UNA FRUTA PROHIBIDA CON RAZ?N
Seg¨²n calculan los genetistas, Eva -la mujer de la que proceden todas las mujeres actuales- vivi¨® hace 143.000 a?os en alg¨²n lugar del este de ?frica. De ah¨ª que se la llame la Eva africana. Si ¨¦sa es la misma Eva a la que se refiere el G¨¦nesis, el momento en que le ofreci¨® a Ad¨¢n la manzana del ¨¢rbol del bien y del mal debi¨® de ser una de las situaciones m¨¢s engorrosas de la prehistoria. Porque hace 143.000 a?os las manzanas eran una birria no mucho mayor que una canica. Si Eva pretendi¨® seducir a Ad¨¢n con esa molesta broma hortofrut¨ªcola, lo m¨¢s probable es que Ad¨¢n le devolviera una bofetada, y ahora estar¨ªamos hablando de la Gilda africana.
Stephen Harris, Julian Robinson y Barrie Juniper, de la Universidad de Oxford, han conseguido aclarar mediante comparaciones de ADN la historia evolutiva de la manzana, una fruta muy relevante para la alimentaci¨®n de nuestros antepasados, sobre todo de los que vivieron en climas no muy calurosos durante los ¨²ltimos cuatro o cinco milenios (Trends in Genetics, n¨²mero de agosto).
Casi toda la agricultura se invent¨® en Oriente Pr¨®ximo hace unos 11.000 a?os, pero la manzana parece ser un caso bastante especial. Los primeros que empezaron a seleccionarla, en Asia Central hace unos diez millones de a?os, no fueron los agricultores humanos -que todav¨ªa ten¨ªan la forma de un chimpanc¨¦-, sino los osos, que se com¨ªan los frutos m¨¢s vistosos y jugosos, y luego, ?pues, hombre!, ya saben lo que hacen los osos despu¨¦s de comer: esparcir las semillas, por as¨ª decir. Las min¨²sculas manzanas silvestres de esa zona asi¨¢tica (correspondiente al sureste del actual Kazajist¨¢n, no lejos de Alma Ata), que todav¨ªa pueden encontrarse por all¨ª en gran cantidad y variedad, fueron as¨ª ganando un poco de carne, sin grandes alardes, gracias a millones de a?os de paciente selecci¨®n por parte de los osos.
Eva, queda dicho, se llev¨® la bofetada hace 143.000 a?os, pero eso fue en ?frica, y a¨²n habr¨ªan de pasar otros 135.000 a?os hasta que los primeros seres humanos modernos empezaran a colonizar la zona kazaja (hace entre 8.000 y 5.000 a?os). La agricultura ya se hab¨ªa inventado para entonces, pero los primeros perceptores del PER -es decir, los inventores de nuestra civilizaci¨®n- estaban demasiado ocupados perfeccionando los cereales y no hicieron mucho caso de las manzanas. Sin embargo, durante esa ¨¦poca la manzana se disemin¨® desde Asia Central hasta el centro de Europa. ?C¨®mo es posible? Pues gracias a los caballos, que hab¨ªan sido domesticados poco antes y tomaron el relevo de los osos. Las grandes rutas comerciales de esa ¨¦poca un¨ªan China con el Danubio (varios milenios antes que la c¨¦lebre Ruta de la Seda), y el caballo era el medio de transporte obligado (por falta de otro). La fruta prohibida parece haber evolucionado en gran medida en el interior de los intestinos animales. No es extra?o que la prohibieran, despu¨¦s de todo.
Las magn¨ªficas manzanas que pint¨® C¨¦zanne son en realidad un invento relativamente reciente. Los agricultores actuales no suelen reproducirlas por siembra, sino por injertos sucesivos como hacen con muchos otros frutales. El injerto es una t¨¦cnica muy ventajosa, porque uno ve directamente cu¨¢l es el ¨¢rbol con la mejor fruta, toma de ¨¦l los esquejes y los trasplanta a troncos expertos y de eficacia probada, de manera que pueden dar fruta a la siguiente temporada sin necesidad de esperar varios a?os a que un ¨¢rbol crezca desde cero. Adem¨¢s, y sobre todo, el injerto es una clonaci¨®n a todos los efectos: cuando se tiene un frutal excelente, se le clona mediante injertos sin que la reproducci¨®n sexual diluya sus valiosos genes.
Incluso si Dios hubiera creado a Ad¨¢n y Eva hace 5.000 a?os, como sostienen los m¨¢s correosos de los creacionistas, Eva hubiera seguido llev¨¢ndose la bofetada, porque la t¨¦cnica del injerto, esencial para los ¨¢rboles frutales, no se invent¨® hasta hace 3.800 a?os (1.800 a?os antes de Cristo). Podemos saberlo gracias a que los inventores vivieron en Mesopotamia en esa ¨¦poca y dejaron constancia en una tabla de escritura cuneiforme (la tabla se refiere a los injertos de la vid, pero la t¨¦cnica es la misma).
El resto es historia: la manzana, ya con su tama?o actual gracias a la t¨¦cnica del injerto, pas¨® de Mesopotamia a Persia, de all¨ª a Grecia y luego a Roma, para extenderse por todo el mundo conocido (salvo a la irreductible aldea gala, quiz¨¢). En tiempos de Eva, Ad¨¢n hubiera preferido un buen solomillo de b¨²falo.
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