Singularidades de un m¨²sico singular
Se ha apoyado en primer lugar en el repertorio. Se halla en posiciones de cabeza entre los m¨²sicos que m¨¢s han buceado en el pasado. Su condici¨®n de espa?ol le ha facilitado mucho la tarea: los archivos del pa¨ªs rebosan de papeles que hace mucho que no hablan. Las cantigas de Alfonso X, obras de compositores como Tom¨¢s Luis de Victoria, Francisco Correa de Arauxo, Joan Cabanilles, Juan del Encina o Joan Cererols, el repertorio medieval profano y religioso (el Llibre Vermell de Montserrat, el Canto de la Sibila, ahora el Misteri d'Elx) le han proporcionado una argamasa de excelente factura para edificar la carrera. Pero no se ha detenido ah¨ª. Su mirada ha saltado fronteras y le ha valido una muy alta consideraci¨®n como int¨¦rprete europeo. El barroco franc¨¦s y la poes¨ªa de Monteverdi, el clasicismo vien¨¦s y el repertorio jud¨ªo o sefardita han sido terrenos favoritos de sus incursiones. Y la conclusi¨®n ha sido que esas fronteras no existen, la m¨²sica de la cuenca mediterr¨¢nea es una, hecha de milagrosos pr¨¦stamos e influencias.
Tantas singularidades en confluencia no pod¨ªan sino producir una singularidad mayor que ha acabado por hacernos olvidar los excesos. Los hubo: esas apoyaturas tan forzadas de la primera ¨¦poca, esa negaci¨®n tan severa del vibrato de las cuerdas de tripa y las vocales, ese recurso sistem¨¢tico a la musicolog¨ªa como fuente de verdad revelada han cedido el paso a la expresividad y la comunicaci¨®n: esto es, a la m¨²sica. Nuestros maltrechos o¨ªdos necesitaban una reeducaci¨®n, pero las purgas no son nunca deseables. Es mejor que los argumentos se impongan por la v¨ªa de la seducci¨®n. Savall ha sabido recorrer esa v¨ªa sabiamente y las consecuencias est¨¢n en la multitud de seguidores que tiene en el mundo.
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