La pasividad del Gobierno vasco
Hace ya casi a?o y medio que el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa visit¨® el Pa¨ªs Vasco. En su informe, presentado al Comit¨¦ de Ministros y aprobado un¨¢nimemente por todos los Estados, el comisario denunci¨®, entre otras cosas, un funcionamiento anormal en la polic¨ªa aut¨®noma vasca en cuanto a la represi¨®n y a la investigaci¨®n de conductas delictivas que afectan gravemente a la vida democr¨¢tica en la comunidad aut¨®noma, concluyendo que se pod¨ªa 'apreciar cierta responsabilidad del Gobierno vasco concerniente a la falta de una protecci¨®n suficiente y eficaz de los derechos fundamentales de los ciudadanos' en el Pa¨ªs Vasco.
Con el transcurso del tiempo, la situaci¨®n descrita no ha mejorado. Por el contrario, hace pocas semanas pudimos comprobar el modo en que el Gobierno de este territorio bananero concibe el ejercicio de las libertades: nada menos que autorizando una manifestaci¨®n contra una v¨ªctima del terrorismo que re¨²ne la condici¨®n de haber sido elegida democr¨¢ticamente alcaldesa por los ciudadanos de Lasarte. Pero no s¨®lo eso. Se trata de una manifestaci¨®n contra una representante de la ciudadan¨ªa que s¨®lo unos d¨ªas antes fue insultada y agredida -ante la pasividad del resto del p¨²blico asistente- cuando asist¨ªa a la final de un torneo de pelota en la que participaban pelotaris de su municipio.
Quien exige al Gobierno del Estado que cumpla la legalidad incumple en su territorio la relativa a la garant¨ªa de las libertades
En dicho acto no hubo otra presencia policial que la de los escoltas que le acompa?an diariamente en esta Euskadi con democracia de tan alta calidad que es la envidia del planeta. No recuerdo que nadie exigiera responsabilidades pol¨ªticas por tan imprudente y negligente falta de previsi¨®n. Con anterioridad, otro representante de la ciudadan¨ªa hab¨ªa sido obsequiado con una llave del portal de su vivienda. Sin embargo, si exceptuamos el sufrimiento personal por tales situaciones que padecen las v¨ªctimas, sus familiares y amigos, aqu¨ª nunca pasa nada. La oposici¨®n en el Parlamento vasco no pide responsabilidades pol¨ªticas y el Gobierno vasco se da por satisfecho con la gesti¨®n econ¨®mica del -en su terminolog¨ªa- conflicto. As¨ª, se indemnizan econ¨®micamente los da?os o se crean foros para acompa?ar y apoyar a los cargos p¨²blicos amenazados, se manifiesta est¨¦ticamente la cercan¨ªa con ellos o se env¨ªan abrazos emocionados en los casos m¨¢s extremos.
Pero al margen de tales manifestaciones est¨¦ticas -por carentes de consecuencias pol¨ªticas-, lo cierto es que lo que impera es la pasividad. Pasividad en la prevenci¨®n, pasividad en la investigaci¨®n y pasividad en la represi¨®n. Es m¨¢s, quienes detentan el poder acreditan de hecho m¨¢s cercan¨ªa y sinton¨ªa con los victimarios que con las v¨ªctimas.
La manifestaci¨®n autorizada contra la alcaldesa de Lasarte es el mejor ejemplo de ello. Sin parang¨®n, por cierto, en cualquier democracia de nuestro entorno. En este sentido es tambi¨¦n un ejemplo para denunciar ante ¨®rganos internacionales un estado de cosas inaceptable y que, por lo que a la Uni¨®n Europea se refiere, pone de manifiesto que en el Pa¨ªs Vasco los principios comunes de libertad, democracia, respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y el Estado de Derecho -contemplados en el Tratado de la Uni¨®n- son, hoy por hoy, una quimera porque quien exige al Gobierno del Estado el cumplimiento de la legalidad incumple en su territorio la relativa a la garant¨ªa efectiva y eficaz de las libertades fundamentales y del Estado de Derecho.
Esta situaci¨®n no por conocida deja de ser menos inaceptable ni insostenible. Es por ello que los partidos de la oposici¨®n que la padecen directa y diariamente deber¨ªan ser absolutamente beligerantes e intransigentes con el Gobierno vasco en este tema, no contribuyendo a dar apariencia de normalidad a lo que es un estado de excepci¨®n permanente para gran parte de la ciudadan¨ªa vasca.
Carlos Fern¨¢ndez de Casadevante es catedr¨¢tico de Derecho Internacional P¨²blico en la Universidad Rey JuanCarlos de Madrid.
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