Una sobremesa sin televisi¨®n

Este mi¨¦rcoles, los madrile?os hemos sufrido lo que para muchos seguro que supone una grave tragedia: nos quedamos sin televisi¨®n durante tres horas. Eran las 14.30, yo estaba sentado a la mesa, disponi¨¦ndome a comer, y mi familia atend¨ªa atenta a la televisi¨®n, como de costumbre a esa hora, cuando de repente la pantalla se volvi¨® negra.

La primera reacci¨®n fueron unas miradas mutuas, con expresi¨®n de sorpresa que reflejaba claramente: ?y ahora qu¨¦? Seguidamente comenz¨® el aluvi¨®n de llamadas telef¨®nicas de familiares y amigos y las visitas de vecinos preocupad¨ªsimos, haciendo todos la misma pregunta: ?ten¨¦is tele?; la calma no regres¨® hasta las 17.30.

Me parece muy grave que los espa?oles hayamos llegado a una situaci¨®n en la que necesitemos ver programas totalmente carentes de contenido (A tu lado, Mamma Mia...), habiendo otros problemas mucho m¨¢s graves a los que apenas se les muestra atenci¨®n: el debate sobre la propuesta de ilegalizaci¨®n de Batasuna s¨®lo capt¨® el 14% de la cota de pantalla en su momento de m¨¢xima audiencia.

Por lo que a m¨ª respecta, doy las gracias al famoso cortocircuito por esas tres horas en las que pude estar seguro de que ning¨²n espa?ol atend¨ªa a la tan querida caja tonta.