Riada contra la estabilidad

Bruselas ha respirado con las palabras del actual ministro de Finanzas alem¨¢n, sobre todo despu¨¦s de que el canciller federal, Gerhard Schr?der, insinuara en un primer momento que la prioridad era afrontar los gastos que han supuesto la cat¨¢strofe, cuyos da?os pueden superar los 15.000 millones de euros. Sus palabras hac¨ªan presumir que tal vez Berl¨ªn decid¨ªa no respetar la obligaci¨®n de que el d¨¦ficit rebase el l¨ªmite del 3% del PIB.

La cat¨¢strofe no debe ser un pretexto para incumplir el pacto, advirti¨® el presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, desde Praga. El Ejecutivo comunitario envi¨® en febrero una carta de advertencia a Schr?der record¨¢ndole el elevado nivel del desequilibrio presupuestario alem¨¢n (rebasar el l¨ªmite del 3% implica una multa equivalente al 0,5% del PIB), pero el Consejo de Ministros de la UE opt¨® por una salida m¨¢s diplom¨¢tica y arranc¨® de Berl¨ªn el compromiso de equilibrar sus finanzas en 2004.

El comisario europeo de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios, Pedro Solbes, cuya irrestricta defensa del Pacto de Estabilidad despierta antipat¨ªa en Gobiernos con problemas, como Francia e Italia, ha elogiado la reafirmaci¨®n alemana de respetar los par¨¢metros as¨ª como la decisi¨®n de aplazar en un a?o la rebaja de impuestos a fin de poder financiar los enormes gastos que supondr¨¢ la reconstrucci¨®n de las regiones m¨¢s devastadas. Adem¨¢s, Bruselas ha propuesto que Alemania pueda utilizar su partida de fondos estructurales para paliar los da?os.

La paz con los alemanes est¨¢ de momento garantizada. Sin embargo, en el horizonte del oto?o aparecen nuevos nubarrones, algunos incluso ya han desatado tormenta. La Comisi¨®n se fue en julio de vacaciones abriendo un procedimiento por exceso de d¨¦ficit a Portugal una vez que la revisi¨®n de cuentas revelara que ¨¦ste lleg¨® al 4,1% en 2001, casi dos puntos por encima de los resultados transmitidos por el anterior Gobierno el pasado febrero.

El caso portugu¨¦s

Solbes afirm¨® que Bruselas no ten¨ªa otra v¨ªa que proceder para obligar a Lisboa a corregir el rumbo. Ahora toda la responsabilidad pasa a los ministros de Econom¨ªa de la UE, que deber¨¢n decidir si apoyan o no seguir adelante con el procedimiento. La multa puede ser salada y, de aplicarse, comportar¨ªa, adem¨¢s, la suspensi¨®n de los fondos de cohesi¨®n que percibe Portugal al igual que Espa?a y Grecia, como pa¨ªses m¨¢s pobres con econom¨ªa por debajo de la media comunitaria. El primer ministro luso, Jos¨¦ Manuel Durao Barroso, conf¨ªa en que la sangre no llegue al r¨ªo y cree que ser¨ªa una injusticia que la UE actuara en contra de los intereses de su pa¨ªs.

Tampoco hay presagio de calma con Francia e Italia a¨²n a pesar de que los dos pa¨ªses suscribieran en la pasada cumbre de Sevilla el compromiso de lograr el equilibrio presupuestario en 2004. El ministro de Econom¨ªa galo, Francis Mer, cree que los par¨¢metros del pacto no deben ser inamovibles. Solbes ha insinuado la posibilidad de enviar en los pr¨®ximos meses un aviso de alerta a Par¨ªs, que estima un d¨¦ficit de 2,6% a fin de a?o. Igual suerte puede correr Italia, que se comprometi¨® este a?o a reequilibrar sus finanzas en 2003 y ahora anuncia que probablemente ni siquiera podr¨¢ lograrlo en 2004.