La costa de la Utop¨ªa (1)
Uno. He vivido un acontecimiento teatral hist¨®rico: el estreno, en el National Theatre, de la trilog¨ªa The Coast of Utopia, de Tom Stoppard, dirigida por Trevor Nunn. S¨®lo puede pasar en Londres que un montaje de nueve horas sobre pensadores y revolucionarios rusos llene el Olivier hasta la bandera, que haya bofetadas para encontrar una localidad y que se convierta en un apasionado debate p¨²blico. ?C¨®mo les cuento yo ahora, en pocas l¨ªneas, ese gran viaje, esa enorme experiencia? Probar¨¦ a dividir la cr¨®nica en dos partes: esta semana, el texto; la pr¨®xima, su puesta en escena. El pasado s¨¢bado les hablaba de la necesidad como motor del arte, y precisamente eso es lo que exhala esta obra ambicios¨ªsima que se despliega en tres entregas (Voyage, Shipwreck, Salvage) y que cubre casi cuarenta a?os, desde 1833 hasta 1868, a trav¨¦s de las vidas cruzadas de otros tantos personajes; una inmensa lecci¨®n de historia y de teatro (teatro puro, teatro que ensancha el coraz¨®n y el esp¨ªritu) en la que te zambulles como en una gran novela, entre Ilusiones perdidas y La educaci¨®n sentimental. Stoppard ha sentido el anhelo casi adolescente de hablarnos de la generaci¨®n para la que se acu?¨® el t¨¦rmino intelligentsia, de los hombres y mujeres que creyeron en una Revoluci¨®n posible y en una sociedad m¨¢s justa y libre, y ha empleado en recrearlos casi una d¨¦cada de su vida para convertirlos en parte de la nuestra: dedic¨® siete a?os a documentarse (gu¨ªas b¨¢sicas: Russian Thinkers, de Isaiah Berlin, que T. S. ha conseguido hacer reeditar, y The Romantic Exiles, de E. H. Carr) y comenz¨® a escribir la trilog¨ªa hace cinco, poco despu¨¦s de estrenar The Invention of Love en el National, que ha vuelto a abrirle sus puertas -Stoppard forma, con Pinter y Hare, el olimpo del teatro ingl¨¦s- 'sin reparar en gastos', como suele decirse.
The Coast of Utopia es, tambi¨¦n, la historia de una necesidad, de una poderos¨ªsima urgencia generacional: un grupo de pensadores y activistas dispuestos a cambiar su mundo, la Rusia zarista, a la luz conjunta de un faro pol¨ªtico (el Socialismo Ut¨®pico de los republicanos franceses) y otro filos¨®fico, el Idealismo alem¨¢n. ?Nos queda lejano? En absoluto. Viendo el espect¨¢culo no dej¨¦ de pensar en los ilustrados espa?oles, luchando contra el absolutismo de Fernando VII, con la revoluci¨®n burguesa de 1789 como norte, pugnando por modernizar una Espa?a medieval y agraria o, a¨²n m¨¢s cerca, los regeneracionistas de 1898, en su b¨²squeda conjunta de libertad y conocimiento. No teman un serm¨®n did¨¢ctico o una sucesi¨®n de bustos parlantes: Stoppard recrea el universo de la izquierda premarxista (Cuando la izquierda no era triste podr¨ªa ser un buen subt¨ªtulo) con una absoluta fluidez narrativa, con humor y emoci¨®n, y consigue que el debate ideol¨®gico, claro y apasionante, se encarne en personajes redondos, vivos, a los que conocemos en su vida privada, en sus amores, en todas sus grandezas y miserias.
Dos. Esencialmente, The Coast of Utopia es el relato de los encuentros y desencuentros de un grupo de amigos (Herzen, Bakunin, Turgu¨¦nev, Belinsky) a lo largo del tiempo, recorriendo, enfebrecidos, la Europa de la ¨¦poca (de Mosc¨² a Par¨ªs, de Londres a Suiza), una historia narrada por Stoppard como un gran homenaje a la literatura rusa del XIX, en la l¨ªnea de La d¨¢diva, de Nabokov. As¨ª, la tonalidad de su primera entrega, Voyage, oscila entre Ch¨¦jov y Gorki: la vida de la aristocr¨¢tica familia Bakunin en su hacienda de Premukhino, los afanes amorosos de sus cuatro hijas (Liubov, Varenka, Tatiana y Alexandra) girando en torno a un ¨²nico sol, el principesco hermano peque?o, el joven Mija¨ªl, un cadete vitalista, aventurero, manipulador, fascinado por Hegel, que recorre los caf¨¦s y los c¨ªrculos filos¨®ficos y los salones literarios de San Petersburgo en los d¨ªas que precedieron a la abortada revuelta de los Decembristas, en 1825, en compa?¨ªa de otro inmenso personaje, el humilde cr¨ªtico Vassarion Belinsky, un Clar¨ªn ruso, acosado por la tisis y el hambre, escribiendo art¨ªculos incendiarios y montando revistas en permanente lucha contra la censura, empecinado en crear una literatura nueva que refleje y trascienda la realidad.
El modelo de Shipwreck, la segunda entrega, se acerca a Padres e hijos, de Turgu¨¦nev, y su eje es la familia de Alexandr Herzen, el gran protagonista de la trilog¨ªa, un arist¨®crata reformista y antiviolento, exiliado en Francia por sus ideas disolventes, que no cree en mesianismos, sino en la lucha por la felicidad d¨ªa a d¨ªa, sin brumosas recompensas futuras. En el Par¨ªs de 1848, entre la sangrienta debacle de las Tuller¨ªas y el retorno de Luis Napole¨®n, Herzen se reencuentra con el agonizante Belinsky, con el ardiente Bakunin, dispuesto a encender todos los fuegos de la revoluci¨®n y con el contemplativo Turgu¨¦nev, que recorre Europa en pos de su amor imposible, la soprano espa?ola Paulina Garc¨ªa, la Viardot. Los hilos de la trama se anudan en Salvage, la m¨¢s dickensiana de las tres obras, con un Herzen desencantado por la derrota popular de 1848, zaherido por derechas e izquierdas y abatido por un rosario de calamidades familiares, que se instala en el Londres victoriano con un inquebrantable af¨¢n de supervivencia para abrir las puertas de su mansi¨®n de Orsett House a una pl¨¦yade de exiliados entre los que reaparece su amigo de juventud, Nikol¨¢i Orgarev, con el que fundar¨¢ La Campana, portavoz de los antizaristas. Se acaba el espacio: la semana pr¨®xima seguiremos hablando de The Coast of Utopia.
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