Pisos con vistas a la polvareda

Pasar m¨¢s de cinco minutos en la avenida de Manoteras, en el barrio de la Virgen del Cortijo (Hortaleza), es tragar polvo y terminar con dolor de cabeza. A simple vista no se nota, pero la humareda en suspensi¨®n termina da?ando gargantas y ojos. El causante de este insalubre ambiente es el polvo que roc¨ªan los camiones de las dos plantas-hormigoneras situadas en el n¨²mero 48 de la citada calle, y que desde hace 30 a?os tienen bajo tormento a las 2.000 familias del barrio.

La Asociaci¨®n de Vecinos Virgen del Cortijo empez¨® hace d¨¦cadas su particular batalla para que se trasladasen sendas f¨¢bricas de hormig¨®n a otra parte. Tambi¨¦n han denunciado este sinvivir a la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente, que ha abierto diligencias. Pero los camiones siguen campando a sus anchas por el barrio. Un informe del Ayuntamiento de Madrid admite que, en ocasiones, ambas hormigoneras han sobrepasado 25 veces el nivel de contaminaci¨®n medioambiental permitido. Y el Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa, por su lado, ha advertido de que la inhalaci¨®n de polvo de cemento puede producir irritaciones en las v¨ªas respiratorias (garganta y nariz).

Carmen Flores, concejal del distrito de Hortaleza, afirma que esta situaci¨®n puede cambiar muy pronto. 'El alcalde ha dado ¨®rdenes de que las f¨¢bricas se trasladen a otro lugar. No puede ser que en el a?o 2002 haya hormigoneras tan cerca de las viviendas. Aunque est¨¢n instaladas legalmente, la ciudad es un ser vivo, y cambia. Ahora hay un centro de salud en la zona y un centro escolar, que antes no estaban', explica. ?Y cu¨¢ndo ser¨¢n trasladadas las plantas de hormig¨®n? 'Mi intenci¨®n es no dejar la concejal¨ªa sin que las hormigoneras se hayan ido', asegura la concejal.

Marina Garc¨ªa, vocal de medioambiente de la asociaci¨®n de vecinos, afirma que ya va siendo hora de liberar al barrio del polvo. 'El polvo gris est¨¢ por todos lados, en los coches, en las casas, y los ni?os juegan en el colegio entre el cemento', destaca. Y a?ade: 'Hay gente con problemas respiratorios que se ha tenido que marchar del barrio al no poder soportar el polvo y el ruido de los camiones, que es infernal'.

Este peri¨®dico ha podido comprobar que el paso de camiones cargados de hormig¨®n y cemento con destino a multitud de obras de la capital es constante en el barrio. Adem¨¢s, ¨¦stos circulan a una velocidad considerable por la zona, pese a la proximidad de un colegio y un ambulatorio. 'Esto es insoportable: los ni?os est¨¢n inhalando el polvo y cuando hace viento se forma una nube que no deja respirar', explica una mujer que pasea por la avenida de Manoteras con sus dos hijas. 'Hay tanto polvo que nuestras terrazas est¨¢n inutilizadas', se queja. La lucha vecinal sigue.