La sorprendente ?pera Helikon de Mosc¨²
El Festival 2002 de Santander presenta en Espa?a a la compa?¨ªa rusa
El Festival 2002 se apunta uno de sus mayores ¨¦xitos oper¨ªsticos al presentar en Espa?a -junto con Perelada- al Helikon Theatre de Mosc¨², una de las propuestas m¨¢s vivas e inteligentes que el viejo g¨¦nero esc¨¦nico-musical ha encontrado en nuestros d¨ªas. Con Los cuentos de Hoffmann, de Jacques Offenbach (Colonia, 1819-1880), la sala Argenta del Palacio de Festivales ha vibrado con nuevos aires aplicados a una invenci¨®n feliz, pero ni nueva ni tampoco genial, como es la ¨²nica ¨®pera del triunfante operetista germano-franc¨¦s. En todo caso, Los cuentos encierran no pocas bellezas y hacen gala de una efusi¨®n l¨ªrica 'muy de su tiempo', y es sabido c¨®mo estas sintonizaciones estrechas entre el arte, su ¨¦poca y su circunstancia suelen proyectarse en la historia incluso m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites previsibles. Y de modo an¨¢logo al caso de Carmen de Bizet, Los cuentos se beneficiaron del trabajo de Ernest Giraud, que convirti¨® los recitados en recitativos con singular fortuna para ampliar as¨ª la difusi¨®n de la obra a escala internacional.
Un talento creativo tan fuerte y feliz como el de Dmitri Bertman (Mosc¨², 1967) abord¨®, a finales del siglo XX, las dos obras con tan excelente respuesta del p¨²blico como alcanzar¨ªan El murci¨¦lago, Lady Macbeth, de Shostakovich, La novia del zar o Mavra, hasta acceder a la premi¨¨re de Lul¨² de Alban Berg en Rusia el presente a?o, en versi¨®n tambi¨¦n programada en la capital de Cantabria. Bertman nos ense?a las posibilidades de una ¨®pera eminentemente teatral entendida desde sus raices musicales y dram¨¢ticas pero reinterpretada con naturalidad y ausencia de ¨¦nfasis, bien dispuesta y ritmada en todos sus elementos. A lo largo de la representaci¨®n fuimos de sorpresa en sorpresa por arias, n¨²meros de conjunto, expansiones l¨ªricas entendidas desde cierta iron¨ªa y franca comunicaci¨®n con la audiencial actual.
Todos los int¨¦rpretes del grupo creado por Bertman a los 23 a?os ejercen con dominio los m¨¢s variados saberes de la expresi¨®n esc¨¦nica entra?ada en la partitura; por supuesto, cantan con medios y recursos de alta profesi¨®n y en muchos casos brillant¨ªsimos. Citemos a Vadim Zaplechney (tenor) en Hoffmann, a la mezzo Larissa Kostiouk (La Musa), al bajo Serguei Toptygin, a los mitos femeninos: Olimpia (Marina Andreeva), Antonia (Elena Vaznesenkaya), Giulietta (Marina Karpetchenka) o Stella (Ekaterina Oblezova) y en realidad el cast entero, ya que Helikon hace gala de un admirable trabajo de conjunto en el que cuentan danzarines y una orquesta ¨¢gil y tensa que responde con presteza a la batuta de Vladimir Ponkin.
Queda dicho: Bertman y su valiosa compa?¨ªa pusieron en movimiento la 'm¨¢quina de sue?os' y convirtieron en realidad la magia de un operismo, m¨¢s que nuevo, reci¨¦n nacido. Y es que no hay mayor espect¨¢culo en el mundo que la inteligencia en acci¨®n.
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