Acuerdo razonable

El tiempo, como todo el mundo sabe, es decisivo en pol¨ªtica. Los acuerdos no solamente tienen que ser buenos por su contenido, sino que deben ser alcanzados tambi¨¦n en el momento oportuno. Cuando esto no ocurre, es la propia valoraci¨®n del contenido la que se ve o puede verse afectada.

Me temo que algo de esto es lo que puede pasar con el acuerdo alcanzado por el ministro de Administraciones P¨²blicas y el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa el pasado jueves. El acuerdo es completamente razonable en todos sus t¨¦rminos. Es razonable el plazo que se han dado para resolver los temas pendientes y es razonable desvincular la negociaci¨®n sobre los traspasos de las competencias pendientes de la decisi¨®n que pueda adoptar el Gobierno de la naci¨®n de recurrir la sentencia de la Audiencia Nacional sobre liquidaci¨®n de la financiaci¨®n de 1997.

El consejero de Turismo de la Junta no puede no ser solidario en un asunto de tanta transcendencia con el presidente que lo ha nombrado

Me interesa subrayar especialmente esto ¨²ltimo, porque estoy en bastante desacuerdo con mucho de lo que se ha dicho antes y despu¨¦s del encuentro entre Javier Arenas y Manuel Chaves. Es obvio que la decisi¨®n del Gobierno de la naci¨®n de recurrir o no recurrir es pol¨ªticamente muy significativa, pero desde el punto de vista de la relaci¨®n institucional entre el Gobierno de la naci¨®n y el Gobierno andaluz debe ser irrelevante. Recurrir ser¨ªa una 'mala se?al', como dijo el presidente Chaves, pero no se puede hacer depender de esa decisi¨®n la negociaci¨®n de los traspasos pendientes. Una sentencia no es firme mientras no es firme y, mientras no es firme, puede ser recurrida. Esa es una opci¨®n que est¨¢ contemplada en el ordenamiento y el Gobierno de la naci¨®n est¨¢ en su derecho a hacer uso de la misma, de la misma manera que el Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa ha estado en su derecho de interponer todos los recursos ante el Tribunal Constitucional que ha estimado pertinentes. Al Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa es normal que no le guste la interposici¨®n de un recurso por el Gobierno ante el Tribunal Supremo contra la sentencia de la Audiencia Nacional, de la misma manera que al Gobierno de la Naci¨®n no le han gustado los recursos de inconstitucionalidad que ha interpuesto el Gobierno andaluz. La interposici¨®n o no de recursos tiene que ser devinculada de la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos. Ese es un principio que tiene que ser respetado siempre y por todas las partes. Tanto si gusta como si no. O mejor dicho, tanto porque unas veces gusta como porque otras veces no gusta. La 'frustraci¨®n alternativa y rec¨ªproca' que produce la interposici¨®n de recursos ante los tribunales de justicia es una de las caracter¨ªsticas de todos los sitemas pol¨ªticos democr¨¢ticos dignos de tal nombre.

El acuerdo alcanzado es, pues, un acuerdo razonable. Cerrar los acuerdos sobre traspasos pendientes 'antes del uno de enero de 2003' es casi lo m¨¢ximo que se pod¨ªa pedir. No creo que nadie en su sano juicio pudiera esperar que en la misma reuni¨®n del jueves se cerraran los traspasos pendientes.

No se entiende, por eso, muy bien la cr¨ªtica de Antonio Ortega, que calific¨® el encuentro entre Javier Arenas y Manuel Chaves de 'safari fotogr¨¢fico compartido'. Al menos, por los dos siguientes motivos de naturaleza formal:

En primer lugar, porque el dirigente andalucista no deber¨ªa olvidar que ¨¦l es miembro del Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa y que lo que se estaba discutiendo en el palacio de San Telmo era una cuesti¨®n propia de la gobernaci¨®n de nuestra comunidad. En consecuencia, si est¨¢ en desacuerdo con la manera de proceder del presidente Chaves, hasta el punto de hacer una valoraci¨®n cr¨ªtica e incluso despectiva de su gesti¨®n en ese asunto,como la que trasluce la expresi¨®n que he entrecomillado, deber¨ªa presentar la dimisi¨®n como consejero y a continuaci¨®n hacer p¨²blica dicha cr¨ªtica. Un consejero no puede no ser solidario en un asunto de tanta transcendencia con el presidente que lo ha nombrado. Descalificar al presidente y mantenerse al frente de la consejer¨ªa es un ejercicio de incoherencia. Y la incoherencia en pol¨ªtica se paga. Por lo general, m¨¢s pronto que tarde.

En segundo lugar, porque, como el propio consejero reconoce en el momento de hacer p¨²blica su descalificaci¨®n del encuentro entre Javier Arenas y Manuel Chaves, la informaci¨®n que ten¨ªa sobre el mismo es muy limitada, ya que todav¨ªa no hab¨ªa sido informado por el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa del acuerdo alcanzado. ?Puede considerarse aceptable que un consejero se pronuncie sobre un tema de tanta importancia en unos t¨¦rminos tan despectivos, insisto, sin esperar a tener la informaci¨®n pertinente? ?A qu¨¦ se est¨¢ jugando?

Ahora bien, que el acuerdo alcanzado sea razonable, no quiere decir que su ejecuci¨®n no vaya a plantear problemas. Ha sido demasiado el tiempo que se ha dejado transcurrir y es mucha la desconfianza acumulada entre las partes que tienen que gestionarlo. Aunque los dirigentes del PSOE est¨¢n guardando un prudente silencio sobre el contenido de lo pactado el pasado jueves, es un secreto a voces que el cr¨¦dito de Javier Arenas para los socialistas est¨¢ bajo cero y que van a mirar, en consecuencia, con lupa el contenido de los decretos de traspasos de las competencias pendientes. Lo mismo ocurre en el PP con respecto a Manuel Chaves, de cuya lealtad institucional la direcci¨®n popular en Andaluc¨ªa no tiene nada m¨¢s que dudas. En un a?o tan electoralmente cargado como el que se avecina, ya veremos que ocurre. Mucha prudencia y autocontenci¨®n van a hacer falta.