Al trote en Piedrah¨ªta
El cuadro, titulado La feria, est¨¢ lleno de colores intensos y espesos, de cerca y de lejos... Es un d¨ªa de sol; en el valle del Corneja pastan los caballos, las vacas y los toros negros, casta?os, blancos... Sentados junto a ellos, sobre los mojones o hitos de piedra que le han dado nombre a esta tierra castellana de Piedrah¨ªta, hay hombres con garrota y sombrero de paja. Hombres de esos que no se cansan de mirar el paso del tiempo desde cualquier sitio y que dejan que sus rostros se curtan al fresco. A¨²n quedan muchos por estos lares. Lo pint¨® Luciano D¨ªaz-Castilla hace ya a?os, aqu¨ª, en Piedrah¨ªta (?vila). Este piedrahitense de unos 60 a?os, que se puso la sotana para estudiar y la colg¨® despu¨¦s para realizarse como pintor, es hijo de padres ganaderos, como la mayor¨ªa de los habitantes de este pueblo, circundado por inmensos pastos. Ya son muchas las ferias pintadas, pero hay algo que no ha cambiado: en todas ellas, los animales tienen un papel protagonista.
Es el preludio de fiestas y celebraciones que se prolongan hasta septiembre. El trote de los caballos anuncia que es tiempo de ferias y que a¨²n queda medio verano por delante
Dicen que estos aires flamencos los trajeron los caballos, y algunos se enfadan cuando, en vez de bailar la jota acompa?ada por la dulzaina, se bailan sevillanas
Y es que, de siempre, las ferias de este pueblo han venido acompa?adas de un buen n¨²mero de cabezas de ganado. Tanto, que hoy las fiestas comienzan al ritmo del paso de los corceles, con lo que se conoce como la Feria del Caballo. S¨ª, aqu¨ª, donde el duque de Alba se construy¨® un palacio versallesco en el que, junto a su hija Cayetana, Goya pas¨® algunos veranos, empiezan a llegar caballos y m¨¢s caballos. Hasta que se juntan m¨¢s de 200 especies equinas en una localidad que apenas alcanza los 2.000 habitantes. Ocurre durante la segunda semana de agosto y lo anuncia el sonido del repicado de los cascos por las calles.
Durante estos d¨ªas predomina la moda ranchera -tipo J. R., el de Dallas- o la est¨¦tica Curro Jim¨¦nez -ya saben, sombrero, y gruesas y frondosas patillas-. Porque aqu¨ª lo que se cotiza es la raza pura espa?ola, o al menos eso dicen. La concentraci¨®n del ganado ocupa varias parcelas, y durante el d¨ªa hay un trasiego permanente de gentes de aqu¨ª para all¨¢, que acuden a ver los m¨²ltiples concursos y las exhibiciones que se celebran en la plaza de toros. 'Vienen 27 ganader¨ªas de 10 comunidades distintas', explica Miguel Redondo, organizador y coordinador del evento, orgulloso de que algo que 'empez¨® siendo una reuni¨®n de aficionados al caballo del pueblo se haya convertido en un punto de referencia para toda Espa?a'.
Por eso no es raro ver a las familias pasear con sus hijos en carros de caballos, o a la propia alcaldesa del pueblo, Carmen del Valle Escudero, montando una yegua, de charleta con sus amigas. 'Esta feria atrae a multitud de visitantes, y adem¨¢s le ha dado renombre a nuestro pueblo', comenta la jefa del consistorio, del Partido Popular y con tradici¨®n familiar: es hija de un ex alcalde y esposa del regidor del municipio vecino.
Pero estas fiestas, protagonizadas por estos majestuosos animales, van adornadas de multitud de actividades. As¨ª, al m¨¢s puro estilo andaluz, aunque estemos en el coraz¨®n de esta sierra castellana, se monta un baile flamenco, una romer¨ªa y una misa rociera. Y por si quedaban dudas, hay hasta una escuela de flamenco. Aunque este a?o tuvieron que conformarse con que los caballos y los carros llegasen a la ermita de la Virgen de la Vega con la m¨²sica de Los Cantores de H¨ªspalis de fondo porque el cura no da abasto con tanta misa en tanto pueblo y no quer¨ªa una misa muy larga con guitarra y cantaores. Dicen que estas cosas flamencas las trajeron los caballos, y algunos se enfadan cuando, en lugar de bailarse la jota bajo el sonido de la dulzaina, se bailan sevillanas a tutipl¨¦n, como ocurri¨® la noche del pasado lunes. Entre los boxes de los caballos y los puestos de la feria se mont¨® un tablao flamenco, y el grupo Amaranto consigui¨® que todos bailasen a ritmo de sevillanas hasta la madrugada.
Pero lo cierto es que no todo son caballos y flamenco. El pueblo est¨¢ muy concurrido. Lugare?os disfrutando el est¨ªo, ganaderos y familiares que participan en la feria, veraneantes y excursionistas, ecologistas obsesionados con la posible construcci¨®n de molinos en estos montes llenos de rapaces y de parapentistas que se pasan las horas muertas colgados del cielo... Todos ellos han copado los hoteles, y desde mayo no quedan plazas libres. Para ver una muestra de toda esta fauna humana basta con darse un paseo por la plaza Mayor. Que m¨¢s que una plaza, como dice Luciano, 'es la sala de estar del pueblo'.
Y por la noche, a la verbena
Y de noche se transforma y se convierte en una divertida y movida sala de baile. Porque, ya se sabe, no hay un pueblo en fiestas si no hay verbena. Que se lo digan a Felipa Gonz¨¢lez y a su compa?ero Antonio Febrero, de 76 y 87 a?os, respectivamente, solteros y residentes en Madrid, que ya llegaron bailando. Ella, reci¨¦n pein¨¢, elegante y guapetona, y ¨¦l vestido de chulapo y luciendo un imperdible dorado en la solapa con el oso y el madro?o. 'Yo aguanto m¨¢s que ella y bailo mejor', dec¨ªa Antonio. 'A m¨ª me gusta el pasodoble', dec¨ªa ella, mientras por los altavoces sonaban versiones del Aserej¨¦, de Las Ketchup, y del Coraz¨®n latino, de Bisbal.
La orquesta ameniza las noches en la plaza, y los bares y pubs ofrecen conciertos gratuitos, como el que el otro d¨ªa dio el grupo Hot As a Swing en el pub La Panera. Tres cacere?os y un cubano, armados con arm¨®nica, guitarras y contrabajo, hicieron que todos se moviesen a ritmo de blues.
Y la noche que no hay verbena es noche cultural. Porque, adem¨¢s de las exposiciones de los artistas de la zona que llenan la ¨²ltima planta del Ayuntamiento, hay veladas de bailes folcl¨®ricos. Sin ir m¨¢s lejos, el pasado martes, bajo la lluvia de estrellas, el Ballet Internacional de Ucrania dej¨® patidifusos a los espectadores con la profusi¨®n de colores de sus trajes, la agilidad de sus piernas y la velocidad de sus piruetas. Bailaron de todo: danzas rusas, cauc¨¢sicas, ucranias... Y ofrecieron hasta un espect¨¢culo de contorsionismo con una chica joven que se retorc¨ªa sobre s¨ª misma como si fuese una persiana. '?Qu¨¦ barbaridad!', fue lo m¨¢s suave que se escuch¨® entre los rumores de los espectadores.
Y esto no es m¨¢s que el preludio de las fiestas y celebraciones, que se prolongan hasta septiembre. El trote de los caballos anuncia que es tiempo de ferias y a¨²n queda medio verano por delante.
Media provincia en fiestas
SI NO ES EN UN PUEBLO es en otro, y si no es por un santo es por otro. Hacia mediados de agosto parece que todos los pueblos abulenses se ponen de acuerdo, y m¨¢s de media provincia est¨¢ en fiestas. San Pedro del Barco de ?vila, San Crist¨®bal y Nuestra Se?ora del Rosario, San Roque o la Virgen de la Asunci¨®n, cualquiera de ellos es motivo para mantener a un pueblo entero en danza durante dos o tres d¨ªas. Las pe?as salen a las calles con camisetas de colores y pa?uelos, y, armadas con toda clase de instrumentos, montan el cirio. En las plazas mayores se reparten vasos de sangr¨ªa y alg¨²n pincho a mediod¨ªa, y de noche hasta en el pueblo m¨¢s min¨²sculo hay verbena. Porque aqu¨ª no se complican la vida montando escenarios e historias. Aqu¨ª, a media tarde, entra un cami¨®n en la plaza mayor del pueblo que sea, se planta en el sitio m¨¢s visible y despliega sus alas. En cuesti¨®n de segundos se ha convertido en escenario porque todo su interior va forrado de luces y focos, altavoces e instrumentos musicales. Son como discotecas m¨®viles. Luego llega la orquesta y 'que el ritmo no pare', como dice la canci¨®n. Aqu¨ª, en los programas se incluye tambi¨¦n la hora de conclusi¨®n del baile, pero ninguna baja de las cuatro de la madrugada. No faltan las becerradas, los concursos infantiles, las competiciones deportivas, las procesiones, los juegos y las paellas gigantes... Hay hasta n¨²meros de strip tease: femenino y masculino, por supuesto. Este ¨²ltimo lo anuncian con un par¨¦ntesis: '(26 cent¨ªmetros)'. En resumen, venir a ?vila en el ecuador estival es encontrar fiesta segura.
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