Batasuna: la estrategia de la insurrecci¨®n
Existe un dicho muy socorrido -creo que de origen anglosaj¨®n- que dice: 'Si un animal anda como un pato, vuela como un pato y nada como un pato, muy probablemente es un pato'. Les conocer¨¦is por sus acciones, por sus ideas y por sus actitudes. La forma y el continente son el veh¨ªculo necesario para desarrollarlas y ejecutarlas.
El autodenominado MLNV (Movimiento Vasco de Liberaci¨®n Nacional), izquierda abertzale o nacionalismo radical, es uno de los ejemplos m¨¢s clarificadores de c¨®mo una organizaci¨®n terrorista ha desarrollado, a lo largo de m¨¢s de 20 a?os -23 desde el nacimiento de Herri Batasuna-, aprovechando los canales de participaci¨®n y las leyes del sistema democr¨¢tico -y muchas veces, su debilidad-, toda una red de organizaciones, movimientos, colectivos, medios de comunicaci¨®n y entornos sociales a su alrededor. Una constelaci¨®n organizativa que sirve para mantener los apoyos a la propia organizaci¨®n terrorista en todos los ¨¢mbitos sociales, pol¨ªticos, econ¨®micos, religiosos e ideol¨®gicos posibles; para reforzar, extender y desarrollar las propuestas y los fines de dicha organizaci¨®n terrorista, y para crear una cultura pol¨ªtica antisistema y antidemocr¨¢tica con rasgos totalitarios, basada en absolutos y defensora o legitimadora de los fines nacionalistas para la consecuci¨®n de un Estado propio y de la pr¨¢ctica del terrorismo como medio para alcanzarlos.
El militante activo del entramado radical, con una fe inquebrantable hasta el fanatismo, es dif¨ªcilmente recuperable para un sistema democr¨¢tico
La fe y la autoconfianza no se pueden sostener sin la configuraci¨®n de una estructura de medios y de redes de comunicaci¨®n que sirvan de espejo a las ideas
Las relaciones son informales y se encuentran diluidas y ocultas. Para ellos, lo importante es el movimiento radical en su conjunto, las siglas no tienen importancia
Las bases de su cohesi¨®n
Para analizar la estrategia de todo el entorno de ETA, es necesario partir de la caracterizaci¨®n del militante activo del entramado radical, como un individuo con una fe -en la justicia de la causa- inquebrantable, sin fisuras, hasta el fanatismo, lo que le lleva a una asunci¨®n total de los principios y m¨¦todos totalitarios del movimiento, y le hace dif¨ªcilmente recuperable para un sistema democr¨¢tico.
Entre las actitudes, creencias y rasgos que dotan de cohesi¨®n al entorno radical y que pueden caracterizar a sus militantes, podemos destacar:
a) La caracterizaci¨®n de los presos de ETA y de la kale borroka como h¨¦roes y su defensa en todos los ¨®rdenes.
b) La mitificaci¨®n y el apoyo a ETA como l¨ªder indiscutible.
c) La utilizaci¨®n de una l¨®gica antidemocr¨¢tica seg¨²n la cual las fuentes de legitimidad de la representaci¨®n pol¨ªtica no son las elecciones, sino la lucha contra el Estado y sus representantes.
d) La adopci¨®n de un lenguaje militarista, de combate y de acci¨®n con una terminolog¨ªa exclusivista y dicot¨®mica (por ejemplo, capturados, prisioneros, acci¨®n armada, borroka, txakurra, cipayo...).
e) La pertenencia a una comunidad de odio hacia aquellos que se?alan como representantes del Estado espa?ol: pol¨ªticos de todos los niveles, polic¨ªa en general, empresarios, profesores, jueces, periodistas.
f) La autoidentificaci¨®n como s¨®lo vascos y antiespa?oles.
g) La conciencia antirrepresiva y el odio a los cuerpos policiales con referencias sistem¨¢ticas a los GAL, torturas...
h) La participaci¨®n en todo tipo de movilizaciones como referencia y s¨ªmbolo de la unidad en la lucha general del colectivo.
i) El rechazo de los liderazgos, a excepci¨®n del liderazgo de ETA.
j) La utilizaci¨®n del euskera como s¨ªmbolo pol¨ªtico, cuyo aprendizaje se convierte en una fuente de revulsivos para 'descubrir la situaci¨®n de Euskal Herria'.
k) El rechazo de la institucionalizaci¨®n pol¨ªtica y de la democracia representativa 'porque un pueblo no se puede partir y est¨¢ por encima de los individuos que lo componen'.
l) La asunci¨®n de un llamado 'socialismo identitario', mezcla de progresismo difuso y de asamblearismo, autogesti¨®n y autarqu¨ªa en lo econ¨®mico, cultural, idiom¨¢tico, musical, deportivo, etc¨¦tera.
Fidelidad
La fe, la fidelidad y el compromiso inquebrantables con las actitudes y principios anteriores son necesarios para que no se produzcan disidencias o escisiones, y sobre todo, para evitar que los individuos y los grupos acaben integrados en la normalidad democr¨¢tica del sistema constitucional.
Se puede se?alar, sin lugar a dudas, que la confianza y esperanza de los integrantes de este colectivo se mantienen a trav¨¦s del terrorismo de ETA y de la kale borroka. Tambi¨¦n por la convicci¨®n de que la mayor¨ªa de la sociedad vasca piensa lo mismo en lo que se refiere a los objetivos del movimiento radical, aunque abrumadoramente est¨¦ en contra de la utilizaci¨®n de la violencia. Por tanto, el c¨ªrculo de los abertzales no s¨®lo no se rompe, sino que lo perciben como dominante en la sociedad (por ejemplo, a trav¨¦s de acciones y pol¨ªticas de algunos ayuntamientos y otros niveles institucionales).
Parece claro que en el caso concreto de algunas instituciones, bien por la debilidad de su propia estructura, por sus reglamentos o leyes, o bien por la actitud y la manera en la que se ejerce el poder por parte de sus responsables, as¨ª como en el caso de espacios sociales p¨²blicos, como fiestas, actos l¨²dicos, musicales, deportivos, etc¨¦tera, por el abandono de las responsabilidades, se crean espacios de impunidad. De esta forma, objetivamente, se genera un ambiente social que permite y facilita la extensi¨®n de los fines del movimiento y que los pertenecientes al entorno radical refuercen su autoestima, su arrogancia y la convicci¨®n de la idoneidad de sus m¨¦todos y objetivos.
La fe y la autoconfianza no se pueden sostener sin la configuraci¨®n de una estructura de medios y redes de comunicaci¨®n que sirvan de espejo y de catalizador de las ideas, los sentimientos, los discursos, el lenguaje y la propaganda. Entre los m¨¢s significativos tenemos el peri¨®dico Gara, la revista Herria 2000 Eliza, los boletines internos, externos y de circulaci¨®n restringida de ETA y de todas las organizaciones sat¨¦lites; editoriales, seminarios de formaci¨®n con publicaciones, algunas revistas y emisoras locales o comarcales -cercanas o dentro de su ¨®rbita-. Todo ello sin contar con la siembra y organizaci¨®n de otros canales y recursos que van desde la utilizaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas hasta los innumerables carteles y pancartas, folletos, comunicados, pasquines, pasando por los cursos, seminarios y escuelas de verano.
Adem¨¢s de la multiplicidad de manifestaciones y actos p¨²blicos que realizan los diferentes organismos del movimiento radical, la extensi¨®n de su ideario y m¨¦todos tambi¨¦n se produce a trav¨¦s de una gran actividad de los militantes y simpatizantes en la organizaci¨®n de fiestas, actos culturales, deportivos y musicales identitarios y reivindicativos, por ejemplo, para conseguir locales, para los j¨®venes, para el tiempo libre, en txosnas (locales festivos), algunas escuelas, movimientos alternativos, etc¨¦tera.
Los c¨ªrculos de adhesi¨®n
Ya desde el desdoblamiento -o la bifurcaci¨®n en dos v¨ªas (la pol¨ªtica y la militar) de la lucha contra el Estado- impulsado por la extinta ETA pol¨ªtico-militar, las organizaciones terroristas vieron la necesidad de crear y desarrollar una serie de organizaciones pol¨ªticas y sociales que recogiesen los apoyos a la organizaci¨®n terrorista y que desarrollasen en diferentes sectores -sindicales, de apoyo a presos, religiosos, ecologistas, estudiantiles, de barrios- las directrices t¨¢cticas y estrat¨¦gicas emanadas de ETA. En el caso de ETA Pol¨ªtico-militar, la hegemon¨ªa y direcci¨®n de la v¨ªa pol¨ªtica y social sobre la militar termin¨® con la disoluci¨®n de esta ¨²ltima, pero en el caso de ETA Militar, que es la que sigue existiendo hoy, la direcci¨®n general del proceso y del conjunto del movimiento -ideol¨®gica y por la v¨ªa de los hechos- a¨²n permanece en manos de ETA.
Como se?alan todos los autores (algunos, cercanos ideol¨®gicamente a este conglomerado) que lo han investigado: desde el a?o 1982, HB, posteriormente EH, luego Batasuna, y todo el entramado organizativo, entran en una situaci¨®n de estricta y total dependencia de su actividad pol¨ªtica con respecto a las necesidades y planes t¨¢cticos de la organizaci¨®n terrorista. No s¨®lo en el ¨¢mbito ideol¨®gico y t¨¢ctico, sino tambi¨¦n en relaci¨®n con las pr¨¢cticas del colectivo en el plano de la estructuraci¨®n interna y, lo que es m¨¢s importante, en la subordinaci¨®n de toda actividad -incluidas las movilizaciones- a la necesidad de supervivencia de ETA como organizaci¨®n.
Ahora bien, como se ha repetido hasta la saciedad, a partir de mediados de los a?os noventa es imposible constatar de una manera formal y expl¨ªcita las relaciones de coordinaci¨®n o de jerarqu¨ªa, vinculaciones org¨¢nicas, centros de direcci¨®n o asignaci¨®n de tareas o responsabilidades, entre las organizaciones o grupos del entramado radical.
Las relaciones son informales y se encuentran diluidas y ocultas. Para ellos, lo importante es el movimiento radical en su conjunto, las siglas y los nombres no tienen importancia. Las luchas de cada una de las organizaciones y grupos captados por el movimiento se conectan a trav¨¦s de los objetivos nacionalistas, la generaci¨®n de conflictos que evidencien el enfrentamiento entre el pueblo vasco y el Estado espa?ol, la m¨²ltiple militancia y la fidelidad a ETA.
Las ventajas de este sistema para los adeptos de este colectivo son la impunidad, la posibilidad de multiplicar la conflictividad, la actuaci¨®n de muchas de las organizaciones y grupos desde la legalidad, con los beneficios de todo orden que ello conlleva, y la utilizaci¨®n de los resquicios y vac¨ªos legales e institucionales.
As¨ª tenemos que existen grupos (algunos han desaparecido como tales) llam¨¦mosles permanentes: ETA, Segi (juventud), Ekin (coordinaci¨®n y dise?o ideol¨®gico), LAB (sindicato), Askatasuna (presos), Egizan (feminismo), Eguzki (ecolog¨ªa), Ikasle Abertzaleak (estudiantes), Askapena (acci¨®n internacional)... El papel que deben cumplir, seg¨²n las directrices emanadas desde su fundaci¨®n, es el relativo a su campo de acci¨®n sectorial, pudiendo intercambiar o multiplicarse la militancia entre los diferentes organismos.
Existe tambi¨¦n una participaci¨®n difusa y coyuntural de los militantes del movimiento radical en cualquier grupo o movimiento que plantee alg¨²n conflicto, contienda o reivindicaci¨®n potencialmente manipulable y utilizable contra las instituciones u otros centros de poder. Como indicaremos despu¨¦s, los militantes del conglomerado se convierten en portadores de los objetivos radicales infiltr¨¢ndose en grupos y colectivos que no pertenecen expl¨ªcitamente al movimiento radical, con la apariencia de individuos progresistas, sensibles con el problema planteado y con una gran capacidad de trabajo y compromiso con la causa.
Las estrategias de expansi¨®n
Seg¨²n la estrategia del movimiento radical, se tratar¨ªa de que sus militantes, adem¨¢s de utilizar la representaci¨®n en las instituciones y de actuar en las organizaciones espec¨ªficas del entramado como Segi, Askatasuna, etc¨¦tera, tambi¨¦n se dispersen, para crear nuevos grupos o extender su actividad a otros colectivos ya constituidos, a los que se pueda encauzar hacia la desestabilizaci¨®n del sistema y as¨ª acumular fuerzas para el logro de los objetivos radicales. Utilizando los resquicios de la ley y aprovechando las debilidades y vac¨ªos del sistema institucional, los militantes del entramado tratan de crear nuevas contradicciones y conflictos, polarizar e insertar al colectivo, grupo u organizaci¨®n en el movimiento radical de una manera coyuntural o permanente.
Esta t¨¢ctica, denominada acumulaci¨®n de fuerzas, tiene como objetivo la concentraci¨®n de conflictos para poner de manifiesto las posibles contradicciones y lacras que genera el sistema pol¨ªtico, planteando las reivindicaciones de otros grupos, colectivos, asambleas, etc¨¦tera, a trav¨¦s del filtro radical. Se trata de un proceso de infiltraci¨®n y proselitismo con el que se intenta atraer -y en su caso, romper o utilizar coyunturalmente- a distintos grupos o colectivos donde se encuentran sectores de la poblaci¨®n no directamente involucrados con los m¨¦todos y objetivos del movimiento. Se persigue ense?ar a los ciudadanos que participan en conflictos muy concretos y coyunturales y en grupos reivindicativos sectoriales, que sus problemas s¨®lo podr¨ªan ser resueltos a trav¨¦s de la asunci¨®n o apoyo a los objetivos del MLNV, esto es: a trav¨¦s de la agudizaci¨®n de la contradicci¨®n principal: Euskal Herria-Espa?a.
Al expandirse, agudizarse y radicalizarse las luchas de los distintos sectores sociales, se ampl¨ªa cualitativamente el campo de influencia del movimiento rupturista. As¨ª es como se produce la absorci¨®n o, en su caso, ruptura de movimientos sociales, organizaciones o colectivos inicialmente no implicados de una manera directa en el movimiento radical.
Su objetivo es alcanzar un punto de acumulaci¨®n de conflictos (en n¨²mero y en intensidad) tal, que haga insostenible para el Estado espa?ol el enfrentamiento con lo que ellos llaman el pueblo vasco. As¨ª es como se produce la utilizaci¨®n y manipulaci¨®n de algunos organismos y asociaciones con objetivos propios de los movimientos sociales y de ¨¢mbitos de la vida cotidiana como juventud, ecolog¨ªa, antimilitarismo, feminismo, euskera, ense?anza, cultura, vecinos, mundo del trabajo, presos, etc¨¦tera. Situ¨¢ndolos en la estrategia de lo que ellos denominan la construcci¨®n nacional, utilizando la movilizaci¨®n, la desobediencia e incluso el terrorismo.
Para terminar con patos. Un proverbio chino recogido por P. Theroux dec¨ªa: 'El campesino ha de estar largo rato en la ladera de la colina y con la boca abierta antes de que un pato asado pase volando'.
?Y tanto!
Jos¨¦ Manuel Mata es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la UPV/EHU.
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