naturales de la escalada. La pared principal, de unos 20 metros de ancho por 16 de alto, es marr¨®n y rugosa, llena de pliegues que se asemejan a los efectos de la erosi¨®n geol¨®gica. Sobre la piel marr¨®n de la pared hay incrustadas unas piezas de color verde, azul y rojo llamadas presas. Cada una tiene un tama?o y una forma distinta. En el techo, una b¨®veda llena de este mosaico multicolor une la pared principal con otra situada enfrente, de suerte que se puede pasar de la una a la otra recreando la figura de Spiderman. 'Yo soy capaz de dar la vuelta colgado como un murci¨¦lago de lado a lado de la pared', dice V¨ªctor, de 17 a?os. Y uno le cree al ver sus gigantescos dedos manchados del magnesio con el que los embadurna para no resbalar. Junto a V¨ªctor un chaval de 12 a?os brinca de lado a lado de la pared. 'Eso, recorrer longitudinalmente la monta?a', se?ala, 'se llama hacer traves¨ªa'. El chaval se contorsiona con los pies y los brazos separados y se mueve tan deprisa que al poco tiempo ya est¨¢ encaramado en la otra punta de la pared. La piedra imita las distintas superficies y condiciones reales de la monta?a. As¨ª, en algunas zonas hay salientes redondeados, rugosos y romos que pretenden ser conglomerado y en otras, aristas agudas similares a las paredes de Los Galayos, en la Sierra de Gredos. Pero no s¨®lo los aficionados a la escalada se acercan hasta este decorado. Los profesionales que se juegan la vida en un andamio, como los cristaleros de los rascacielos o los alba?iles de los modernos enjambres de viviendas, aprenden aqu¨ª las t¨¦cnicas que garantizan su seguridad y a 'salvar a sus compa?eros de una ca¨ªda, por ejemplo', se?ala uno de los monitores. Unas estrechas cornisas suspendidas en el vac¨ªo y situadas a distintas alturas de la pared sirven para realizar este tipo de ejercicios. Tambi¨¦n es frecuente ver a bomberos o aspirantes a bombero entrenando en este roc¨®dromo. 'La seguridad es muy importante y aqu¨ª los ¨²nicos accidentes que hay son leves torceduras de tobillo. Eso s¨ª, los ni?os tienen que venir acompa?ados de un adulto', explica Jorge mientras se?ala todos los anclajes que jalonan la pared. Los cursillos de iniciaci¨®n ayudan al futuro alpinista a utilizar esos anclajes, a dibujar el nudo en forma de doble ocho del que depender¨¢ su vida y a controlar hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle de seguridad. 'No se exige ning¨²n tipo de cualificaci¨®n f¨ªsica, este deporte lo puede hacer cualquiera. Aunque seg¨²n las caracter¨ªsticas de cada uno podr¨¢ ser m¨¢s o menos ambicioso', explica uno de los monitores al tiempo que ense?a a un alumno a colocar los pies. Unos pies embutidos en un calzado espec¨ªfico llamado pies de gato. El ¨²nico requisito para empezar a subirse por las paredes de esta f¨¢brica transformada en zona de escalada en el mes de agosto madrile?o es un calzado apropiado.
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