Los hospitales espa?oles incorporan una t¨¦cnica eficaz para las neuralgias occipitales
La estimulaci¨®n nerviosa percut¨¢nea consigue tratar con ¨¦xito el 75% de los dolores
Los dolores cr¨®nicos en la nuca, el cuello o la cara provocados por una lesi¨®n nerviosa no son muy comunes, pero para quienes los padecen llegan a ser un suplicio. Hasta ahora estos pacientes ten¨ªan una ¨²nica opci¨®n: atiborrarse de f¨¢rmacos y sufrir. Los hospitales espa?oles han comenzado a incorporar una t¨¦cnica que no s¨®lo da respuesta a estas patolog¨ªas que carec¨ªan de tratamiento, sino que adem¨¢s abre una puerta para su potencial aplicaci¨®n en otras neuralgias del sistema nervioso perif¨¦rico. La t¨¦cnica consiste en la implantaci¨®n de electrodos y resulta eficaz en el 75% de los casos.
La t¨¦cnica tiene unas indicaciones muy precisas: el dolor cr¨®nico provocado por una lesi¨®n de los nervios sensitivos. No sirve para casos de c¨¢ncer, artrosis o cefaleas. S¨ª ha resultado eficaz en tres de cada cuatro pacientes con neuralgias de cuello, cara y nuca o bien las que suceden a un herpes. Son los dolores neurop¨¢ticos, provocados por una lesi¨®n en el sistema nervioso.
La t¨¦cnica s¨®lo sirve para tratar el dolor cr¨®nico por una lesi¨®n de nervios sensitivos
La llamada estimulaci¨®n nerviosa percut¨¢nea puede utilizarse s¨®lo cuando han fallado los tratamientos quir¨²rgicos y farmacol¨®gicos, o bien cuando los efectos secundarios de la medicaci¨®n son excesivos.
Los especialistas comentan que algunos pacientes llegan a sufrir un dolor tan intenso que pierden temporalmente el conocimiento o que otros deben tener siempre a mano una dosis de anestesia local para inyectarse. Aunque no todos los casos son tan extremos, lo cierto es que hasta ahora la calidad de vida de estos enfermos se ve¨ªa muy mermada.
La t¨¦cnica -ideada por el estadounidense Kenneth Al¨® y publicada en la edici¨®n de abril pasado de la revista Neurosurgery- es una variante de la implantaci¨®n de electrodos que se viene haciendo con ¨¦xito a nivel epidural (sistema nervioso central) desde hace m¨¢s de 30 a?os para dolores de columna, cardiacos o vasculares de origen nervioso. 'La novedad es que se ha aplicado a nivel del sistema nervioso perif¨¦rico y funciona. Y lo importante es que estos pacientes antes deb¨ªan soportar el dolor y ahora tienen una salida', explica Francisco Linares del R¨ªo, jefe de la Unidad del Dolor del Cl¨ªnico de M¨¢laga, uno de los primeros centros p¨²blicos en incorporar la t¨¦cnica.
Seg¨²n el secretario de la Sociedad Espa?ola del Dolor, Manuel Camba, tambi¨¦n ha comenzado a aplicarse, entre otros, en los hospitales La Fe de Valencia, Puerta de Hierro, Ram¨®n y Cajal de Madrid, Cruces de Bilbao, General de Asturias, Marfide de El Ferrol y Las Palmas de Gran Canaria. En algunos casos, las intervenciones han sido realizadas por el propio Al¨® y en otros por especialistas espa?oles a los que el m¨¦dico estadounidense ha ense?ado la t¨¦cnica. El equipo del Cl¨ªnico de M¨¢laga -formado por Linares, Mercedes Damas y Mar¨ªa ?ngeles de las Heras- ha sido uno de los primeros en aplicar la t¨¦cnica sin necesidad de contar con la supervisi¨®n del m¨¦dico estadounidense.
Sus ventajas son varias. Linares las resume: 'Es menos agresiva que el tratamiento farmacol¨®gico porque no tiene repercusiones hep¨¢ticas ni renales, la intervenci¨®n quir¨²rgica es sencilla y reversible y abre una puerta para otras indicaciones a¨²n por descubrir'.
La t¨¦cnica se desarrolla por fases. Primero se administra anestesia local sobre el nervio sensitivo que se sospecha que es el origen del dolor. Si el paciente deja de sentirlo, se ha hallado la causa de la neuralgia. Para descartar el efecto placebo, este paso se repite varias veces.
Confirmado el diagn¨®stico, se pasa a una segunda fase: una intervenci¨®n quir¨²rgica para la colocaci¨®n del electrodo en la zona occipital. Este artilugio es de un mil¨ªmetro de grosor y de unos 40 cent¨ªmetros de largo. Se implanta en la nuca, hacia derecha o izquierda seg¨²n la zona afectada. Al paciente s¨®lo se le administra anestesia local porque debe estar despierto para describir si nota la corriente que produce el electrodo en el ¨¢rea donde sufre el dolor. 'Esa corriente es como un hormigueo, no un calambrazo', aclara Linares.
Durante unas dos semanas, su funcionamiento se pone a prueba con un generador externo. Si remite el dolor y queda demostrada su eficacia, se hace una segunda operaci¨®n en la que se implanta en el abdomen un generador interno del tama?o de un mechero plano. Con una especie de mando a distancia, el paciente sube o baja la corriente que quiere recibir en funci¨®n de la intensidad del dolor. Igual que una pila normal, la duraci¨®n del generador depende de su uso.
Los profesionales de las unidades del dolor programan tanto el electrodo como el generador a la carta, atendiendo a la patolog¨ªa espec¨ªfica de cada enfermo. Una vez completada la implantaci¨®n, ense?an a los pacientes a manejar el mando a distancia y cada tres meses los someten a revisiones.
Caminos por descubrir
La l¨®gica dir¨ªa que si un enfermo tiene dolor y se le administra una corriente mediante un electrodo (neuroestilumaci¨®n o neuromodulaci¨®n), deber¨ªa sentir las dos sensaciones. Sin embargo, no ocurre as¨ª, sino que la descarga el¨¦ctrica bloquea el est¨ªmulo doloroso. El paciente s¨®lo nota una sensaci¨®n de hormigueo similar a la que se produce cuando una parte del cuerpo que se ha dormido comienza a recuperar la normalidad. Ese cosquilleo es la corriente generada por el electrodo. ?Por qu¨¦ no se siente el dolor? 'Porque la estimulaci¨®n de las fibras nerviosas gruesas produce una abolici¨®n de la sensaci¨®n dolorosa a nivel central', explica Francisco Linares. En otras palabras, el dolor se produce, pero la corriente producida por la neuroestimulaci¨®n impide que el cerebro lo decodifique. Es lo que los especialistas llaman teor¨ªa del control de puerta de entrada del dolor. El vicepresidente de la Sociedad Espa?ola del Dolor, Manuel Rodr¨ªguez, explica la importancia de la estimulaci¨®n nerviosa percut¨¢nea, llamada as¨ª porque los electrodos se colocan a medio cent¨ªmetro de la piel, por debajo del nivel subcut¨¢neo: 'No es la panacea, pero la t¨¦cnica es un medio para tratar patolog¨ªas que hasta ahora no ten¨ªan soluci¨®n. No sirve para una cefalea normal que nos surge cuando hemos conducido 500 kil¨®metros, algo que se va con un analg¨¦sico o con descanso. Es espec¨ªfica para neuralgias occipitales. Adem¨¢s de ser una respuesta a estas patolog¨ªas, abre un camino a otras muchas posibilidades. A medida que se desarrolle la t¨¦cnica iremos descubriendo nuevas aplicaciones. Al¨® lo que ha hecho es abrir una puerta para que la neuroestimulaci¨®n se use en indicaciones para las que hasta ahora no hab¨ªa soluci¨®n y para que se investiguen nuevas aplicaciones en el sistema nervioso perif¨¦rico': Una puerta que conduce a caminos a¨²n por descubrir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.