Bichos malos pill¨¦
Muri¨® Luis Carandell. Hablaba mucho, y bien, y pertenec¨ªa a una familia donde la conversaci¨®n de sobremesa es religi¨®n. Tambi¨¦n hizo, adem¨¢s de libros y periodismo ameno y de calidad, televisi¨®n. Present¨® telediarios y un espl¨¦ndido programa de libros en el que charlaba con no-intelectuales sobre sus lecturas, siempre a su manera, con esa dicci¨®n inconfundible y la retranca propia del que prefiere la tertulia al debate, la an¨¦cdota a la gesta, la sonrisa erudita al alarde desinformado y pontificador.
Por corbata
Los tr¨¢mites para la ilegalizaci¨®n de Batasuna han interrumpido las vacaciones pol¨ªticas. Sus se?or¨ªas han acudido al hemiciclo bronceadas y vestidas como si fueran a una fiesta de la jet de esas que tan bien quedan en la cr¨®nica rosa. Su pulcritud contrastaba con la dureza del tema. Jes¨²s Caldera, por ejemplo, luc¨ªa una sedosa corbata blanca m¨¢s apropiada para acudir a la boda de la hija de Aznar y ahorcarse en alg¨²n ¨¢rbol que para representar a los herederos de Pablo Iglesias. En la calle, mientras tanto, la indumentaria de los dos bandos era menos buc¨®lica: cascos y porras en el lado policial, y camiseta, pu?o en alto y cara de mala leche en el bando aberzale.
Buena t¨¢ctica
Algunos programas se han mantenido pese a las vacaciones. Abierto al anochecer ha conseguido buenos resultados con esta t¨¢ctica y A tu lado ha afianzado su propuesta con el corrillo habitual presidido por una Do?a Memeoquetecagas (Ania, la de Gran Hermano) que, como ya demostr¨® en su debut-encierro televisivo, sabe tumbarse en los sof¨¢s mejor que nadie. La mezcla de nonchalance y de siesta con los ojos abiertos que practica en el plat¨® tiene su glamour. Si le quitas el color y el sonido al aparato, la imagen de este animal televisivo recuerda las poses de las diosas del cine mudo. Y si apagas el televisor, ya no te digo.
Hablan los mudos
En Sabor a verano, informativo sobre el lado hemorr¨®idico de la vida, se vivi¨® una situaci¨®n curiosa. All¨ª se tratan temas tan serios como la reconciliaci¨®n de un torero con la hija de una duquesa. Acuden especialistas y trafican con cotilleos varios. Hasta all¨ª, todo perfecto. Pues bien: un reportero, el sonriente C¨¦sar, consigue una entrevista con Fran Rivera, que est¨¢ en tr¨¢mites de reconciliaci¨®n y no se habla ni consigo mismo. Josep Sandoval, que tambi¨¦n est¨¢ presente en calidad de experto, pilla un ataque de celos y se pregunta c¨®mo es posible que el torero mudo se haya prestado a hablar con C¨¦sar y entona un enojoso qu¨ªtame-all¨ª-esa-exclusiva ante la avergonzada mirada de Antonio Hidalgo, semipresentador del programa, que pone cara de intentar ganarse honradamente la vida y de no estar preparado para comerse este marr¨®n. Mejor para ¨¦l. La manifestaci¨®n de su sonrojo le honra porque coincide con la verg¨¹enza que sintieron sus espectadores.
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