Cicero sigue fiel a Al Capone
La alcaldesa del pueblo del g¨¢nster, condenada por sus lazos con la Mafia
Al Capone traslad¨® su cuartel general de Chicago al vecino Cicero en 1923 y desde entonces el pueblo ha mantenido con altibajos su t¨ªtulo de municipio m¨¢s corrupto de EE UU y de Calle Mayor de la Mafia. El ¨²ltimo episodio de una historia plagada de personajes singulares y negocios poco edificantes lo protagoniza su alcaldesa, Betty Loren-Maltese, convicta a sus 52 a?os -junto a otros seis c¨®mplices, entre ellos el presunto jefe de la Mafia local, Michael Spano- de robar a Cicero 12 millones de d¨®lares. En el veredicto algunos ven el principio del fin de una turbia tradici¨®n, mientras otros miran a ra¨ªces con ocho d¨¦cadas de agarre y dudan de que algo vaya a cambiar en Cicero.
Betty, con la imagen de marca de cardado a lo Liz Taylor y gafas de montura negra tama?o televisi¨®n que rara vez se quita, es una alcaldesa tipo marbell¨ª: mordaz desprecio a los cr¨ªticos, empleo de la polic¨ªa municipal contra sus rivales, adecentamiento urbano, paz y orden en la calle... y negocios y socios que han atra¨ªdo al fisco y al FBI.
Betty Loren-Maltese y el jefe de la Mafia local han sido condenados por robar a Cicero 12 millones de d¨®lares
Loren-Maltese lleg¨® a la alcald¨ªa en 1993 en un golpe de mano orquestado por su marido, Frank, que complementaba su salario de t¨¦cnico municipal con trabajos al servicio de Rocco Infelice, el capo local. A un Infelice encarcelado le sucedi¨® Spano, con quien Frank estaba a partir un pi?¨®n. Tanto que Frank prescindi¨® de la compa?¨ªa que administraba los seguros municipales para entregar el negocio a Speciality Risk Consultants (SRC), controlada por Spano. Era entonces alcalde Henry Klosak, quien, cuando un refer¨¦ndum municipal reclam¨® por abrumadora mayor¨ªa que se metiera mano a las decenas de garitos que desde los a?os de Capone daban color a las noches de Cicero, se neg¨® a asumir la voluntad popular con el argumento de que 'esta gente tambi¨¦n tiene derechos'.
A la inesperada salida de Klosak respondi¨® Frank colocando a su mujer al frente del Consistorio. Al poco, pagos regulares de 50.000 d¨®lares a SRC empezaron a subir como la espuma hasta doblarse. Betty enviud¨®, pero el negocio de Spano estaba seguro con la alcaldesa, que, eso s¨ª, acab¨® con los garitos. De las ingentes cantidades de d¨®lares entregados a SRC, 12 millones fueron destinados a objetivos que nada ten¨ªan que ver con la cobertura del seguro sanitario de los empleados municipales, algunos de los cuales llegaron a ser amenazados con la expulsi¨®n hospitalaria ante la falta de pago. Quienes protestaban eran despedidos.
Los dineros del erario p¨²blico los dedicaron Spano y otros socios a comprar un campo de golf, construir una casa de lujo en un paraje ideal, adquirir una cuadra de caballos, ceder Cadillacs a amigos o concederse pr¨¦stamos sin intereses, seg¨²n el torrente de papeles que fisco y FBI presentaron en el juicio. El jurado no qued¨® convencido de que Betty se beneficiara personalmente de los manejos de Spano, pero lleg¨® a la conclusi¨®n de que deb¨ªa estar al tanto. Fue declarada culpable.
El veredicto fue acogido con divisi¨®n de opiniones en Cicero, donde Betty actuaba como una reina. '?Y qu¨¦ si se llev¨® el dinero? El pueblo nunca ha estado mejor', dec¨ªa un partidario mientras otros aplaud¨ªan, y no ven el momento de ver entre rejas a Betty, que tuvo que evacuar su despacho en el momento de ser hallada culpable. Habr¨¢ elecciones en abril y piensa presentarse de nuevo Joseph Moreno, que cortej¨® sin fortuna el voto del 70% de hispanos del municipio en los comicios de 2001. Moreno sabe lo que era enfrentarse a la alcaldesa. A la vuelta de una recepci¨®n navide?a en Chicago fue seguido por la polic¨ªa de Cicero, que en el momento de cruzar la raya del municipio le dio el alto y le acus¨® de conducir bebido, con la consiguiente escandalera pol¨ªtica y p¨²blico regodeo de Betty. El cargo era infundado.
Un agente retirado del FBI considera que el veredicto es un golpe significativo 'porque no s¨®lo es la Mafia, sino los pol¨ªticos' de Cicero, pero otro colega tiene sus dudas: 'No creo que vaya a tener mucho efecto, porque siempre hay alguien que toma el relevo'. Capone sabr¨ªa c¨®mo resolver el problema.
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