OUKA LELE ENSE?A LOS SECRETOS DE SUS PINCELES FOTOGR?FICOS

Los artistas, o los que van camino de serlo, se refugian en el silencio del taller de los cursos de verano, un espacio para compartir ideas, mostrar sus fotograf¨ªas, los trabajos de la universidad; para apartarse de la docencia que les da de comer o de la rutina acad¨¦mica. Y Ouka Lele les escucha, observa detenidamente sus trabajos, les da consejos, les sugiere t¨¦cnicas, les cuenta an¨¦cdotas. La fot¨®grafa (Madrid, 1957) reflexiona en voz baja ante el trabajo de sus alumnos, y confiesa: 'Yo he perseguido siempre una imagen limpia, perfecta, he huido del grano y, sin embargo, ahora me gusta, da textura...'.

La docena de j¨®venes que se ha apuntado a este taller de fotograf¨ªa se sientan componiendo una U alrededor de Ouka Lele, y se van presentando y luciendo su obra: las fotograf¨ªas que aprender¨¢n a pintar durante esta semana siguiendo los pinceles de la maestra. Sobre la mesa, las acuarelas l¨ªquidas, las paletas, las botellas de agua.

'Yo busco la expresi¨®n de la cara. He hecho Bellas Artes, estaba desencantado, en crisis, me fui a Atenas', se presenta Lucas. En sus fotos una compa?era ve al demonio. '?Lo veis, las orejas?'. 'Ah s¨ª, ahora lo veo'.

Manuel es 'de C¨®rdoba y de Sevilla'. Arquitecto inacabado al que le gusta todo. Ha hecho marionetas, danza y fotos con la c¨¢mara de sus padres. 'Ha llegado el momento de concentrarme en algo'. Estos cinco d¨ªas los dedicar¨¢ a la pintura de fotos, a ver si ah¨ª est¨¢ su camino.

'?Qu¨¦ papel usas? Con esas fotos tan blancas vas a perder el dibujo cuando las pintes', le dice Ouka Lele. Y una alumna le reprende por no cuidar los negativos: sus fotos est¨¢n llenas de rayajos. Pero es que Manuel hasta hace poco no sab¨ªa ni lo que era un diafragma.

Irene ha fotografiado a su familia tendida sobre la hierba, durmiendo entre pimientos de Padr¨®n que ya no sirven porque est¨¢n m¨¢s rojos que eso, que un pimiento. Esa luz gallega sorprende a los compa?eros. 'No sab¨ªa que los pimientos de Padr¨®n se ponen rojos', la mira Ouka Lele interrogante. En las fotos de la coru?esa hay tambi¨¦n vacas, enormes caras con cuernos que se escapan por los m¨¢rgenes.

Virgina triunfa con sus fotos grises, ideales para ser pintadas de color, y Roc¨ªo cuenta que los vigilantes del metro no la dejaban tirar fotos por cuestiones de seguridad, seguramente. A Ouka Lele tambi¨¦n la detuvieron un d¨ªa cuando disparaba alguna de sus peculiares miradas. 'El guardia me quer¨ªa quitar la c¨¢mara y me llev¨® detenida. Llam¨¦ a un amigo para que me llevara el carro del revelado hasta all¨ª y cuando las revel¨¦ vieron c¨®mo no hab¨ªa sacado a ning¨²n guardia. Entonces yo quer¨ªa denunciarle a ¨¦l por haberme hecho perder la ma?ana', cont¨® ayer a sus alumnos.

Los pinceles esperan mientras la ¨²ltima de las estudiantes ense?a sus bodegones: cebollas, botellas, falsos ¨¢rboles de br¨®coli sobre fondo blanco; una cara desenfocada detr¨¢s del cristal de la cocina que a Ouka Lele le encanta. Tambi¨¦n le hab¨ªa gustado la idea de Roc¨ªo, que se meti¨® de cabeza en el bombo de la lavadora y sac¨® una original toma.

Los colores chillones de las primeras y exitosas obras de B¨¢rbara Allende Gil de Biedma (su nombre real), a caballo entre la fotograf¨ªa y la pintura, se api?an en una mesa de este taller estival de la Universidad Complutense. Ouka Lele ha ido evolucionando hacia otros tonos y otras formas. Sus clases con los alumnos de El Escorial, venidos de todos lados con sus proyectos a cuestas, le permiten el encuentro con nuevas ideas.