La piscina
Nos enteramos por Ideal y decidimos verla con nuestros propios ojos. No vas a estar siempre en casa, y de vez en cuando da gusto comprobar que hay gente capaz de tener una visi¨®n de futuro y de hacerla realidad, pese a todos los obst¨¢culos.
Abandonamos la N-323 en el desv¨ªo de Iznalloz y pusimos proa hacia Moreda. A nuestra derecha nos acompa?aba la imponente Sierra de Arana, a menudo confundida con Sierra Nevada por los forasteros que llegan desde el Norte -por algo son forasteros- y cuyo Pe?¨®n de la Mata fue escenario de una de las batallas m¨¢s sangrientas ocurridas en Granada durante la guerra.
A los pies del gigante la inmensa llanura yac¨ªa envuelta en el manto de oro de sus rastrojos, nota s¨®lo variada por el juego de verdes de los olivares y los campos de girasoles, ¨¦stos ya desva¨ªdos.
Navegaban por el cielo las primeras nubes algodonosas de mediados de agosto, las que vuelven cada a?o a este trozo de Sur con puntualidad exacta, como si no se diesen cuenta de que hay algo que se llama cambio clim¨¢tico y que a lo mejor lo normal ser¨ªa que ahora les tomaran el relevo un terremoto o unas lluvias torrenciales.
En un teatro natural tan majestuoso, con tres horas libres y carretera desembarazada, ?c¨®mo no sentirse provisionalmente feliz, no obstante la terca bestialidad de ciertos norteamericanos, que acababan de llevar a cabo otra ejecuci¨®n, la tragedia de las pateras, el empe?o de los lapidadores, el desprecio de los Oteguis de toda laya, aqu¨ª y fuera, y la falta de racionalidad que en general nos caracteriza a los seres humanos?
Con alg¨²n despiste -dentro de los centros urbanos andaluces la se?alizaci¨®n no suele ser todav¨ªa genial- fuimos llegando a nuestro destino.
El paisaje de la hoya accitana es uno de los m¨¢s asombrosos de Europa, tal vez de todo el globo terr¨¢queo. Si Breton lo ve lo proclama surrealista en el acto, y Dal¨ª empieza a dudar de la primac¨ªa del Cabo de Creus.
Ya estamos. Dehesas de Guadix es un peque?o pueblo limpio y agradable de unos setecientos habitantes (algunos de los cuales viven en c¨®modas casas-cueva), rodeado de cerros amarillentos y calvos que parecen surgir de un cuadro na?f de Maripi Morales. Y este pueblo, donde antes apenas hab¨ªa alicientes para el visitante, ha logrado crear dos estupendas piscinas municipales -una para mayores, 20 metros por 10, otra m¨¢s peque?a para ni?os y principiantes- en un enclave espacioso y arbolado prove¨ªdo de todo lo necesario (bar-restaurante, magn¨ªficos vestuarios, c¨¦sped, merendero...) y terreno incluso para crecer. Tambi¨¦n se ha procedido a sembrar de pinos los cerros circundantes, que dentro de algunos a?os, gracias al sistema de goteo, tendr¨¢n aspecto boscoso. En el pueblo se palpa la alegr¨ªa y el orgullo ante la realizaci¨®n, no sin reveses, de tan ambicioso proyecto. Los emigrantes, que vuelven fieles cada verano, est¨¢n encantados. Hay conversaciones apasionadas, grupos animosos sentados sobre la hierba, la hilera de barbacoas espera, los j¨®venes van y vienen, se acarician, se zambullen, se exhiben. Uno piensa que de aqu¨ª puede salir un nadador ol¨ªmpico, o cualquier otro prodigio. Y que as¨ª se crean ilusi¨®n y civismo. Un aplauso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.