Bailarinas en danza con excavadoras abren la feria de teatro de T¨¤rrega
La convocatoria bate el r¨¦cord de asistencia de programadores
El espect¨¢culo de Sol Pic¨® y Kike Blanco Amor Diesel, una historia de amor entre tres bailarinas y tres m¨¢quinas excavadoras de nueve toneladas capaces de encabritarse y de evolucionar de forma pr¨¢cticamente coreogr¨¢fica, abri¨® anoche la nueva edici¨®n de la Fira de Teatre al Carrer de T¨¤rrega. De nuevo se produjo la ceremonia de la llegada de visitantes atra¨ªdos por la convocatoria, una mayor¨ªa de gente joven que comenz¨® a inundar las calles. M¨¢s de 850 programadores han acudido a la feria para asomarse a ese gran escaparate esc¨¦nico y pescar los ¨¦xitos.
En la plaza Mayor de T¨¤rrega (Urgell), frente al Ayuntamiento, mientras un grupo relativamente numeroso de personas esperaba la llegada de las autoridades, Joan Anguera, director de la feria, se lamentaba de haber perdido una apuesta. 'Lo que yo me jugaba es que no ¨ªbamos a poder superar los 830 programadores del a?o pasado, y a estas alturas ya estamos por encima de los 850... y llegar¨¢n m¨¢s'. Tambi¨¦n se mostraba feliz porque, a media ma?ana de ayer, cuando por las calles de T¨¤rrega apenas se ve¨ªa un discreto movimiento de j¨®venes espectadores cargados con mochilas camino del nuevo c¨¢mping, ya se hab¨ªan vendido m¨¢s de 6.500 entradas y se hab¨ªan agotado algunas funciones, como las de La Fura dels Baus, Albena Teatre, La Baldufa, Parracs y Caroline Dreams.
Un buen inicio, pues, para una edici¨®n de T¨¤rrega que quiere conmemorar, dedic¨¢ndoles una plaza a sus impulsores, el empuje de los primeros a?os con que Comediants supo poner en marcha esta Fira de Teatre al Carrer.
T¨¤rrega es, durante cuatro d¨ªas, la capital de la juventud. Una certeza que se refuerza en el nuevo c¨¢mping, todav¨ªa inacabado pero sin duda mejor equipado, donde unas pocas tiendas son la avanzadilla del mar de lonas en que se convertir¨¢ la zona esta misma noche.
Frente al breve tramo de escaleras que lleva a la Pla?a de les Nacions sense Estat, un coche calienta motores, acelera y frena ruidosamente. '?Chalao!', grita alguien. En el interior del coche hay un tipo con patillas y gafas de espejo y cara de pocos amigos. Mir¨¢ndolo m¨¢s atentamente, resulta que es Carles Mallol, un bailar¨ªn de sonrisa encantadora que est¨¢ ensayando de chulo malcarado para el espect¨¢culo que Senza Tempo presentar¨¢ en T¨¤rrega, Frena...!
M¨¢s all¨¢ uno se encuentra a los integrantes de Esteve y Ponce, dos valencianos de humor exquisito que despu¨¦s de algunos a?os de incomprensible ausencia regresan a Catalu?a para presentar Mala leche, con la esperanza de abrirse al mercado barcelon¨¦s y catal¨¢n con esa deliciosa iron¨ªa que caracteriza sus piezas de payasos vanguardistas. Est¨¢n en la cola de recepci¨®n de compa?¨ªas, entre otros actores, muchos de ellos j¨®venes, que poco a poco van llegando para hacer de T¨¤rrega ese acontecimiento masivo y sociol¨®gicamente inexplicable (o casi).
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