Grandes autores y excelentes libros para poder vivir mejor

La literatura? Ni vitamina A, ni vitamina E; la literatura es el mejor antioxidante contra la edad'. La escritora Clara S¨¢nchez naci¨® en 1955 y ha le¨ªdo mucho. Sola o acompa?ada por aquel novio de hace a?os; libros gordos y delgaditos, autores m¨¢s conocidos y menos. Y todos los g¨¦neros que son uno solo, porque ella no cree en la 'clasificaci¨®n arbitraria' que se hace de ellos: 'Me gusta la poes¨ªa que no lo parece, la novela con intensidad de cuento, la prosa que es un poema. La ruptura de los g¨¦neros es exagerada'. Lo importante es que todo tenga 'embrujo y encanto, que seduzca. Los escritores escribimos para seducir y los lectores para ser seducidos'.

Clara S¨¢nchez ha participado en uno de los cursos de verano de la Universidad Complutense, el titulado Quinientos libros para la eternidad. Leer para vivir mejor, en torno al cual se han reunido en El Escorial, entre otros, escritores como Ana Mar¨ªa Matute, el poeta Antonio Colinas, Luc¨ªa Etxebarr¨ªa, Abel Posse, Andr¨¦s Sorel y Fernando Arrabal.

Todos ellos, y algunos m¨¢s, han trasladado a los alumnos su visi¨®n de la lectura, la lectura de la infancia, la adolescente, la de siempre. Colinas record¨® aquellos libros primeros guardados en viejos ba¨²les que dorm¨ªan en el desv¨¢n de la casa. Record¨® el poeta que 'la literatura y la vida son inseparables', por eso inici¨® un viaje hacia atr¨¢s en la memoria en busca de aquellas primeras lecturas, del placer de tocar y oler los libros, y encontr¨® de nuevo a Julio Verne, a Salgari, a Stevenson...

Esas islas del tesoro de cada escritor han sido lecturas solitarias en Ana Mar¨ªa Matute, bosques de ninfas y demonios, cuentos de hadas, armarios que escond¨ªan ciudades, m¨¢s magia que fantas¨ªa, inocencia, que no ingenuidad. 'S¨®lo he cre¨ªdo lo que quer¨ªa creer ?y me he llevado cada disgusto, y unos resbalones!', cont¨® la escritora. Habl¨® de la magia de sus libros y de su vida: por ejemplo, cuando naci¨® su hijo, y le miraba 'con esos ojos, que ve¨ªan, por m¨¢s que los m¨¦dicos digan lo contrario (tambi¨¦n dec¨ªan que las sardinas eran malas para el colesterol); cuando naci¨® mi hijo fue un momento m¨¢gico que yo no pod¨ªa relacionar con los revolcones que hab¨ªa tenido con su padre'. Matute no es partidaria de releer los libros de su infancia: 'No quiero estropear mi juventud', concluy¨®.

Sin embargo, en el mismo curso, Clara S¨¢nchez confes¨® su intenci¨®n de releer aquellos libros que la impresionaron: 'Tengo que releerlos, a ver si una lee igual que antes'. S¨¢nchez encuentra en la lectura tambi¨¦n un sentido pr¨¢ctico: Voltaire, sin cobrarle el 10% de su agente, le dio la clave del cambio en un momento oscuro con esta frase que encontr¨® en uno de sus libros: 'Quien no encuentra acomodo en un mundo lo encuentra en otro'. Y cambi¨¦ de editorial'.

Las abundantes lecturas de ni?ez y adolescencia tambi¨¦n formaron a la escritora Luc¨ªa Etxebarr¨ªa, que estos d¨ªas planea llevar al cine su novela Beatriz y los cuerpos celestes. 'Puede que sea Bigas Luna el que lo haga, pero todav¨ªa no lo s¨¦', dijo. Etxebarr¨ªa considera que 'cada actuaci¨®n humana es una toma de postura', y tambi¨¦n la de los escritores con su obra, 'que influye cuanto m¨¢s conmueve'. 'Una obra literaria conmueve m¨¢s que el informe entero de Amnist¨ªa Internacional', puso como ejemplo. Pero para eso ha de ser bella, dijo. Con la belleza de esos libros que sirven para vivir mejor.